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Tener a Naky y Yubin como roomates era divertido, al menos lo intentabamos para hacer sentir cómoda a Yubin en ese nuevo hogar, donde podíamos refugiarnos entre todo el trabajo que teníamos y los estudios, ahora eramos una familia, una familia que pronto perdería a un miembro importante.

—En una semana viajamos a Daejong. —Nos comentó Seoyeon, estabamos dispersas por la sala ya que ella nos había dicho que tenía algo importante por comentarnos o al menos para hacerle saber a las demás.

Nos abrazamos en conjunto, Xinyu había iniciado aquel abrazo, estabamos las seis en una rueda y alguien se movio lo que creó un efecto dominó de empujones y tropiezos, casi caímos todas al piso pero mantuvimos el equilibrio y empezamos a reír por el casi accidente. 

Una tarde, casi terminando mi turno en el trabajo, ya había logrado tener mi ascenso como mesera y estaba limpiando una de las mesas del lugar con un trapo cuando la campana sonó, no reparé en el cliente que había entrado hasta que llegó a la mesa en la que yo estaba acomodando las cosas.

—En un segundo tomo su orden. —Dije monotomamente.

—Yo te espero. —Esa voz. Era ella.

La miré y sonrió juguetonamente al ver mi expresión de sorpresa.

—Si te gusta vivir, no ordenes nada de aquí. —Le aconsejé y ella rio más fuerte.

—¿Ya casi sales del trabajo?

—Ya casi, ¿Por qué?, ¿Veniste a verme?, eres muy considerada —Mi tono fue meloso por lo que Seoyeon me dio una palmada aun riendo.

Terminé rápido de limpar las mesas, llené los tarros de salsas y aderezos, dejé listos los baldes y los utensilios de limpieza donde correspondían, me cambié de uniforme y me despedí del gerente.

Salí junto a Seoyeon, ya casi anochecía, podíamos ver el sol ocultarse tras los edificios del fondo, el ocaso, el cielo completamente rojo, y los ojos brillantes de Seoyeon, la vida se sintió distinta por un segundo.

—¿Qué tal el turno hoy? —Me preguntó y yo me alcé de hombros.

—Estuvo más tranquilo que otros días, ¿Y tú qué hiciste hoy? —Ella también se levantó de hombros.

—Ir a la universidad y pedir los documentos que necesito para el traslado... —Su tono comenzaba a tornarse dacaída.

—¿Lograste conseguirlos?

—Sí.

—En ese caso, espero que en la nueva universidad a la que vayas, conozcos muchas personas y te llenes de buenos recuerdos como hiciste aquí.

—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿No vas a volver a la universidad?

Pensé un momento qué responder, porque era una posibilidad que me había planteado si me salía con la mía en esto de la música, podía dejar la universidad y seguir trabajando un tiempo, o dejar el trabajo y seguir estudiando... Aún no lo tenía claro.

—Por ahora va a ser difícil porque tengo que trabajar y no me queda tiempo para ir a estudiar.

—Pero ahora que Naky y Yubin también están en tu casa ayudando, tus gastos se reducen. Deberías aprovechar y buscar así sea un empleo de medio tiempo. —Me aconsejó. Ella detuvo su paso y yo a su lado también lo hice para verla frente a frente, levantó su meñique y continuó... —Prométeme que volverás a estudiar.

Miré su meñique alzado frente a mi, tenía dudas pero si era lo que Seoyeon pensaba que sería mi bien, a lo mejor podría intentarlo.

—Lo prometo. —Dije un vez tomando su meñique. Nos quedamos unos segundo así, solo disfrutando del tacto de la otra, pude notar que su mirada había bajado a mis labios, en ese instante mi corazón se detuvo porque era posible... era posible que... aquello con lo que había fantaseado tanto tiempo sucediera... pero no sucedió... ella se alejó, metió las manos en los bolsillos de su abrigo y siguió caminando, yo la seguí.

—¿Conoces un buen lugar por aquí para cenar? —Me preguntó. —Yo invito, quiero saldar mi deuda del helado contigo antes de irme.

Sonreí amargamente. Pero le seguí la idea.

—Conozco un lugar por aquí donde venden pizzas.

Doblamos a la izquierda, adentrandonos a una calle lejos de la autopista transitada. Estabamos en silencio mientras yo lideraba el camino. Pero detuve el paso abruptamente, no pude evitarlo y solté aquella idea que rondaba mi mente durante todos esos días.

—No te vayas, ven a vivir con nosotras.

Seoyeon volvió a mirarme sorprendida, quizá era mi voz temblorosa o mis ojos aguados pero su mirada se ablandó al verme.

—Mis padres no me dejarían...

La escena se cortó cuando dos chicos mayores que nosotras se nos acercaron, al comienzo no había entendido que decían hasta que uno de ellos sacó una navaja del bolsillo pidiendonos que le dieramos todo el dinero que tuvieramos. Estaba en shock, estaba paralizada del miedo, pero él no perdió el tiempo, volvió a gritar y amenazó con dirigir la navaja hacia Seoyeon. Yo me avalancé para impedirlo y la navaja terminó atravesandome a mi.

Los chicos se asustaron al ver la sangre, sujeté mi brazo observando con los cobarse se iban por donde habían llegado a paso rápido. Seoyeon comenzó a gritar por ayuda. Y una sirena distante, se oyó hasta llegar a nosotras.

Pain In Valentine (tripleS) YooSeo, Soxinz, NakybinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora