Es 1967 y Marcy está harta de ser aquella chiquilla religiosa la cual todos molestan.
Cansada de un dios que finge oídos sordos, toma sus propias riendas as escondidas.
¿Qué tan mal podría irle si recurre a la mismísima Diabla? ¿Qué tan rápido le o...
La familia Wu partirá a las afueras de Londres al siguiente día. Marcy puede sentir el malestar irse con lentitud de su cuerpo, dejándole un leve vacío en el pecho que, poco a poco y sin darse cuenta, se está volviendo más grande.
El estar sola, en silencio y acurrucada en la cama de su habitación, le hace recordar cuanto extraña a Sasha, y lo mucho a veces odia que fuera la Diabla. Tenerla lejos es una lenta tortura, y prefiere pasar por cualquier otro que le trajera dolor físico que uno que le hace sentir dolor en el corazón y no para de pensar ni un segundo.
Quedo clarísimo que no había descansado ni un poco aquella noche, porque todo el cuerpo le duele, y porque no puede dormir sin hablar con Sasha antes. Además de sus hematomas y notables ojeras oscuras bajo sus ojos, carga con un tremendo mal humor que apenas la deja respirar.
¿Tiene dependencia emocional? No le gusta admitirlo, pero continúa siendo una realidad.
Su familia, la cual jamás la vio de aquel modo, tan gruñona, decidieron ignorarla, y tratarla como siempre antes de subir al vehículo. Sus padres conservan en los asientos de adelante. Darcy ve a través de la venta, mientras Marcy escribe en su diario, absorbida por sus pensamientos.
—Será un precioso viaje, ¿verdad?
—Sí, cariño —le respondió el hombre a su esposa, suspirando a la par que observa por el espejo retrovisor a su hija menor—. ¿Marcy? —intento ser cauteloso—. ¿Todo en orden?
La adolescente dejó de mirar lo que escribía, para devolver la mirada por el espejo retrovisor.
—Sí, sí, todo en orden —respondió de mala gana.
Marcy regreso la mirada a su libreta para seguir escribiendo. Y no comprende para nada lo que sucede: Tal vez extraña mucho a Sasha, talvez necesita de su presencia, o quizás solo desea su propia extinción
O solo está harta de lo que le sucede, de la frase de la familia que lleva consigo y el cómo ninguno quiere admitirlo o el cómo su padre intenta brindarle su confianza cuando fue una porquería desde que era pequeña.
Suelto un sonoro suspiro, sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas, las cuales no fluyeron, cerro su libreta y giro su cabeza totalmente a la ventana para que su familia no pudiera ver sus ojos llorosos, notando en aquel momento el cuervo que se alza por el cielo, volando a la misma velocidad del vehículo.
Se odia a sí misma.
Decidió permanecer en silencio, a la par que respira hondo por la nariz para soportar el llanto.
El auto se quedó en silencio, y Marcy, sin poder evitarlo, se durmió.
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La familia Wu partirá a las afueras de Londres al siguiente día. Marcy puede sentir el malestar irse con lentitud de su cuerpo, dejándole un leve vacío en el pecho que, poco a poco, se está volviendo más grande.
