𝟬𝟲. LA CAMARERA, II.

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 CAPÍTULO SEIS
'estoy bien con mi rencor, mis lágrimas,
mi cerveza y mis velas'

Thalia se creía una persona muy discreta y difícil de leer, aunque todos siempre decían saber lo que pensaba gracias a su rostro expresivo y su falta de suerte para ocultar secretos

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Thalia se creía una persona muy discreta y difícil de leer, aunque todos siempre decían saber lo que pensaba gracias a su rostro expresivo y su falta de suerte para ocultar secretos.

Como ese momento.

―Cliente en la mesa veintisiete.―anunció el elfo gruñón detrás del mostrador.

La pelinegra respiró hondo tratando de no sentir asco consigo misma por haber aceptado el dinero de aquellos hombres, en la piel de su muslo hay una marca de tierra proveniente del dedo de aquel anciano.

―Buenas noches, ¿Qué...?―Thalia miró la mesa tratando de completar la frase con un ¿Qué quiere?, pero quien está ahí no necesita presentación.―¿James?

Es una de las pocas veces que lo llama por su nombre en siete años y es sólo porque estaba demasiado sorprendida como para acordarse de intentar sonar arrogante.

Él no estaba sentado, estaba de pie mirándola con la misma incredulidad, ambos se miraban fijamente como si estuvieran a punto de comenzar a gritar, pero no pronunciaron una palabra.

Thalia escribió algo en su libreta y se dio la vuelta con la esperanza de encontrar un escape, pero no podía dejar su puesto ahora, incluso si sentía los ojos de Potter dondequiera que fuera.

James Potter quedó completamente congelado en el lugar, pidió una cerveza y vio las manos de Thalia temblar para dársela, no pidió nada más que pequeñas porciones de maní solo para evitar que lo echaran del lugar.

A las dos de la madrugada de septiembre de 1977, la joven Black se puso sus medias oscuras y se abrazó a sí misma mientras salía por la puerta trasera hacia la brisa fría que anunciaba el otoño. Caminó rápidamente, aprovechando los pocos minutos que tenía para alejarse de James Potter.

James Potter ya estaba esperando en el cruce de Hogsmeade a Hogwarts, apoyado contra un poste de luz con una fea capa en sus manos. Thalia se detuvo, pensando en cuáles eran las opciones.

De pie sola en el pasadizo secreto ―que en cualquier caso no era aconsejable para pasar de Honeydukes a Hogwarts, solo al revés―, Thalia sólo vio una opción que no implicaba asesinato.

El cabello corto voló hacia su rostro mientras la chica corría con pasos cortos hacia James, deteniéndose frente a él y de repente cubrirse con esa fea capa que llevaba.

―Está bien, te ayudaré.―Thalia habló de mala gana.

James no prestó atención a sus palabras, a Potter no le gustaba mucho el otoño por la forma en que la estación le quitaba todos los colores. En ese momento absolutamente todo detrás de los hombros de Thalia era marrón o rojizo, y eso era todo lo que James podía ver.

Si no fuera por la chica que estaba muy cerca de él buscando calor humano para no congelarse. Sus ojos eran muy verdes, James no podía compararlo con nada que hubiera visto antes porque nunca había visto algo tan verde.

sweetness ━ james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora