CAPÍTULO 8

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Leyre cogió el metro y en poquísimo tiempo ya estaba en su casa. No quería llamar a Roger para que la recogiese, en ese momento no quería hablar con nadie.
Estaba en shock.
No paraba de dar vueltas a lo que acababan de contarle. Por un lado, su corazón se aceleraba sólo de pensar en su beso con Kou, pero por otro, se sentía mal, ya que, aunque ella no hubiese sido la precursora del delicado beso, tampoco se había negado.
Pero su culpabilidad desaparecía con sólo pensar en todo lo que su hermano mayor la había ocultado esos años.
Entró en el apartamento y se dirigió directamente al salón, en busca de Light.
Allí estaba el chico, leyendo tranquilamente algunos papeles, seguramente del trabajo.
Leyre le miró con indignación y rabia, sorprendiendo al castaño, que alzó una ceja, sin entender su enfado.

—Creo que me debes muchas explicaciones. Muchas— el odio que tenía la chica casi no lo podía contener.

—¿De qué hablas— el castaño la miró dubitativo.

—¿Sabes a quién me he encontrado? A Kou.
Y sí, me ha contado toda la verdad. Por qué se fue y lo que le hiciste— los reproches de la pelirroja salían a borbotones, dejando a Light pálido, quien no se veía venir esto tras varios años— Eres el ser más rastrero del mundo... ¿¡Cómo no me contaste nada!?— la furia de Leyre hacía brillar sus ojos más que nunca.
Si su hermano le hubiese contado la verdad, no estaba segura de qué habría hecho, pero por lo menos le hubiese ahorrado mucho dolor y muchas noches sin dormir, pensando en que Kou se había olvidado de ellos.

—No te dije nada... Claro que no te dije nada. ¿Qué querías que hiciese? ¿Que me sentase y te contase que estaba dándome palizas con mi mejor amigo por ti? No estaba listo para confesarte mis sentimientos— terminó de decir Light, sin levantarse de su sitio.
Pero Leyre apretó los puños con fuerza y no quiso zanjar el tema tan fácilmente.

—Eres un egoísta. Como tú no estabas listo, pensaste que era mejor hacerme pensar que Kou nos había abandonado, ¿no? Así, de paso, te asegurabas de que no me volviese a acercar a él— la chica tenía tanta rabia dentro, que prácticamente gritaba a su hermano.

—Ah, ya veo, o sea que eso es lo que te duele. Que como no sabías que él te quería, no tuviste la oportunidad de correr a sus brazos— Light se rió, irónicamente, pero sintiendo una punzada de dolor en su estómago sólo de imaginar que Leyre prefería a su antiguo amigo.

—¡Pues claro que me molesta! Me quitaste el derecho a decidir por mí misma si realmente lo que sentía por él era real o no— seguramente, más tarde, ella se arrepentiría de lo que estaba queriéndole decir a Light.

—Muy bien, perfecto. Ahora tienes la oportunidad, Leyre. Corre a sus brazos y compruébalo. ¿Es lo que quieres? Adelante— Light tapaba toda su inseguridad y ansiedad con su orgullo, e invitó a su hermana a ponerse a prueba.

—Yo.... Yo no sé lo que quiero ahora mismo. Estoy muy confundida— las palabras de la pelirroja herían gravemente al castaño, que sufría sólo con el hecho de que ella dudase.
Por otro lado, la chica se sentía mal por ocultarle la verdad, así que tomó aire y le fue sincera— Kou me ha besado. Hace un rato, en una cafetería. Pero yo no me he apartado. Me siento mal por ello, te pido perdón— aclaró la joven.
Se hizo un silencio incómodo entre ambos.
A Light se le había parado el corazón.
Sentía un enorme resquemor por dentro y le costaba respirar por la ansiedad de la situación. Su corazón le dolía como si su hermana estuviese estrujándolo al máximo.
Desechó las infinitas ganas de llorar que le recorrían ya los ojos, y se levantó sin decir nada.
Cogió su chaqueta y se dirigió a la puerta del apartamento.

—Veo que tú necesitas pensar, y yo también.
Me voy— no le dio tiempo a Leyre a nada, ni a contestarle ni a acercarse a él, ya que dio un fuerte portazo y desapareció.

PROHIBIDO (Light Yagami x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora