✎ . . . Capítulo tres

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El poder de un shinki: Yukine y Aki.

El día a día de la diosa de la muerte junto a su shinki era casi igual desde su curiosa interacción con Yato y Hiyori. Ahora mismo, la joven y ______ caminaban por la ciudad sin nada más que hacer, la diosa había hecho su trabajo al llevarse las almas de aquellas personas que perdían la vida por enfermedades, asesinato o causas naturales. De cierta forma estaba aburrida una vez más.

—¡Haruuuuu! ¡Esto cada vez es más como el mundo shinigami! Empiezo a aburrirme —se quejó la diosa sentándose sobre una banca y dejando caer su cabeza hacia atrás.

—Regresemos a casa entonces —sugirió la pelirroja tomando asiento al lado de la diosa.

—¿Qué? No, eso nunca. Ni en mil años… jamás.

—Vamos, usted vive allá. ¿Por qué no regresa y ya?

—Tú también provienes de un lugar, ¿Por qué no regresas y ya? —respondió la diosa de la misma manera burlona para molestarla.

—¡Porque yo ni siquiera sé de dónde vengo! —se excusó la contraria cruzandose de brazos.

El silencio reinó entre ellas por unos minutos, Haru divagando entre a donde pudo haber pertenecido cuando estaba viva y ______ considerando sus razones para quedarse en el mundo humano. Después de todo, ella no tenía amigos en el mundo shinigami y no es como que la fuesen a extrañar si simplemente no regresaba en un buen tiempo.

—Entonces, ¿Lo pensó? —preguntó Haruki suspirando.

—Sí, ya lo pensé. No puedo irme todavía, ese granuja no ha pagado su deuda conmigo, se llevó la recompensa de mi gato.

—¡Oiga! No puede ir por ahí reclamando los trabajos de los demás dioses.

—Como sea, hubiera obtenido dinero y habría comprado manzanas de no ser porque él entregó al gato primero.

Ante la mención de las manzanas, un recuerdo se hizo presente en su mente. Enderezó la cabeza y comenzó a buscar entre los bolsillos de su manto encontrándose con algo de dinero.

—¡Ajá! ¡Aquí está! —sacó las monedas de su bolsillo mientras las contaba entre sus manos.

—¿Y eso para qué, ama?

—Sabes Haru, creo que podremos permitirnos llevarnos algo bueno al estómago el día de hoy. El dinero que me dio esa chica humana me servirá de algo, ven vamos —la diosa se levantó de su asiento para comenzar a caminar en línea recta seguida por su shinki.

—Oiga, otra cosa —Haru rápidamente se posicionó a su lado dando pasos rapidos—. ¿No creé que asustará al vendedor?

Los pasos de ______ se detuvieron ante la vitrina de uno de los tantos establecimientos japoneses, miró su reflejo contra el cristal observandose a si misma. No era tan horrenda como sus compañeros, al menos no en aspecto, parecía humana de no ser por sus ojos rojos y su piel palida como un muerto. Si a eso le añadimos los pares de alas bien podría dar un buen susto a alguien.

—Tienes razón Haru, ¡Vayamos a buscar a la humana! ¡Ven Hakki!

Antes de siquiera poder reaccionar a las palabras de su diosa, el kanji sobre su hombro se reflejó y posteriormente la jovencita pelirroja era ahora la misma poderosa hoz de siempre. Ni siquiera se quejó, sabía que era inútil hacerlo.

𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐢𝐠𝐚𝐦𝐢 ━━━━𝐊𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora