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Los días pasaban y cada vez solía llegar más agotada despés del trabajo, lo unico que quería era dormir días enteros. En los ensayos de la banda me tuve que hacer a un lado en el viejo sofá de Sohyun supervisando a las chicas. 

Sin mi bajo, no podía tocar junto a ellas. Esa energía la enfoqué en escribir una canción, la llamé "Tomate Engusanado", me enfoqué en representar lo que significaba vivir del día a día sin tener un rumbo fijo.

En uno de los ensayos puede devolverle el abrigo a Seoyeon que me había prestado el día en que la acompañe a casa en la noche, ese día Seoyeon nos reunió y dijo que tenía algo importante que decirnos. Les comentó a las chicas lo que yo ya sabía, la situación se estaba complicando y la tia de ella estaba ahorrando y vendiendo sus cosas para pagar los pasajes e irse a Daejong.

—Sea la desición que tomes, te apoyaremos y siempre vamos a estar agradecidas por todo lo que hiciste por la banda. —Sohyun la abrazó, incluso Naky había dado algunas palabras, cortas, pero había dicho algo y también terminaron en un abrazo.

Yo seguía ahí sentada en el mueble sin poder hablar gracias a ese nudo en la garganta. Seoyeon y yo nos miramos desde la distancia y fue cuando ella dijo. "Las voy a extrañar".

Al acabar ese ensayo el equipo terminó desanimado. Cuando Naky y Seoyeon se fueron. Sohyun se acercó a mi, yo no había dicho una sola palabra aún.

—Nos va a hacer falta Seoyeon. Estuvimos un buen tiempo buscando una guitarrista como ella, ¿Qué vamos a hacer?

Intentaba dar mi mejor esfuerzo en el trabajo, no tenía mi bajo, la banda estaría a punto de quebrarse sin Seoyeon, y yo aun no me imaginaba mis días sin verla tocando la guitarra en esa manera etérea en la que ella la tocaba. El mundo parecía perder su color.

Una noche finalizando el turno, el gerente me llamó a su oficina.

—Aquí está tu pago. —Dejo un sobre encima de la mesa y lo estiró hacia mi. —Ya puedes irte. No vayas a tomar alcohol demás, mañana te espero aquí temprano y te aviso que no admitimos borrachos.

Revisé el sobre una vez había salido de la oficina, eran tantos billetes que no podía contarlos en ese lugar, los guardé entre mi sosten y me fui a casa.

—Adivina. —Le dije a Sohyun una vez me heché en el sofá al lado suyo. Ahí supe que estaba sacando las notas y los acordes de una de sus canciones favoritas.

—¿Qué adivino?

—Ya me pagaron.

—¿Posta? —Entonces me dio toda la atención del mundo y me golpéo una pierna con su rodilla. —¡Es tu primera paga!

Tomé el control y le bajé el volumen a la televisión.

—Ya puedo pagarte el plato que te rompí. —Dije sacando dos billetes y dejandolo al frente de Sohyun en la mesa de vidrio. —Ahora... ¿Cuanto debo darte por dejarme vivir aquí contigo?

Sohyun me miró como una madre orgullosa mira a su hijo después de graduarse.

—¿Cuánto te falta para comparte un bajo?

—Puedo ahorrar y en un par de meses lo lograré...

—Con lo que ganaste y lo que tienes ahorrado, ¿Podrías comprartelo mañana?

—¿Qué dices?, ¿Cómo te pago después lo del alquiler y la comida?

—No te preocupes por eso, este mes va por mi cuenta, el próximo me ayudas con las facturas, ahora lo que necesito es que sigas tocando con nosotras. —Mi cara de incredulidad hizo reír a Sohyun quien volvió a apoyarse sobre el mueble y volver a su tarea, tenía un oido bien entrenado para lograr descifrar las notas y los tiempos, me quedé un rato ayudandola mientras seguías con la conversación.

—En serio a este punto no sé cómo voy a pagarte todo lo que has hecho por mi.

—Un día vamos a ser famosas, ese día, acuerdate de mi.

El día siguiente era el sexto de trabajo de la semana por lo que tuve la oportunidad de salir temprano sabiendo que el día siguiente era mi descanso. Cuando salí del restaurante vi la camioneta de Xinyu estacionada a un costado y a las chicas esperandome allí.

—¿Qué hacen aquí? —Pregunté.

—Vamos a acompañarte a comprar tu bajo. —Explicó Sohyun.

Xinyu me recibió con un abrazó tan apretado que apenas podía respirar, contagiandome con esa felicidad que la invadía. Apenas me había soltado cuando Seoyeon corrió hacia mi para abrazarme también, yo la rodeé con mis brazos sin querer soltarla.

—Vamos, en camino chicas que cada segundo que perdemos es un segundo más que pudimos haber estado ensayando. —Habló Naky y Seoyeon se separó de mi, inmediatamente extrañé el calor de su cuerpo.

Llegamos a la tienda de instrumentos, Xinyu quitó la radio donde sonaba una canción de rock. Al entrar en el local no pudimos emocionarnos al ver los instrumentos.

—Esta guitarra es el nuevo amor de mi vida. —Seoyeon corrió hacia una guitarra que colgaba en la pared mientras daba saltos de emoción al verla.

—¡Con esta batería terminaría golpeando como John Bonham! —Gritó esta vez Naky quien hacía el amago de abrazar una de las baterías desde la distancia.

—¿En qué puedo ayudarles? —Nos preguntó un encargado cuando se apróximo a nosotras.

—Estamos buscando un buen bajo. —Se adelanto Sohyun.

El encargado nos presentó varios bajos de todos los precios, marcas, colores, tonalidades, algunos comunes y otros ortografiados o coleccionables... Estaba indecisa hasta que mi mirada reparó en uno rojo escondido tras el mostrador.

—¿Y ese bajo rojo stratocaster? —Pregunté. El chico pareció sorprenderse y lo tomó para traerlo hacia nosotras, era hermoso.

—Tenies buen ojo. Y voy a dejartelo a un buen precio.

Esa tarde durante el ensayo con las chicas, di lo mejor de mi mientras tocaba. Nuestra música comenzó a sonar como si hubiese revivido, como los zombies en las películas de George A. Romero. Xinyu terminó más emocionada que antes al terminar de escucharnos. El telefono comenzó a timbrar desde la cocina donde estaba colgado. Sohyun corrió a responder mientras las demás nos quedamos ahí. Naky alzó las palmas de la mano y yo las choqué con ella, seguido de Seoyeon quien también se veía emocionada.

—Hasta estás más sonriente. —Dijo Naky apuntandome con una de las raquetas.

—¿En serio?

—Hace mucho no sonreías así, —Seoyeon estuvo de acuerdo dandome una palmada en el brazo. —Verte feliz me hace feliz.

Me quedé sin palabras, Seoyeon me miraba directamente y sentí cada uno de mis latidos incrementar el tempo hasta sonar como el heavy metal.

—¡Eres muy talensosa! —Xinyu me abrazó, como por quinta vez en el día, yo le agradecí por el cumplido. Seoyeon no nos quitaba la mirada de encima, pude notarlo.

—¡No me lo van a creer! —Sohyun interrumpió la escena asomandose por la puerta. parecía que acababa de ganar la loteria.

Pain In Valentine (tripleS) YooSeo, Soxinz, NakybinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora