✎ . . . Prólogo

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En un mundo de apariencia y contrastes grisáceos, un lugar donde nada crece ni florece como debería, únicamente una vasta extensión de tierra gris con un parecido muy similar a la arena excepto que se encuentran algunos huesos rotos.

El cielo era muy diferente al del mundo humano, pues mientras que el cielo humano es de un hermoso tono azul claro, el cielo de este mundo es similar a su entorno, completamente grisáceo y con algunos nimbos de color más oscuro sobrevolando a los habitantes de estas desoladas tierras.

Exiliados de los demás dioses, apartados por ser seres generalmente relacionados con cosas malignas y por su apariencia distinta, se encuentra el mundo de los shinigamis. Quienes si bien eran parte de la cultura japonesa y por lo tanto dioses, fueron poco a poco echados de lado al descubrir que estos se alimentan de las almas humanas cuando estos mueren.

La única manera que existía ahora de conectar con el mundo humano y entrometerse en los asuntos de estos era a través de aquel portal que se encontraba bajo un árbol seco, rodeado de maleza y las raíces del mismo. Era lo más parecido a un pequeño manantial, pues al tocarlo con delicadeza solían formarse pequeñas ondas.

Al menos esa era la forma de pasar el tiempo de uno de estos seres. Relegada en su soledad, apartada del grupo de apariencia y género femenino, una estatura que entraba en el promedio de las chicas humanas, cabello de color (C/c) y un par de hermosos ojos de color carmesí similar a la sangre. Su piel pálida casi blanca contrastaba con sus dos pares de alas negras.

No es que los shinigamis fuesen exactamente seres unidos entre si, pero ella era algo apartada y disfrutaba de ello. Después de todo era conocida entre los suyos por ser algo inmadura y no solía tomarse demasiado en serio su posición como diosa.

A su lado se encontraba un alma que no había sido capaz de devorar y a quien había salvado la vida a cambio de convertirse en su tesoro sagrado. De cabellos cortos color rojizo un par de ojos verde esmeralda, piel trigueña y  anteriormente humana, su única shinki y, de cierta manera, su consejera voz de la razón en la mayoría de las ocasiones.

La pelirroja permaneció a su lado con los brazos cruzados sin decir nada, simplemente se movía de forma suave de un lado a otro observando a su ama, ella no estaba ahí por una razón en vano. Si estaba cerca de aquel portal solo debía significar una cosa.

Muerte

—Ama… —comenzó la ojiverde sin cambiar su posición.

—Una chica. La pobrecilla parece sufrir bullying en su escuela y quiere suicidarse —sus dientes se apretaron formando una sonrisa—. Exceptuando su familia, nadie la va a extrañar.

La chica no dijo nada, ya conocía los inusuales comportamientos de la shinigami y no es como que pudiera hacer algo, era simplemente su naturaleza. Y aun así, fue irónico que la diosa de la muerte le salvará la vida.

—Eso quiere decir que… —una vez más sin completar su frase, los ojos de la shinigami brillaron.

—¡Sí, tenemos trabajo que hacer! —una siniestra sonrisa pasó por su rostro—. Hora de trabajar Haruki.

La pelirroja hizo una pequeña reverencia mientras permanecía recta frente a su superior, estaba a disposición de sus órdenes y no podía negarse. Era extraño el hecho de que ya ni siquiera podía sentir el remordimiento de llevarse esas almas.

—Sí, ama.

—Entonces vámonos. ¡Ven Hakki! —pronunció la diosa de la muerte y al hacerlo, extendió su mano en dirección a la chica de ojos verdosos.

A su vez, el kanji sobre el hombro de la misma salió a la luz mientras se transformaba en nada menos que una guadaña de color negro. Y así, tomando un manto de igual color, la diosa partió a través del portal bajando en picada al mundo humano dispuesta a reclamar aquella joven alma que en cuestión de segundos podría devorar de forma tranquila y hasta quizás, podría quedarse unos días junto a los humanos para reclamar más almas.

Sin embargo, a veces planeas una cosa y sucede otra completamente diferente. Pero nuestra diosa no sabía ésto, así que sin más se encaminó a aquella escuela de donde provenía el llamado de esa alma queriendo pasar a mejor vida… claro, si con mejor vida nos referimos al estómago de un shinigami no es exactamente lo mejor.

—¡Arrodillense humanos! ¡La diosa ______ está aquí! —exclamó la shinigami posándose en el techo de la escuela mientras extendía sus manos hacia la ciudad.

«Que arrogante»

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Renové la historia y también la trama xd no me gustaba mucho así que habrá nuevas cosas por aquí. Empezando con la actitud de la prota y demás.

Galletita + pingüino al que me adivine en los siguientes capítulos a qué personaje hace referencia la personalidad de la rayis
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Fecha de publicación original:

🌷 Wife_of_Beelzebub
24 de enero de 2023

Fecha de corrección/resubida:
[🐧] _T-Aki_BestAK47_
24 de febrero de 2024

𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐢𝐠𝐚𝐦𝐢 ━━━━𝐊𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora