Los tontos ganan.「Quackity X Tú」

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Pol se había ido y ya estábamos todos en la casa, estaba en mi habitación junto con Roier quien se veía un poco enojado pero no entendía si por mi o por la reacción de quackity.

Me sentía nerviosa, enojada, preocupada, ansiosa, no podía parar de morderme las uñas y sobrepensar. ¿Y si los demás se ponen de lado de quackity y piensan lo mismo? no soy una interesada pero tal vez no lo demostré.
A el lo conocen desde hace mucho más tiempo, tal vez lo prefieran.

─Deja de pensar lo que sea que tengas en la mente, no tienes porque estar nerviosa, todo esta bien. ─Roier puso su mano en mi rodilla la cual no dejaba de mover arriba y abajo por ansiedad.

─¿Por qué es así conmigo? no entiendo su necesidad de minimizarme de esa manera por unas estúpidas compras. ─Exclame frustrada, a Roier yo tenia la confianza de contarle cualquier sentimiento y pensamiento que tenga.

─Ni siquiera puedo defenderlo, no se que decirte, no tiene razones para ser tan mierda pero solo lo hace, y se contradice a el solo después de todo, Osvaldo y Spreen ya hablaron con el pero aún así nadie lo hace cambiar de opinión. ─Roier bufo.

─No me interesa que cambie de opinión, solo quiero que me respete. ─ Suspire. ─ ya vengo. ─Me levante y me dirigí la terraza de la casa, creí que ahí abría más paz.

Antes de salir de la habitación Roier me hablo

─No podías soportar pasar todos los días en España sin hacerlo, ¿verdad? ─Se perfectamente a lo que se refería, él odiaba que yo fume.

─Ni siquiera había pensado en eso. ─Mentira. ─Tu tranquilo, no lo he hecho. ─Salí de la habitación y entre al ascensor.

Al salir a la terraza pude admirar el precioso Atardece que había, caminé hacia el balcón y saque la cajetilla de cigarros de mi
bolsillo.

Solté un brinco al escuchar una voz desconocida detrás mío.

─Hola. ─Era una voz argentina pero no era de Spreen, mucho menos de Carrera.

Al girarme vi a un chico de rulos con una sonrisa magnifica sentado en una de las camillas que había.

─¿Quien sos? no conozco a mucha gente de la que Spreen invito. ─Las buenas vibras que me generaba eran enormes.

─Me llamo _____, Me pasa igual te lo juro, hay demasiados argentinos que me vuelvo loca, ¿Tu eres? ─Respondí cortes.

─Bueno, soy otro argentino más. ─ Se burlo. ─ Ger, German o Uni, como vos quieras decirme, un gusto. ─Sonrió.

─¿Uni? ─Pregunte riéndome un poco.

─Si, en redes me conocen como Unicornio y la mayoría me llama Uni, me acostumbro. ─Explico re calmado.

─¿Tu username es Unicornio? Me encanta. ─Me reí.

─Viste? originalidad al mil. ─Se río.

─Puedo? ─Pregunte para sentarme a su lado.

─Dale sentate, también podes prenderlo si querés, no me molesta. ─Se portaba demasiado amable.

─¿Que cosa? ─Pregunte.

─El cigarro, ¿A eso subiste, no? ─Señalo la cajetilla en mis manos.

─Ah...no. ─Deje la cajetilla a un lado. ─Prefiero hacerlo sola después.

─Si vos querés, esta bien, no te juzgare, no me gusta el cigarro pero un porrito de ves en cuando no se niega. ─Empezó a reírse pero paro cuando vio mi rostro. ─Dale reíte, estoy jodiendo.