𝙎𝙪𝙨 𝙙𝙤𝙨 𝙢𝙪𝙟𝙚𝙧𝙚𝙨

1.7K 123 54
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


𝙱𝚊𝚜𝚎 𝙼𝚒𝚕𝚒𝚝𝚊𝚛, 𝚁𝚎𝚒𝚗𝚘 𝚄𝚗𝚒𝚍𝚘.


Al día siguiente Simon ya no estaba a mi lado, abracé mi almohada y lloraba, creía que llorando podría liberar todo lo que sentía pero no, sentía que mi cuerpo se podría y que el dolor incrementaba más con cada día. 

No quería levantarme de la cama, no tenía la fuerza ni siquiera para poder sentarme, solo quería quedarme ahí llorando, pero sabía que no debía quedarme ahí. 

Con las pocas fuerzas que tenía me levanté y empecé a limpiar todo el desastre que había dejado el día de ayer, entre todas esas cosas también ordenar y sacar todas las cosas que había de Simon en mi habitación. 

Encontré camisetas, sus guantes, uno de sus pasamontañas y una de sus armas. Las guardé en una caja y la guardé bajo de mi cama. 

Me senté y pensé todo lo que había pasado, ya había dejado de llorar así que lo mejor sería que intente procesar todo de una buena manera, respiré un par de veces pero se me hacía imposible poder recordar todo sin llorar. 

- Tranquila, respira... todo tiene solución menos la muerte, así que solo piensa, piensa en todo. 

Empecé a unir todo, le iba a dar a Ghost el beneficio de la duda, igual no regresaría con él pero por lo menos saber que si me ama de verdad, con eso solo me basta para poder seguir. 

Mi mente quería creer que no fui solo un juego y una niña tonta, sino que fui una mujer amada a pesar de todo. 

Me vestí con unas botas de cuero y mallas negras, un vestido de lana blanco y una chaqueta de aviador, lentes de sol, aunque no hiciera nada de sol, pero eran más que buenos para ocultar mis ojos rojos de tanto haber llorado, así también como usaba guantes para cubrir mi mano dañada. 

Fui a la oficina de Price para pedir permiso de salir. 

- Pasa... wow, te ves muy guapa - sonrió. 

- Gracias, eh... quería pedir permiso para poder salir hoy, ahora para ser exactos, quiero un poco de aire fresco. 

- Saliste ayer, sabes que no doy dobles permisos. 

- Lo sé, pero debo recoger el Jeep, ayer por una urgencia tuve que dejarlo pero lo traeré. 

- Bien, anda pero trata de no tardar mucho, hay cosas que hacer y ya es hora que empieces a entrenar a tus propios reclutas. 

- Gracias. 

Salí de ahí y tomé un taxi para que me dejara en el punto exacto donde dejé el Jeep y justamente ahí seguía. 

Tomé las llaves y abrí el auto, habían un par de cosas mías, me subí al auto y pensé en regresar a la base, pero decidí dar un largo paseo en el auto para despejar mi mente. 

Liar - 𝐒𝐢𝐦𝐨𝐧 "𝙂𝙝𝙤𝙨𝙩" 𝐑𝐢𝐥𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora