𝙍𝙪𝙢𝙗𝙤

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𝙱𝚊𝚜𝚎 𝙼𝚒𝚕𝚒𝚝𝚊𝚛, 𝚁𝚎𝚒𝚗𝚘 𝚄𝚗𝚒𝚍𝚘.


Me quedé estática, un embarazo definitivamente no estaba entre mis planes ahora, quiero decir sí pero no de esta forma, pensaba en tener un hijo en algunos años, pero esto sin duda es tan inesperado. 

 Aún me faltaba mucho tiempo para salir de mi turno pero ya quería irme a mi cama, todo esto era muy ilógico, no había tenido ningún síntoma, no tenía retrasos, nada que diera algún indicio de que esto sea un embarazo, tal vez solo es un falso negativo. 

 Busqué a una de las enfermeras de más confianza y le pedí que me hiciera otra prueba de sangre. 

- ¿Segura que se encuentra bien?

- Sí, solo es por rutina, me lo está pidiendo el capitán - sonreí tratando de parecer convincente - pero si no puedes está bien. 

- No se preocupe doctora, lo haré en este momento.  

Nuevamente me quitaron sangre, la espera era de 30 minutos, fui a mi oficina en el hospital y caminaba de lado a lado para mientras la espera me carcomía la cabeza. 

Ella llegó, me dio los resultados y se fue, abrí el sobre y nuevamente me confirmo que la hormona que producen las embarazadas estaba elevada, empecé a hiperventilarme, quería llorar. 

Respiraba, llegué a calmarme e hice lo mejor que podía hacer, ver como iba el embarazo y tener cabeza fría para tener poder revisar. 

Tomé el gel para ecografía, me subí el scrub hasta arriba y me acosté en la camilla girando el monitor para ver el feto, buscaba con el transductor mi útero y lo vi... un pequeño feto de 6 semanas, definitivamente era hijo de Ghost. 

Tomé algunas fotos de la ecografía y las imprimí, me daba miedo prender el audio pero lo hice, el monito registraba los latidos, subí el volumen y pude escuchar los latidos del fetos, eran fuertes y constantes, está sano... 

No me había dado cuenta que tenía lagrimas rodando por mis mejillas, me aferraba a los latidos del pequeño feto, mi hijo, pero tenía que pensar, tenía que ser consiente de las cosas que estaba por enfrentar y más a esta edad. 

Ahora lo peor es que ya no tenía amigos, necesitaba contarle a alguien sobre esto, no podría ser a mi nana porque ella le diría a mis padres, no por chismosa sino porque sabe que estoy sola. 

Después de un rato salí de mi turno, todo el cansancio y sueño que tenía se había ido, caminaba decaída por todo y no me di cuenta que me choqué con alguien. 

- Lo siento, ¿Estás bien? - Gaz me miró con preocupación al ver mi estado catatónico. 

- Sí, gracias, estoy bien - sonreí pero rápidamente empezaron a caer las lagrimas por mis mejillas - ¿Podemos hablar?

Liar - 𝐒𝐢𝐦𝐨𝐧 "𝙂𝙝𝙤𝙨𝙩" 𝐑𝐢𝐥𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora