Capítulo 6

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Los días seguían transcurriendo solitarios para María, el rechazo de Alejandro hacía ella era evidente, los trabajadores se daban cuenta de ello y no entendían la razón de los malos tratos de Alejandro para con su esposa, ellos habían escuchado que él estaba enamorado de Julia García, pero sin duda María era una gran mujer, que siempre trataba a todos con respeto y ayudaba en lo que podía, se mostraba de buenos sentimientos, eran testigos del amor que ella profesaba por Alejandro y de todo lo que hacía por él.

Alejandro ha estado de un mal humor, dado que Julia ha rechazado verlo, su frustración sigue aumentando. Está en el estudio, preocupado por el ganado, deben conseguir vacunas para aplicarlas a los animales, sin embargo, no han podido conseguir dicho medicamento, ya no sabe que más hacer para controlar ese problema.

¡Necesitamos esas vacunas lo antes posible! El ganado está en peligro – hablando por teléfono – las perdidas serán demasiado si no logramos conseguirlas, así que has todo lo posible por encontrarlas – Alejandro cuelga frustrado, sintiendo la presión de sus responsabilidades.

María escuchó el problema que surgió con el ganado y los trabajadores le informaron que Alejandro no había podido conseguir las vacunas, ya que se encontraban agotadas. Ella conocía a un amigo veterinario, sabía que él, sin duda, podría conseguir las dichosas vacunas.

Ricardo ¿cómo has estado? – preguntó María

Muy, ¡muy bien María! ¡me alegra tanto escucharte! tenemos tanto tiempo sin vernos – expresó Ricardo – que grato es volver a escuchar a una gran amiga.

¡Lo mismo digo Richard! – contestó emocionada María – te llamaba para pedirte un favor, espero no molestarte

Dime, ya sabes que nunca eres una molestia, siempre que te he necesitado has estado para mí – respondió – y si puedo ayudarle con gusto lo haré

María le explicó a Ricardo que su esposo estaba buscando ciertas vacunas para el ganado, pero estaban agotadas y debían suministrarlas lo antes posible. Ricardo confirmó que podía conseguirlas y llevarlas lo antes posible.

¡Te agradezco tanto! – expresó ella con alivió – ¡nos vemos mañana!

María salió en busca de Alejandro que estaba por las caballerizas

¡Alejandro! – gritó María

¿Ahora que quieres? – respondió con enfado

He conseguido las vacunas, mañana mismo, al amanecer las traerán – dijo agitada

¿En serio? – preguntó feliz – ¿Estás segura?

¡Claro! – contestó – un veterinario que conozco las puedo conseguir, ya hizo unas llamadas y las tendremos aquí

¡Qué buena noticia! – expresó Alejandro suspirando con alivio – te agradezco haberlo llamado...te dejo porque debo revisar las algunas siembras – dijo dejando atrás a María

¡De nada, mi amor! – susurró para ella misma contenta por haber recibió las gracias

María estaba terminando de cocinar, y al poner la mesa la sorpresa que se llevó fue que, cómo pocas veces, Alejandro llegó a comer con ella.

¡Llegaste Alejandro! – expresó feliz y emocionada

Estoy hambriento, ha sido un día de mucho trabajo – dijo con indiferencia

¡Siéntate! Ya servirán la comida – expresó María, sentándose frente a Alejandro

Alejandro disfrutó mucho la comida, sin duda María cocinaba bastante delicioso, comieron en total silencio, pero María se sentía feliz porque imaginó que por haber ayudado a Alejandro se había ganado un poco de su cariño.

El sendero del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora