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Seoyeon se instaló en mi cuarto, este ya no solo me pertenecía a mí, ahora tenía una compañera con quién compartir ese espacio. Hice lugar en el armario para dejar la mitad para ella, la diferencia era notable, mi lado estaba repleto de prendas amontonadas y el de Seoyeon casi no tenía ropa, solo lo necesario.

—Cuando te mudas empiezas a discernir en lo que es importante y las prendas de ropa que solo te has puesto una vez desde que las compraste. —Decía mientras terminaba de colgar sus últimos abrigos.

Le ayudé a organizar sus cosas, sus casetes, su guitarra estaba en el sótano junto a los demás instrumentos, verla allí me hizo ver que la familia estaba completa de nuevo. Que la fractura era cosa del pasado y ahora, aunque llegaran más obstáculos, lucharíamos más fuerte por nuestro sueño.

—¡Hay que celebrar! —Exclamó Sohyun cuando volvió del trabajo y vio a Seoyeon junto a nosotras, le explicamos lo que había sucedido y al principio creyó que le estábamos gastando una broma.

En la noche tuvimos una pequeña reunión en la casa, otra vez había cervezas y un paquete familiar de papas, Naky y Yubin prepararon palomitas, la base se quemó así que estás resultaron tener ese sabor amargo pero más allá de quejarnos, yo pensaba que sabían muy bien. Como el toque de realidad que tiene la vida para decirte que es verdad, algo bueno está sucediendo porque a veces las cosas buenas también pasan.

Bailamos, saltamos y gritamos al ritmo de la música que salía de una radio que leía los cassettes de Naky. Terminamos agotas y la fiesta acabó temprano porque Sohyun debía ir a trabajar al día siguiente, Naky tendría una entrevista y el resto debían ir a la universidad.

En la noche, con la luz apagada, Seoyeon y yo estábamos acostadas en mi cama, cerca, tan cerca que podríamos abrazarnos, pero no lo hacíamos, ella tomó mi mano enyesada y movió su pulgar de arriba abajo.

—Deberías volver a la universidad. —Comentó.

—Si lo hago quién va a mantenernos. —Dejé un beso en su cabeza y automáticamente ella se acomodó dentro de las cobijas para mirarme.

—Podrías conseguir un trabajo de medio tiempo.

—Pero ganaría solo la mitad.

—Y yo trabajaría medio tiempo también y ganaríamos un sueldo completo entre las dos.

Sonreí al escucharla, no era un mal plan. Esos detalles, su forma de centrada de ver el mundo, solo hacían que lo que sentía por ella incrementara.

Los días libres por el accidente se acabaron, durante ese tiempo pasaron muchas cosas, Seoyeon había conseguido un trabajo de medio tiempo como cajera, y mi jefe estuvo de acuerdo con reducirme el horario con la condición de reducirme el salario si seguía trabajando con él en el restaurante.

El paso más complicado fue volver a la universidad, el director quería negarse porque pronto entraríamos al tercer semestre y ya había varios temas que habíamos perdido, pero un profesor que reconoció a Seoyeon abogó por nosotras, el director vio las buenas notas de Seoyeon y la admitió de nuevo, yo también era buena alumna, incluso sin esforzarme tenía buenas notas.

No tardamos en volver a la universidad y todo era distinto, pero igual a la vez, muchas cosas habían cambiado y si era así, ¿Por qué la sensación de que todo permanecía igual?

La diferencia era que el horario empezaba a ser exigente con nosotras, al final del día llegábamos tan cansadas a casa que preparábamos nuestros almuerzos del día siguiente (o bueno, Seoyeon los preparaba y yo le ayudaba en lo que me pidiera), terminábamos las tareas de la universidad (si alcanzábamos), nos dábamos el beso de buenas noches, sin falta, y nos íbamos a dormir. Al día siguiente se repetía la rutina.

Pain In Valentine (tripleS) YooSeo, Soxinz, NakybinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora