CAPÍTULO 1

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El bullicioso y molesto ruido de la ciudad envuelve en su totalidad al ambiente.
Los más de treinta grados y el calor húmedo en pleno Tokyo son prácticamente mortales.
El asfalto rezuma como si estuviese a punto de empezar a derretirse.

Una joven pelirroja intenta aliviar estas nefastas condiciones bajando la ventanilla del coche en el que va.
Estaba sentada en los asientos traseros de un Rolls Royce negro de lujo, aunque eso no mejoraba en nada su día.
Apoyó su cabeza contra el cristal, sintiendo la brisa que se colaba por la pequeña rejilla que dejaba entrar el ruido del exterior, y suspiró.
Ese no estaba siendo su mejor día.
Acababa de discutir con su mejor amiga, y no por una tontería.
Le habían contado que la chica sólo se había acercado a ella por la fortuna de su familia. Y no sólo por eso, si no también por su hermano.
Sí, la "amiga" llevaba años enamorada del hermano mayor de Leyre, que a parte de ser el heredero de las empresas familiares, era realmente atractivo.
Encima, para colmo, la joven no se había molestado ni en negarlo, y se había hecho la víctima diciendo que Leyre nunca había intentado que estuviesen juntos.
Como si ser la mejor amiga de alguien implicase tener que emparejarla con su hermano sí o sí.
Indignante, simplemente indignante.
Tras esa discusión, la pelirroja había llamado a Roger, su chofer, para que la llevase a casa enseguida.
No tenía ánimo para nada más que volver a la seguridad de su hogar.
No era la primera vez que su hermanito arruinaba alguna de sus amistades.
A lo largo de su vida, eso había ocurrido bastantes veces a decir verdad.
Hacía ya algunos meses, el mejor amigo de Leyre había cortado comunicaciones con ella, también por él, ya que al gracioso de Light no se le ocurrió otra cosa mejor que tener una charla tipo "no te acerques a mi hermana" con el pobre chico. Y éste, como es lógico, había salido espantado.

Y así, infinitas veces.
Era imposible mantener amistades tanto femeninas como masculinas con un hermano como Light.
Todas las jóvenes caían rendidas a sus pies, y tarde o temprano terminaban pidiéndole a Leyre que hablase con él para que tuviesen una cita.
Y en cuanto ésta se negaba, o Light la rechazaba, la amistad acababa.
Y los hombres huían espantados ante lo protector que era Light con su hermana pequeña, pues casi les hacia un examen militar antes de que entrasen a su casa.
El claxon de un coche sacó a Leyre de sus pensamientos y cayó de nuevo en la realidad.

—Lo siento, señorita. Estamos en un atasco— se disculpó Roger con una sonrisa al percatarse de su sobresalto.

Ella negó con la cabeza, mostrándole una dulce sonrisa, haciéndole ver que no pasaba nada.
Roger era también el mayordomo de la familia. Alto, pelo blanquecino, delgado y con unas pequeñas gafas que le daban un aspecto amigable.
Llevaba cuidando de ella y de Light desde que tenían uso de razón, por lo que el cariño que se profesaban era prácticamente familiar.

—No te preocupes, esto es lo típico del centro—contestó ella con la misma cortesía.

Tras varios minutos, consiguieron salir del atasco de la urbe y llegar a la hermosa casa donde vivían, más a las afueras.
Un chalet de tres plantas de estilo moderno y con un amplio y cuidado jardín con piscina.
Al entrar, la chica fue directa a su habitación, con paso firme, aún molesta por lo ocurrido.
Justo al doblar una esquina del pasillo principal, ella se chocó con alguien que caminaba igual de rápido.

—Ouch, qué daño— se quejó la chica acariciando su brazo.

—Perdón, no sabía que estabas en casa— contestó un chico joven, más alto que ella, de cabellos castaños y ojos color caramelo.

Su expresión era de sincera disculpa, con un deje de preocupación que le hacía parecer aún más adorable.
Una imagen así le hubiese quitado el aire a cualquiera, sobre todo a alguien del sexo femenino. Pero Leyre llevaba conviviendo con ese chico desde siempre, así que no la impactó mucho.

PROHIBIDO (Light Yagami x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora