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Los siguientes días estuvimos aprovechandolos lo mejor que pudimos antes de que el tiempo se nos agotara, quisimos sacar al máximo cada segundo mientras tuviéramos a Seoyeon en la banda y así crear los mejores recuerdos posibles para no arrepentirnos y ponernos tristes el día en que volvamos a ensayar y sintieramos el frío de su ausencia golpeándonos con fuerza.

El último día tuvimos la idea de hacer una quedada en la casa, habían algunas cervezas, comida chatarra, juegos de mesa y música, nada que fuera excesivo. 

Preparamos una sorpresa para Seoyeon, Sohyun le regaló una correa para la guitarra con estrellas blancas, Naky le regaló una colección de casettes, Yubin una cobija para que no pasará frío durante el viaje y Xinyu le regaló un llavero con la imagen de Pochacco.

Cuando llegó mi turno le di un sobre que decía que debía abrirlo una vez nos hubiéramos despedido.

Al día siguiente Sohyun y Naky se habían ido a trabajar por lo que Yubin, Xinyu y yo, nos ofrecimos a acompañar a Seoyeon y la tía Yoon en su camino hasta la terminal de autobuses de Seúl. Les ayudé a cargar las maletas en la camioneta y así nos fuimos.

El trayecto fue un poco silencioso, no habían muchos ánimos para una conversación Seoyeon miraba constantemente por la ventana y yo tomé su mano, era la ultima vez que podría hacerlo.

Cuando llegamos a la terminal, esperamos por el bus que iría a Busan, estamos en una sala amplia llenas de sillas, la tía Yoon revisaba la lista de las cosas pendientes asegurándose de que todo estuviera en orden. Seoyeon dejó caer su cabeza en mi hombro y así nos quedamos hasta que la llamada del bus nos alarmó.

Era la hora de despedirnos.

Los pasajeros hacían fila para subir al bus. Cada una de nosotras nos despedimos de Seoyeon con un abrazo.

—Buen viaje Seoyeon. —Decía Xinyu apretándola en su agarre, casi asfixiandola.

Yubin se abalanzó contra ella y comentó que aunque no se conocían de hacía tanto tiempo, le tenía mucho cariño por haberle dado tanto apoyo mientras atravesaba por un momento difícil así que le deseaba lo mejor en ese nuevo comienzo.

Llegó mi turno, ella no podía mirarme directamente.

—No se te olvidé escribirme, con eso sabré dónde estás en iré a visitarte. —Le dije en un tono calmado y después la abracé, Tardamos un rato en separarnos. Cuantas ganas tenía de tomar su mano para detenerla y darle un último beso antes de que se fuera, pero no era el lugar y de todas formas, habíamos estado besándonos todo el tiempo en los últimos días. Un abrazo bastaba para mi, sentirla entre mis brazos una ultima vez.

Ella se alejó agitando su mano en forma de despedida volviendo con su tía en la fila del autobus.

—La voy a extrañar demasiado. —Admitió Xinyu en un tono triste cuando se acercó a mi y dijo: —Tú más que nadie. —Yo asentí, Xinyu me rodeó con sus brazos apretandome en su agarre y sentía que pronto el oxígeno saldría de mi cuerpo o mis ojos saldrían de sus cuencas, alguna de las dos situaciones, pero antes de que ello sucediera, Xinyu se separó bruscamente de mi.

Así vi que Seoyeon había vuelto, la miramos confundidas.

—El conductor me ha dicho que no puedo llevar mi guitarra, si la dejo en el baúl es probable que le pase algo y se dañe pero no puedo llevarla arriba conmigo porque es muy grande. —Seoyeon se quitó la correa de su cuello y nos extendió su guitarra, su voz se partió cuando volvió a hablar. —Por favor, conserve la por mi... Denle un buen uso... De todas formas, no la necesitaré a donde voy...

—Yooyeon... —La tía Yoon llegó tras ella. Dejamos de lado el tema de la guitarra para escucharla a ella. —Si te pido que cuides a nuestra pequeña Seoyeon, ¿Lo harías?

Las demás chicas quedaron atónitas esperando mi respuesta, yo me mantuve serena aunque por dentro empezaba a emocionarme. Claramente que cuidaría a Seoyeon con mi vida si era necesario.

—La cuidaré bien, me aseguraré de que su bienestar sea siempre lo primero. —No dudé en responder.

—¿Tía?... —Preguntó Seoyeon que estaba tan confundida como nosotras.

La tía Yoon tomó la correa de la guitarra y la volvió a colgar en el cuello de su sobrina.

—Quedate, Seoyeon, aquí donde ya eres feliz

—¿Cómo?, Pero... ¿Qué le dirás a mis papás y quién te cuidará durante el viaje?, ¿Y si te desmayas de nuevo?

—Los desmayos eran porque no tenía mi medicina, pero gracias a ti, ya tengo mis pastillas... Y sobre tus padres... —La tía Yoon me miró directamente. —Les diré que quedaste en buenas manos, por que las acciones dicen más que mil palabras.

—Tía...

—Siempre he querido que seas feliz, y sé que lo serás más aquí que en Daejong. —Seoyeon abrazó a su tía, ahora la despedida era entre ellas dos. —No olvides escribir.

—Te escribiré todos los meses. Sin falta, como la factura de la luz. —Ambas empezaron a reír. —Te quiero mucho, tía.

—Adiós, Seoyeon. También te quiero.

Bajaron el equipaje de Seoyeon que estaba en el baúl, y ahora ella tomaba mi mano a mi lado mientras agitabamos las manos libres para despedir a la tía Yoon que se asomaba por la ventana y así el bus arrancó camino a Busan.

Hubo un abrazo de cuatro iniciado por Xinyu. Apesar de haberse separado de su tía a quien quería, la sonrisa reluciente de Seoyeon había vuelto.

Pain In Valentine (tripleS) YooSeo, Soxinz, NakybinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora