CAPÍTULO 6

46 6 0
                                    

Sus hijos desnudos, en una cama. El mayor haciéndole nada bueno y casto a la pequeña.
Se quedó shockeada unos segundos y al momento llamó a su marido histérica.

—¿¡PERO QUE ESTO!? ¿¡QUE HACÉIS!? ¡SHIN! ¡VEN AQUÍ, POR DIOS SANTO!— la mujer se había llevado las manos a la cabeza y estaba al borde del colapso.
El padre de ellos entró al momento.
Casi sin dar tiempo a que los jóvenes se tapasen con la sábana de la cama.

—¡¡DIOS BENDITO!! ¿¡¡PERO SE OS HA IDO LA CABEZA!!? ¡¡VESTÍOS AHORA MISMO, ENFERMOS!!— exclamó el padre, encolerizado.
Light y Leyre obedecieron, y a la velocidad del rayo se pusieron algo de ropa que estaba en el suelo.

—¡AY SEÑOR, ME VA A DAR ALGO!— seguía gritando la madre con un ataque de pánico— Light, cariño, dime que esto no es lo que parece, por favor— pidió ella con agobio, intentando rascar la última esperanza de que estaba siendo un malentendido, y su hijo no estaba acostándose con su propia hermana.
Se hizo un silencio.
Leyre estaba totalmente roja y avergonzada.
Pero Light miró a su madre con seriedad.
Todo había salido perfecto.

—Sí lo es— sentenció rotundo.
El padre del joven le cogió de la camisa. Durante un momento parecía que le iba propinar un golpe en la cara. Pero se contuvo.

—¿Qué demonios hemos hecho mal? Estás mal de la cabeza. ¿Cómo has podido hacerle eso a tu hermana— le dijo el hombre con rabia, refiriéndose a la postura en la que habían sido cazados.

—Te lo intenté decir el otro día. Yo la quiero. Quiero a Leyre. Así que ya os podéis olvidar de Kento— le dijo al padre, desafiante con la mirada.
Leyre entonces comprendió que todo había sido una treta del castaño para ser descubiertos y precipitar esos acontecimientos.
Le echó una mirada de reproche y de "ya hablaremos tú y yo" que hizo que Light se viese acorralado por las dos partes.

—NO VAMOS A PERMITIR UNA LOCURA SEMEJANTE. AHORA MISMO, TÚ TE MARCHAS DE CASA. NO QUIERO VOLVER A VERTE— gritó el padre encolerizado, queriendo echar a Light, que parecía ser el precursor de todo eso.

—¡NO!— exclamó Leyre, negándose a ello. No era justo que él cargase con la condena cuando ella era igual de culpable.

—TÚ CÁLLATE, QUE NO VAS A VOLVER A VERLO— siguió el padre enfurecido— Mañana mismo te vas a estudiar a la otra punta del mundo. Pero a él no le vuelves a ver— sentenció firmemente, decidido a dar el mayor de los escarmientos a esos dos.

—No puedes hacer eso. Ella tiene 17 años y puede decidir perfectamente dónde quiere vivir. Al igual que yo. Y si no queréis vernos juntos, pues nos marcharemos de aquí— rebatió el joven, mirando a Leyre, quien asintió con lágrimas en los ojos por lo tenso de la situación.

—TÚ NO SALES DE AQUÍ— gritó ahora la madre mirando a la joven.
Pero Light tomó de la mano a Leyre, cogió sus móviles y cartera, y sin decir nada más, la sacó de la casa dando un portazo.
El padre había estado a punto de atraparle y seguramente pegarle, pero el chico era rápido, y quiso evitar llegar a las manos con el hombre.
Hasta que se enfriaran las cosas, era mejor salir de allí cuanto antes.
Dentro, aún se podían escuchar los gritos de la casa.

—Light, ¿qué haces? Nuestras cosas...— intentó poner cordura ella.

—Mañana vendremos a por ellas— terminó de decir él, con seriedad.

Entraron en el coche del joven, aún sin saber a dónde ir.
Leyre seguía en shock.
La cabeza le daba vueltas, pudiendo escuchar en su mente sólo las duras palabras de sus padres, junto con sus miradas de vergüenza y decepción.
Light, por su parte, sentía una mezcla de emociones extraña.
Se había disgustado con la discusión, por supuesto, pero todo eso lo había buscado él, ya que sabía que era un desenlace inevitable.
Un mal trago por el que ambos debían pasar, y mientras antes terminase, mejor.

PROHIBIDO (Light Yagami x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora