34.- Descansa

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- ¿Tu abuelita va a estar despierta a las cinco de la mañana? - Preguntó TaeHyun sin ganas, apoyando el trasero en el capó de su auto, cruzándose de brazos, temblando un poco por el frío que atravesaba su abrigo.

Ambos estaban un poco impresionados por la mansión de la familia de BeomGyu, aunque el chico no hizo nada más que poner una clave desde su celular que hizo abrir el portón, e ignoró el camino a la mansión para guiarlos hacia un montón de árboles en medio de la oscuridad, pasando por un espacio a penas suficiente para no dañar el auto, hasta encontrar su lugar deseado.

Con el auto estacionado a unos cuantos metros de la entrada a una modesta casa, con grandes y amplias ventanas que solo dejaban ver unas cortinas bordadas.

- Sólo tengo que golpear fuerte - murmuró BeomGyu, comenzó a caminar hacia la puerta seguido de YeonJun.

El omega golpeó con sus nudillos con las oscura madera.

Esperó unos momentos, alzó la mano para volver a golpear, pero la puerta se abrió, dejando ver a una mujer de cabello blanco, que aún se ajustaba una bata rosa, frunció el ceño hasta que su vista se enfocó en el rostro de BeomGyu.

YeonJun alzó las cejas, algo impresionado por ver una sonrisa idéntica a la de BeomGyu en el rostro de la señora.

- ¡Beomie! - la señora abrió los brazos, recibiendo a su nieto en un abrazo.

Miró por sobre el hombro del omega a YeonJun, parado un metro más atrás, el chico le regaló una sonrisa, le pareció adorable cuando la abuela hizo una ligera "o" con los labios, como si lo reconociera.

- ¿Ese es tu Alfa Beomie? - escuchó murmurar a la señora.

YeonJun se murmuró al ser llamado así, escuchó a BeomGyu reír.

El omega asintió, separándose del abrazo.

Esta vez, la abuela abrió sus brazos hacia él, YeonJun se acercó y la señora lo abrazó con las mismas ganas que lo había hecho con su nieto.

Un poco sorprendido por la fuerza de los delgados y arrugados brazos de la abuela, YeonJun sintió el olor a miel y caramelo de la señora.

Con la edad, cuando los omegas perdían la capacidad de tener hijos, su olor solía casi desaparecer, en mayor o menor medida, dependía de cada persona.

Pero YeonJun se sintió cómodo con el olor de la abuela, quizás porque se parecía bastante al olor de BeomGyu.

- Dejas a mi nieto y tendré preparada la escopeta con tu nombre en una bala - habló la abuela, con dulzura haciendo al alfa tragar duro.

Escuchó a BeomGyu reír al cortar el abrazo, vio también a TaeHyun con una expresión divertida por las palabras de la señora.

Aún así la abuela le dedico una sonrisa dulce.

- No te asustes - dijo BeomGyu, ahora a su lado - Es un poco paranoica con los alfas - el chico suspiró un poco - el abuelo la dejó por otra omega, no confía mucho en ellos desde entonces.

YeonJun se encogió de hombros, no la culpaba, aunque se había sorprendido cuando había hablado.

La abuela ofreció un abrazó a TaeHyun cuando lo vio, y a pesar de negarse, la señora No le hizo caso.

Luego los hizo entrar encendiendo las luces de la sala y cocina, comenzando a ofrecer bebidas calientes y comida.

TaeHyun observó con una mueca todas las manualidades de la casa, desde mantas tejidas en los sillones, almohadones bordados, un estante repleto de diversos animales tallados en madera, y muchísimos retratos, de distintas épocas, con fotos blanco, negro y en color.

  ⚘࿆ ❪̣࣭̇࣪·ฺ۪۟DELTA❫̣࣭̇࣪·ฺ۪۟꯴˖࣭̣᪽̇ ๋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora