Capítulo 2: ¿Qué está pasando?

369 33 1
                                    

Goten despertó con un intenso dolor en su parte trasera, lo que no era nuevo. Su pareja tenía la costumbre de perder el control cuando tenían sexo, pero esta vez el dolor era más intenso que en otras oportunidades. Volteó a ver a Trunks, quien seguía profundamente dormido y notó entonces la gran cantidad de marcas en el cuello del pelilila.

'Yo también perdí el control anoche...' Pensó con vergüenza.

No podía explicar bien que había ocurrido la noche anterior. Recordaba lo que habían hecho, pero de una forma difusa, casi como si se hubiese tratado de un sueño. Esto lo inquietaba un poco. Sentir que podría perder el control o la consciencia, lo asustaba; sin embargo, no era que le molestara lo que hizo con Trunks, todo lo contrario de hecho... Se sintió liberado mientras amaba y tenía sexo con el hombre que adoraba.

Solo terminó negando con la cabeza, intentando dejar de sobrepensar todo ello. Volvió a ver a Trunks, y no pudo evitar sentir gratificación e incluso orgullo al ver las marcas en su cuello.

"¡Es nuestro! ¡Finalmente es nuestro Compañero!"

Goten se alarmó. Esa voz extraña dentro de su cabeza... ¿No la había soñado la noche anterior? Era esa misma voz que le repetía una y otra y otra vez que mordiera a su pareja.

¿Qué era esa voz?

Finalmente, optó por levantarse de la cama. Aparte del dolor en su trasero, sentía como se le revolvía el estómago.

Debía reprimirlo y aguantar. Debía ir a trabajar.

Tomó un par de respiraciones profundas para luego revisar la hora. Las 5.34 am. Goten fue a ducharse rápidamente y al salir a la habitación vio que Trunks seguía dormido. Se acercó a él para darle delicados besitos en su mejilla.

"Trunks..." Susurró, sin tener resultado. "Trunks, ya me voy..." El castaño insistió aumentando sutilmente el volumen. De a poco, el pelilila comenzó a despertar.

"¿Goten? ¿Ya te vas al campo?"

"Sí, es tarde. No queda mucho para que necesites comenzar a prepararte para ir a trabajar tú también." Trunks lanzó un gruñido al oírlo mientras se refregaba los parpados.

"Ni modo..." Soltó el mayor con resignación. Luego, volteó a verlo con una sonrisa. "Qué tengas un buen día. Hablamos en la noche." Goten asintió, sintiéndose contagiado por el rostro sonriente del otro.

"Claro." Se alejó de él después de un último besito y tomó su bolso para luego ir a la puerta de la habitación. "Te amo."

"También te amo, Goten."

Y así se retiró de la Corporación Capsula. Su día siguió con relativa normalidad, mientras revisaba el campo y tomaba nota de las muestras que tenían. Eso hasta que pasado el mediodía, ese intenso revoltijo en su estómago se hacía más molesto de lo que había sido en la mañana. Se vio en la necesidad de detenerse, apoyarse en la reja más cercana y tomar inhalaciones profundas con la esperanza de apaciguar un poco la molestia.

"¿Está bien, jefe?" Goten volteó a ver a uno de los hombres que trabajaban en el campo, quien seguía sus instrucciones para mantener los cultivos y era básicamente su mano derecha.

"Sí, sí, sí... Todo bien." Le aseguró con una sonrisa, pero notaba que el trabajador lo miraba con desconfianza.

"Jefe, tenemos todo controlado aquí con el señor Goku. Puede ir a descansar si no se siente bien. Me comprometo a mantenerlo informado." El hombre dijo serio, pero también con cierta delicadeza. Son lo meditó, y con resignación consideró que realmente no estaba en condiciones de seguir recorriendo el lugar.

"Iré a estudiar los resultados de las muestras a mi casa. Necesito que hagas el inventario de lo que está en bodega. Y el sistema de regadío parece tener una pequeña fuga en el sector de los tomates; repárenlo, por favor."

"Por supuesto."

"Cualquier cosa que ocurra, solo-"

"Le envío un mensaje. No se preocupe."

"Muchas gracias." Goten soltó con gratitud, frente a lo que el otro sonrió suavemente mientras asentía para después ir al sector donde le señaló la fuga.

Volver a la casa familiar a pesar de estar junto no fue fácil. Se estaba sintiendo progresivamente peor.

"¿Goten, cariño? ¿Qué haces en casa tan temprano?" Le preguntó su madre al verlo entrar a la casa. "Justo iba a ir a dejarles el almuerzo."

"Decidí trabajar desde aquí hoy." Milk frunció el ceño ante su respuesta, y se le acercó para inspeccionarlo.

"Estás algo pálido..." Confirmó ella en un susurro al mismo tiempo que tomaba su rostro.

"Tranquila, mamá. No es nada." Su madre, al igual que el trabajador, no lo veía convencida, pero no presionó más en el tema.

"De acuerdo, cariño." Le regaló una sonrisita resignada antes de ir a la cocina. "Bueno, ya que estás aquí, siéntate para que comas tu almuerzo." Cuando Goten pensó en la comida su estómago dio otra sacudida.

"No, gracias, prefiero no comer por ahora. Tal vez más tarde." A pesar de su respuesta casual, Milk lo volteó a ver violentamente y soltó la cuchara de palo que tenía en su mano con impacto. Rápidamente, se volvió a acercar a él pero esta vez con más urgencia.

"¿Estás bien?"

"Sí... Solo que mi estómago se siente algo raro, solo eso."

"Prepararé un té, ¿sí?" Milk ni siquiera esperó a su confirmación y partió a calentar el agua para hacer el brebaje.

"Gracias, mamá. Iré a mi habitación ahora."

"Te iré a dejar el té cuando esté listo." Escuchó a la mujer mientras partía a su cuarto. Comenzó a sentir un dolor agudo en su parte baja, casi como si lo abrieran en dos. No entendía lo que estaba pasando. Se sentó frente a su escritorio pesadamente, ya soportando con dificultad el dolor.

"¿Qué tengo?" Pronunció para sí mismo, sosteniendo su vientre.

"Goten, tengo tu té." Milk anunció abriendo su puerta con una sonrisa. Con la mejor actuación que pudo, se sentó derecho y le sonrió de vuelta a la mujer mientras tomaba la taza que le ofrecía.

"Muchas gracias."

"Te dejo trabajar tranquilo." Y dicho esto, Milk se retiró cerrando la puerta detrás de ella. Al encontrarse solo nuevamente, se encorvó con libertad mientras trataba de no llorar por el dolor.

¿Qué estaba pasando?

El poder de la luna [Truten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora