Capítulo 14

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María despertó al sentir caricias y besos por su espalda.

¡Buen día! – escuchó decir a su esposo

¡Hola! – dijo ella volteándose para verlo a los ojos con felicidad, él le dio un beso largo y sexy cuando la tuvo frente a frente – hay que levantarnos para acompañar a tus padres a desayunar – dijo ella

No quiero, yo de lo único que tengo hambre es de ti – besándola nuevamente

¡Alejandro! – se quejó, alejándolo de ella – ¡vamos, debemos salir de aquí ya! Iré a visitar a mis padres

¿A visitarlos a ellos o a ver al imbécil de Daniel? – dijo atrayéndola hacía él y besándola en el cuello

¿Es enserio? ¿Otra vez con eso? – expresó enfadada – estoy harta ¿Acaso crees que alguien pueda considerarme hermosa? Te recuerdo que varias veces me recalcaste que soy la mujer más fea y patética que conociste, quizá Daniel piense lo mismo y lo que dijo fue para no quedar mal, tal vez él no sea capaz de decirme palabras tan hirientes, aunque las piense – dijo ya con una molestia palpable, viéndolo a los ojos y conteniendo las lágrimas que amenazaban con caer.

¡Fui un imbécil al decir todas esas palabras! jamás debí expresarme así y herirte de la forma en que lo hice – dijo con arrepentimiento – juré no tocarte y hacerte sufrir, prometí hasta el cansancio no llegar a quererte, dije infinidad de palabras y expresé sentimientos que ahora me arrepiento – mientras intentaba acercarse más a María, de ella no salía ni un sonido ni una palabra, solo escuchaba y contenía el llanto – ahora eres la mujer que no puedo sacar de mis pensamientos, a la que deseo y anhelo hacerle el amor, eres tan hermosa que no quiero que ningún hombre esté cerca de ti, eres una persona que tiene tan buenos sentimientos que jamás me trató mal a pesar de ser tan patán, me encanta que ayudes a los demás y que ellos te quieran, pero odio que los hombres te vean de la manera en que lo hace Daniel y Gabriel, odio cuando sonríes con ellos y que te digan lo que todo el mundo sabe, lo hermosa que eres por dentro y por fuera – María estampó sus labios contra los de él y le dio un tierno beso, él la abrazó por la cintura acariciando su piel aun desnuda

¡Te amo! – dijo dándole una mirada comprensiva y llena de amor – te perdono todo y no volveré a mencionarlo ¡prometo que olvidaré todos esos momentos que me hirieron!, sentir tu cariño y tenerte junto a mí es lo que me importa

¡También te quiero, amor! – dijo Alejandro, sin embargo, su mente voló a su amor por Julia y el acuerdo de divorció que tenía en la otra habitación, ahora se sentía tan confundido.

Se abrazaron y Alejandro acordó ir con ella a comer a la hacienda "Rivero"

Alejandro necesitaba despejar su mente y aclarar sus sentimientos, así que decidió ir al lugar que visitaba con Julia, cerca del río, estuvo un momento solitario pensando en lo que realmente quería para su futuro, Julia apareció abrazándolo por la espalda.

¡Mi amor! – dijo Julia con ternura, cuando él escuchó su voz su corazón latió fuerte, pero sus sentimientos y amor ya no se sentían tan intensos cómo antes

¡Julia! – le costaba expresarle su amor sin tener remordimientos y sentir que la estaba engañando – mi amor – dijo en un susurro, ya no sentía las mismas ganas de estar con ella y eso lo confundía más, porque sentía que aún la amaba, pero también sentía algo fuerte por María, aunque se negaba a aceptar que fuera amor, el prefería decir que sólo era cariño.

¡Me has hecho tanta falta! – mientras se colocaba frente a él para volver a abrazarlo, colocando su cabeza a la altura del pecho de él

¡yo también te extrañe! – sentía que era mentira y un amargo sabor inundó su boca, no entendía porque ahora le costaba decirle ese tipo de cosas.

Julia se paró de puntitas y le dio un beso, un beso que él profundizó, y la abrazó por la cintura, sin embargo, a su mente llegó un recuerdo de María y se separó abruptamente de Julia. Estaba tan confundido, le gustaba sentir los labios de Julia y seguía sintiendo amor hacía ella, pero también estaba María a quién deseaba y quería.

Me volveré loco – pensó, mientras Julia lo volvía a abrazar

¡Alejandro! Vine a buscarte para hablar contigo – inició Julia

¿Qué sucede? – preguntó con curiosidad

Tengo que estar fuera alrededor de 1 mes – comentó ella – mis abuelos me pidieron viajar a la ciudad para revisar algunos trámites que tienen que ver con la hacienda.

Entiendo – dijo él

He pensado que es bueno para que podamos esclarecer la situación de nuestra relación – comentó con un poco de tristeza – quizá para cuando regrese ya tengas noticias sobre tu divorcio, o razones para finalizar lo nuestro – mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, él sintió su corazón romperse al verla así

Será un tiempo para aclarar nuestras mentes – confirmó él – pero te aseguro que pase lo que pase, será lo mejor para ambos – acariciando su rostro

Tengo miedo – con voz temblorosa – ¡no quiero perderte! ¡no quiero que dejes de amarme! eres el único que me ha amado tan intensamente – dijo con gran tristeza – ¡te amo tanto, Alejandro! – mientras sus lágrimas caían por sus mejillas

Eso no pasará Julia – dijo dando un beso lento – también te amo – dijo con palabras, pero ya no lo sentía.

Alejandro ahora se sentía tan confundido como cuando llegó a ese lugar, se hallaba entre dos mujeres que quería y no sabía qué hacer con ello.

A lo lejos Daniel que pasaba por allí visualizó a Alejandro y la escena tan intima que mantenía con Julia, no desaprovechó la oportunidad y tomó fotos, donde se veían los abrazos y besos de los que fue testigo, esas imágenes las usaría en el momento más oportuno para arrebatarle a María.

Durante la comida y el resto de la tarde María y Alejandro estuvieron en la hacienda "Rivero", pasaron un buen momento, y él se dio la oportunidad de convivir con sus suegros y cuñados que resultaron ser demasiado carismáticos, amables y agradables. La familia de María quedó sorprendida por el cambio de Alejandro, y por la manera tan diferente que la trataba.

¡Hermanita, has logrado enamorarlo! – exclamó emocionada Alondra, en el oído de María

Aún creo que estoy soñando – dijo ella con felicidad

¡Te dije que era un imbécil si no se daba cuenta de la mujer tan maravillosa que tiene! Al parecer ahora ya no lo es tanto – dijo Alondra en voz alta, cuando se dio cuenta que todos escucharon se sintió muy apenada y se tapó la boca – ¡Lo siento!

Tienes razón, cuñadita, fui un imbécil por haberme comportado y tratado a María como lo hice – dijo dirigiendo su vista a María – pero ya no hay ningún rastro de eso – atrapando la boca de María en un beso tierno

Al llegar la hora de irse ambos se despidieron de los Rivero, María prometió volver pronto y ayudar a su madre con los preparativos de una gran reunión que tenían planeada realizar dentro de 1 mes, Alejandro expresó que acompañaría a su esposa en cada una de las siguientes visitas, porque no planeaba permitir que Daniel o Gabriel intentaran acercarse nuevamente a ella.

Las siguientes tres semanas fueron lo mejor que María puedo vivir, se sintió tan amada, Alejandro la hacía sentir tan bien, hicieron tantas veces el amor que conocían a la perfección cada parte del cuerpo uno del otro, Alejandro se sentía tan pleno que no podía pensar en nada más que su esposa, sin embargo, no ha sido capaz de decidir si desea su matrimonio con María o sus planes con Julia...

El sendero del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora