CAPÍTULO VEINTISEIS.
'El dulce sueño había terminado,
mi mano era la que buscabas durante toda la gran guerra.'El fuego crepitaba en la chimenea mientras una fuerte lluvia golpeaba contra las ventanas de la sala, los árboles afuera se doblaban con intento viento que se llevaba alguna tejas débiles, la tensión en la habitación crecía como si todos estuvieran en la tormenta y no fueran bienvenidos en la comodidad de los sillones. James Potter, sentado en la mesa de ajedrez mágico, estaba visiblemente agitado, su mirada preocupada iba constantemente hacia la puerta, como si esperara alguna noticia en cualquier momento, algo que no pasó desapercibido para Sirius. Fleamont, el padre del chico, estaba leyendo un periódico mientras se calentaba en un sillón cercano, tratando de ocultar el hecho de que tampoco podía evitar notar el estado de ansiedad de su hijo.
Mientras observaba la aprehensión de James, Sirius Black, su mejor amigo que ya no vivía allí aunque lo visitaba con frecuencia, movió una de las piezas de ajedrez mágico en un movimiento casi despreocupado. Él sabía exactamente qué estaba causando la angustia de su amigo, y aunque trató de mantener la calma para el consuelo de Potter, también sintió un nudo en la garganta mientras el tiempo pasaba sin noticias de su prima, a quien alguna vez sintió que podría odiar tan rápidamente. La luz de los interminables relámpagos iluminaba intermitentemente la habitación, resaltando las expresiones tensas de los tres hombres. James, incapaz de concentrarse en el juego o en cualquier otra cosa que no fuera Thalia, movió las piezas de todos modos, solo para tener algo que hacer con sus manos y no terminar arrancándose el pelo.
Rompiendo el tenso silencio de la habitación, se escuchó un trueno, seguido inmediatamente por golpes frenéticos en la puerta, como si la propia lluvia estuviera desesperada por entrar. James y Sirius se pusieron de un salto, mientras Fleamont se levantó más lentamente, apoyando el periódico en el brazo de la silla. Los tres corrieron hacia la puerta, con el aire cargado de preocupación y cierta anticipación. Fue James quien abrió la puerta, los tres se encontraron con una fuerte y fría lluvia que entró como una bofetada, pero estaba más preocupados por la figura que tenían frente a ellos que por el clima. Una mujer delgada, de cabello muy rubio, cubierta con una capa azul oscuro y aún así con su ropa empapada, estaba apoyada contra la puerta, jadeante y agitada.
―¿Pandora?―la voz ronca y quebrada de James, por sus largos minutos sin habar, intentó hablar por encima de sonido de la tormenta.
Pandora levantó la cabeza, sus labios se separaron, demasiado sin aliento para responder de inmediato. Su cabello y su ropa estaban empapados y se le pegaban como una segunda piel. Su rostro delataba más que sólo cansancio, se podía ver algo muy cercano al pánico en su mirada. Aún así, alcanzó el pomo de la puerta con manos temblorosas y trató de recuperar el aliento lo suficiente para hablar.
―¿Puedo entrar?―la rubia finalmente logró decir, pareciendo casi incapaz de mantenerse de pie. Los tres parecieron despertar de una pesadilla, haciéndose a un lado y asintiendo, Fleamont la atrajo hacia adentro y cerró la puerta detrás de ella. La repentina temperatura de la habitación pareció calentar a Pandora, quien se quitó la capucha, mientras aún temblaba convulsivamente.
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sweetness ━ james potter
FanfictionSWEETNESS | El verano de 1977 fue para los Potter aún más triste que los días fríos y lluviosos del invierno. Con la pérdida de Euphemia Potter, tanto James como Fleamont se sintieron perdidos en cuanto a qué hacer a partir de ese momento. Cuando el...