Capítulo 15: Evolución de lo que siempre existió

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Trunks tuvo que hacer adaptaciones para poder volver a trabajar. Se había tomado ya el máximo de días que podía tener de vacaciones. Bulma le ofreció que simplemente se concentrara en Goten para poder reconquistarlo mientras ella se hacía cargo de la empresa. Sin embargo, él se reusó.

Tal como había destacado Vegeta hace un tiempo, había un cambio positivo en su relación con solo mostrar las marcas en su cuello. Antes, si bien Goten no lo trataba de forma hostil, ahora le sonreía más abiertamente. Además de eso, el castaño comenzó a tener algunas pocas iniciativas de pasar tiempo con él, algo que definitivamente no ocurría luego de su ruptura.

Necesitaba ajustar su vida ahora que iba a ser padre y, aprovechando el gran avance en la relación con su ex pareja, decidió que se adaptaría para cumplir con sus obligaciones tanto en la empresa como con Goten. Además, quería seguir teniendo su puesto y no podía hacer eso si evadía sus responsabilidades. Lo que sí tendría en cuenta es que aprendería a hacerse el tiempo para estar con Goten y también con su futuro hijo o hija en cuanto naciera.

Parte de estos cambios era respetar los horarios de su jornada laboral. Previamente, llegaba antes o se iba un par de horas después para avanzar con el papeleo y tareas acumuladas. También, decidió copiarle a su madre, quien iba a almorzar con su padre en el comedor familiar, y no seguir llevando su almuerzo a la oficina para comer ahí mismo, de igual forma con las meriendas a distintas horas del día. Eran detalles, pero esos detalles comenzaron a hacer la diferencia.

Goten, probablemente para estar cerca de Vegeta, varios días llegaba para almorzar y luego se dedicaba a trabajar ahí el resto de la tarde.

Era extraño, pero la rutina de alguna forma funcionaba.

También, el pelilila comenzó a poner mucha atención a las costumbres de su ex y notó, por ejemplo, que Goten tenía antojo de dulces a distintas horas del día. Por esta razón, y sin preguntarle, le servía chocolates, galletas, frutas, cereales o cualquier cosa dulce de la reserva que tenía en la despensa exclusivamente para el castaño. Aun recordaba la primera vez que hizo el intento, cuando lo vio trabajando nuevamente en la sala de estar y dejó sobre la mesa de centro una taza de chocolate caliente con crema batida encima. Goten se había quedado mirando un largo rato la taza para luego voltear a verlo con los ojos entrecerrados.

"Me quise hacer uno y pensé que podrías querer también." Trunks inventó como explicación. Sin embargo, el castaño frunció aun más el ceño.

"Pero a ti no te gusta el chocolate caliente. Tú tomas café negro." Goten destacó escéptico, por lo que el pelilila resistió sonreír. Ese chico lo conocía bien.

"No sé... Solo se me antojó. Si no lo quieres, me lo llevo."

"No, está bien. Gracias." Dicho esto, el castaño le dio una pequeña probada. Al hacerlo, lo vio abrir considerablemente los ojos. "Wow... ¡¿Es doble chocolate con marshmallows?!" Le preguntó con un brillito en sus ojos.

"Bueno, sí... Es tu favorito, por eso pensé que querrías."

"No recuerdo la última vez que me preparaste uno. Muchas gracias." Goten le agradeció con una hermosa sonrisa. Ante esto, asintió y se alejó de ahí con un sentimiento ligeramente amargo. Volvió a su oficina, usó el reloj que le diseñó Bulma para aplicar una cubierta instantánea en su cuello, para luego ponerse a pensar en lo que tomaba asiento.

Trataba de hacer memoria... ¿Cuándo fue la última vez que tuvo un gesto de ese tipo con Goten, simplemente porque le naciera? ¿Hace cuánto efectivamente no le preparaba una taza de ese chocolate que él sabía que tanto le gustaba? Era algo tan simple, y aun así hace años que no se tomó unos minutos para consentir a Goten así.

El castaño de vez en cuando lo despertaba con una taza de café negro y unas tostadas con mantequilla cuando aun estaban juntos... ¿Por qué no se dedicó a hacer lo mismo por él en alguna oportunidad?

Lanzó un gruñido mientras se refregaba los ojos.

"Soy muy idiota..." Se prometió a sí mismo tener más consideración con Goten y su bebé.

Así, más allá de simplemente espiarlo y tratar de dilucidar cuando podría tener algún antojo, comenzó a prepararle algo a Goten cuando él se hacía una merienda. Su padre seguía teniendo gestos mucho más certeros que los suyos, lo que era obvio por la explicación que le había dado Vegeta. Pero eso no le importaba de la forma que lo hacía antes.

Estaba preocupado por no recuperar la confianza de Goten antes de que fuese tarde. Si su padre seguía bajo los efectos de las feromonas del castaño, significaba que aun no lograba ese cometido.

Por lo demás, se dio cuenta de que él conocía a Goten, y por lo tanto sabía como podía consentirlo y cuidarlo sin necesidad de esas feromonas. Muchas veces, Vegeta se le adelantaba pero descubrió también que esas feromonas no eran tan mágicas como creía en un inicio. Las atenciones del príncipe saiyajin parecían darse cuando Goten realmente tenía una fuerte necesidad biológica, y como Trunks no podía competir contra eso, decidió simplemente atender a su amado como siempre debió hacerlo. Tal vez no estaba solucionando sus necesidades biológicas con precisión, pero sí le entregaba pequeñas expresiones de preocupación y cariño genuinos.

Y estaba seguro de que recuperaría a Goten.

Goten llegó un sábado a Corporación Capsula, para ser recibido por Trunks

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Goten llegó un sábado a Corporación Capsula, para ser recibido por Trunks. Si debía ser honesto, el pelilila estaba siendo muy considerado con él. Era extraño, pero para nada desagradable.

"Iré a entrenar un rato, ¿quieres venir?" Le ofreció el pelilila con una sonrisa. Le llamó la atención que hace un tiempo, de repente, Trunks comenzara a entrenar de nuevo con mayor seriedad.

"No es tan malo, pero no te confíes aun."

El castaño reprimió una risita. Incluso la orgullosa voz estaba cayendo también ante los encantos de Trunks aparentemente.

"Dale de comer. No nos servirá de nada debilucho si es que demuestra ser digno."

"Me encantaría." Dijo en respuesta. "Pero antes creo que prepararé algo para que comamos." Trunks lo quedó mirando impresionado para su sorpresa.

"Realmente... ¿vas a prepararme algo para comer? ¿A mí?" El pelilila preguntó con una sonrisa temblorosa, ante lo que Goten rio incrédulo.

"Pues sí... Si vas a entrenar, necesitarás comer algo." Como respuesta, Trunks sonrió ampliamente.

"Ok, te espero en la cámara de gravedad entonces." Cuando estaba dirigiéndose a la cocina, el otro lo detuvo tomando su muñeca con delicadeza. "Me encanta que estés aquí, Goten." Le dijo con voz profunda, llena de emoción. Pronto lo soltó y se retiró de ahí.

Pero Goten se quedó paralizado mientras su corazón latía con fuerza. Estaba seguro que su rostro debía estar completamente sonrojado. Durante ese último tiempo, debía recordase continuamente por qué había terminado su relación con Trunks, donde la voz cumplía esa misión. Sin embargo, algo que tenía claro era que nunca dejó de amar a Trunks, ese nunca fue el problema... pero ahora parecía que su ex se había propuesto a hacer que lo amara aun más.

El poder de la luna [Truten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora