✎ . . . Capítulo quince

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Obedece y conviértete en mi shinki

Más tarde ese mismo día, ______ se encontraba saliendo de bañar el día había sido agotador y sobretodo por haber utilizado la técnica kamigakari durante gran parte del día.

La diosa se encontraba sobre el techo de la casa agitando sus alas, las cuales goteaban agua por haber sido mojadas. Incluso desde el techo podía oír algunas conversaciones de sus shinkis gracias a estar básicamente sobre la habitación donde se quedaban.

—¡Encontré un amigo, Haru!

—¿Ah sí? ¿Eso es lo que estuvieron haciendo tú y Yukine? —______ sonrió, casi podía ver la sonrisa de la ojiverde.

—¡Sí! —jadeó con emoción el menor—. Fue increíble, nos contó sobre su vida y como conoció a una amiga humana, aunque solía olvidarse de él.

—Oh, eso es malo pero eventualmente tenía que pasar —susurró la pelirroja—, después de todo es nuestra maldición… un momento, ¿Hiciste un amigo shinki?

—Ah… pues sí.

—¡¿Shinki de quién?! —cuestionó alterada la chica, solía ser un poco sobreprotectora. Eso se ganó la risita de la shinigami.

—Bueno, dejame explicarte primero, no te pongas loca…

_______ se levantó al escuchar esa pequeña pelea y decidió caminar en otra dirección dejando al par de hermanos en paz.

Finalmente se sentó sobre el techo de la tienda, meditando todo lo que acababa de pasar los últimos días, enfrentamientos con un tipo que se hacía llamar dios de la calamidad, su shinki menor demostrando su valía y Hiyori recordandole porqué era una chica fuerte y valiente.

Pero aún había asuntos del pasado sin resolver, Bishamonten no se había aparecido para una confrontación directa desde aquella vez en el bosque. El tiempo que esa mujer tardaba en aparecer le preocupaba, podría simplemente un día tomarlos desprevenidos.

—Estás preocupada —se escuchó una voz a sus espaldas, era la pelirrosa pero está vez no tenía ese tono alegra o burlón que la caracterizaba.

—¡Aaahh! —su pequeño grito de vio silenciado al voltear y ver a la chica más baja—. Bien, solo eres tú Kofuku y no, no estoy preocupada.

—No era una pregunta lo estaba afirmando —la pelirrosa se sentó a su lado cruzando las piernas bajo sus muslos.

—Ah- bueno, me tienes ahí —refunfuñó la diosa cruzandose de brazos.

—¿Qué es lo que te preocupa, ______?

—Es solo que, bueno verás, ha pasado demasiado últimamente y he pensado en que no hay forma de evitar otro encuentro con Bishamonten, esa perra está loca —______ se estremeció ante el pensamiento de la diosa rubia—. Además aun hay cosas por resolver.

—Mhm, entiendo. ¡No te preocupes ______-chan cuando pelees con Bisha apostaré todo mi dinero a ella, de esa forma ella perderá y tú ganarás! —aseguró la diosa pelirrosa con dos estrellas brillando en sus ojos, la shinigami no pudo contener una risa.

—Sí, supongo que lo harás. ¡Apuesta todo a esa granuja!

Ambas diosas rieron divertidas por ese pequeño momento que se permitieron compartir, si bien vivían en el mismo hogar solo interactuaban en su mayoría de veces por la noche, ya que la diosa estaba ocupada en sus asuntos por el día.

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐢𝐠𝐚𝐦𝐢 ━━━━𝐊𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora