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—Acabemos con esto rápido, señorita Kim, —Habló el oficial de policía frente a mi, quería intimidarme. De alguna manera se autoconvencia de que yo le estaba mintiendo. —¿De dónde ha sacado esto?, —Dejó una bolsa con un contenido blanco similar a la harina. —Entre más nos colabore, menos tiempo pasará en la cárcel.

Él golpeó la mesa porque mi silencio le fastidió.

—Nunca antes en mi vida había visto eso.

—No mienta, —Insitió él, —estaba en el estuche de su bajo. —Tomó la lámpara y me la acercó la la cara para después acercarse él a mi, yo no rompí el contacto visual en ningún momento, me mantuve flemetica, más bien era él, el que parecía ponerse nervioso. —Hemos estado buscando una red de tráfico que opera con la fachada de una banda clandestina de rock, que organiza fiestas y conciertos con el fin de vender sustancias psicoactivas de todo tipo. La señorita... —Señaló a la puerta, sabía que se refería a Naky quien había terminado en el bote conmigo. Ambas por la misma razón, nos inculcaron de un crimen que no cometimos —La que toca la batería en su banda, ya nos confesó que ha asistido a una de estas fiestas que se llevó acabó el 17 de abril en un cementerio, ¿Usted también estuvo presente en esa fiesta?

—No recuerdo la fecha exacta, pero... Es cierto que... he estado en una fiesta en un cementerio una vez... —El me miró como si me hubiera atrapado. —Pero no nos quedamos mucho tiempo, solo tomé media cerveza y me fui.

—¿Nos quedamos? —Preguntó indagando más en quién sabe qué, no entendía a donde quería llegar. —Tú y las demás miembros de la banda a la que pertenecen, ¿Verdad?

—Esto es estúpido. —Exhalé cansada sin haber notado que lo había dicho en voz alta. Mi rostro debió enrojecer, así como el del policía que volvió incluso más serio con una expresión deformada a causa del enojo.

—¿Crees que es estúpido? —Me gritó, sentí un poco de saliva salpicar en mi mejilla. —¿Crees que puedes librarte de esto pretendiendo que eres inocente?, Me temo que las pruebas que puedo presentar ante un juez, no mienten. Puedo meterte ahora mismo en la cárcel por más de veinte años y para cuando salgas ya estarás tan vieja y arrugada que ningún hombre se va a fijar en ti...

Quería rodar los ojos, pero lo evité, él iba a seguir gritándome, tenía esa intención, gracias al cielo alguien abrió la puerta interrumpiendo.

—Agente, Park, es suficiente. —Era otro policía, llegó anunciando que el interrogatorio debía terminar allí, me sacaron de esa sala y me llevaron a la celda donde estaba Naky echa bolita en una de las sillas.

—No has visto las películas. —Le dije sentándome a su lado. —Si te muestras débil van a aprovecharse de eso.

Pero Naky no me escuchó, en vez de eso se mostró más alterada, me tomó por el cuello de la camisa y me sacudió.

—¡Nos van a meter a la cárcel!, ¡Pasaremos años encerradas sin ver la luz del sol!

—Cálmate, Nakyoung. —La golpeé, en mi defensa ella estaba actuando muy extraño. Ella se tomó la mejilla y yo me acosté contra la pared.

—Sabes que somos inocentes, que todo esto es una injusticia.

—Lo sé, pero estoy preocupada, ¿Cómo puedes estar tan tranquila en esta situación?

Yo me alcé de hombros.

—El que nada debe nada teme.

Estuvimos allí toda la noche, Naky se había quedado dormida en el suelo tapándose con su abrigo como si fuera una cobija. En la noche entró una mujer de ojos lunáticos y varios tatuajes en los brazos, la encarcelaron junto a nosotras. Naky seguía durmiendo así que la mujer me miró unos segundos antes de que yo le desviará la mirada.

Al pasar las horas el sueño empezó a ganarme, mis ojos se habían cerrado un momento cuando sentí que me estaban hablando los pies y me levanté de un salto al ver a la mujer jalando mis calcetines.

—Dame tus calcetines. —Me ordenó con esa mirada desquiciada y su boca siempre abierta como si la mandíbula se le hubiera atrofiado.

—¡Ayuda, está señora intenta robarnos! —Grité hacia el pasillo, pero nadie llegó. —Naky, Naky, despierta. —Le pedí a mi amiga en el suelo, ella despertó, me miró un segundo enojada, hasta que la mujer se abalanzó hacia nosotras queriendo atacarnos, ambas gritábamos por ayuda mientras forcejeábamos con la mujer que abría y apretaba su mandíbula amenazando nos con modernos.

Una oficial llegó a la celda y la golpeó con el bolillo, pidió orden y silencio y después de eso, se fue.

La mujer se calmó y pero luego de ese encuentro, ni Naky ni yo volvimos a pegar un ojo esa noche.

En la mañana estábamos cansadas y hambreadas, nos dieron de comer una pasta insípida y un vaso con agua pero lo agradecí porque moría de hambre.

Horas más tarde, un oficial llegó a la celda.

—Kim Yooyeon y Kim Nakyoung, son libres. Solo así abrieron la celda, nos escoltaron hasta la salida luego del papeleo y nos quitaron las esposas. Naky y yo caminamos hasta la salida, allí afuera estaban Sohyun, Xinyu, SeoYeon y Yubin. Esta última corrió a abrazar a Naky en cuanto la vio. Yo saludé a las chicas presentes y Seoyeon se acercó para darme un pico en los labios y abrazarme.

—No van a creer lo que pasó. —Dijo Sohyun.

—Ustedes tampoco nos van a creer. —Le respondí.

Y definitivamente ninguna de las dos lo creíamos. Ni lo de nuestras fantásticas aventuras con la mujer loca de la celda ni lo que Sohyun me había contado esa mañana.

Naky y yo estábamos poniéndonos los zapatos en la calle del frente.

—¿Te quería quitar los calcetines? —Y yo asentí, todas quedamos procesando el evento en nuestra mente.

—¿Y qué era lo que me querías contar a mi?

—¿Recuerdan a las chicas de Bullgirly's?

—¿Cómo no acordarnos de ellas?

—Su vocalista se llama Dahyun, las otras chicas son Nien, Kotone y Kaede, nos hicimos amigas.

Naky se atoró al escuchar eso y yo estaba realmente sin palabras, así como lo prometimos, no podíamos creerlo.

Resulta que Nien había visto a un par de chicos buscando entre mi bajó, a ella se le hizo extraño porque había reconocido que era mi bajó, y tenía la corazonada de que algo estaba pasando, cuando nos llevaron a Naky y a mí a la cárcel, Kaede le contó lo sucedido a Sohyun recomendándole recuperar las grabaciones de una cámara que había visto dentro del camerino, tuvieron que rogar al personal pero obtuvieron las grabaciones que llevaron a la policía donde lo analizaron y dictaminaron nuestra inocencia, toda una noche para operar, así de eficiente es la policía de este país.

—¿Con qué fin querrían inculparnos de un crimen? —Preguntó Naky.

—Para sacarnos del camino. —Apuntó SeoYeon.

Dejamos el asunto ahí y nos fuimos a casa desanimadas y cansadas, habíamos gastado tanta energía ensayando para el concurso como para perderlo todo así.

Cuando salí de la ducha y me puse ropa cómoda, bajé hasta la sala, Seoyeon nos cocinó algo a mí y a Naky, algo casero, caliente y servido en un plato limpio, jamás había saboreado tanto una comida en mi vida.

—Eres la mejor cocinera del mundo, Yoon Seoyeon. —Dijo Naky a mi lado, también disfrutando de la comida de mi novia.

—Y la más hermosa. —Le dije yo, y ella sonrió lanzándome un beso.

—Lo mejor será descansar, ensayaremos en la tarde. —Avisó Sohyun llegando a la sala, ella también estaba agotada. Un respiro para el grupo era lo mejor que podíamos hacer luego de todo lo que habíamos pasado.

Estaba intentando dormir lo que no había podido dormir en la noche, cuando sentí que alguien abrió la puerta de la habitación, luego la cerró y caminó hasta la cama sin querer hacer ruido, así sentí un peso al lado de mi colchón, yo la busqué y la rodeé con mis brazos dejando besos cortos en su hombro.

—Te amo. —No supe si lo había pensado o lo había dicho, tampoco supe si hubo respuesta o no porque caí rendida por el sueño y ya no pude recordar nada más.

Pain In Valentine (tripleS) YooSeo, Soxinz, NakybinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora