Black Tornado (Stalion)

Capítulo 8

Deucalion no había puesto peros al nuevo caso, a lo que no había dado respuestas era a la participación del omega en este. Pero eso no había menguado el interés y la implicación de Stiles, había ayudado al grupo de Ennis a organizar la mejor intervención hasta el momento, llegando a la conclusión que en este caso era necesario traer también al hermano de Isaac. Así que Stiles había sido la principal fuente de información, junto a la base de datos de la comisaría de esa zona. De la misma manera que en el caso de ese omega, conseguir el permiso de la policía de California no había sido difícil, simplemente estos se hicieron los locos. Así que en ese mismo momento Stiles estaba organizando la sala, a la espera de que el furgón llegará.

La puerta se abrió y Stiles detuvo su trabajo de limpieza a los utensilios, miró a Deucalion con el ceño fruncido mientras dejaba el cuchillo en su sitio. Esperó que Deucalion hablara, pero al ver que no decía nada limpió esta vez la pistola. Aún estaba esperando que el Alpha le confirmara si podía ser el encargado de la intervención.

- ¿Entiendes lo peligroso que esto puede ser para ti?- Preguntó Deucalion sin moverse de la puerta, Stiles siguió limpiando sin hacerle mucho caso.

- El único que es un peligro real va a morir ¿Dónde ves tú el peligro?- Preguntó Stiles caminando esta vez hacia el asiento dónde estaban las correas para el Alpha y comprobando que estuvieran bien sujetas.

- Podrían poner tu coartada en peligro, solo con que el omega se ponga en contacto con alguien del pueblo...

- ¿Quién le va a creer?- Le cortó Stiles, acercándose a él. La mirada seria hizo que Deucalion sonriera de lado.- Después de más de un año que llegue un chivatazo que sigo vivo, pasaría igual de desapercibido que las ratas.- Dijo Stiles levantando la barbilla, demostrando que estaba por encima del Alpha.

- ¿Quieres hacerlo?- Stiles asintió seguro, Deucalion se lo respondió igual.- Bien, pero después te vas a ir a un curso del FBI, si te vas a quedar aquí debes estar entrenado.- Dijo acercándose y acariciando la barbilla, se acercó y dejó un beso en los labios de este.- Prepárate para llevar a cabo la intervención.- Sonrió antes de irse, dejando a Stiles con una sonrisa tonta en la cara.

Subió y se vistió con ropas negras, se detuvo delante del sitio donde tenía unos pañuelos para taparse la cara, pero lo dejó a un lado. No quería ir con la cara tapada, quería que Isaac confiara en él, quería que el Señor Lahey viera su cara antes de morir. Así que simplemente se puso unos guantes de cuero y salió cuando la alarma empezó a sonar.

Caminó a paso lento, decidido a ser el mejor en su trabajo. Al llegar a la puerta activó la cámara, viendo como Ethan acababa de atar al Alpha, así que entró y le sonrió a su equipo mientras salían. Se dedicó a pasearse por la sala, observando a Isaac, este no tenía ningún golpe aparente, pero podía ver algunas de las cicatrices anteriores. Se sentó al lado de este y se encendió un cigarro, uno de los pitidos sonó, pero Stiles simplemente miró al cristal tintado y dio otra calada. El primero en despertarse fue Isaac, este lo miró todo asustado, sobre todo se quedó congelado al ver a Stiles mirándolo con una sonrisa.

- Me alegra verte de nuevo Lahey.- Saludó el omega apagando el cigarro y cruzando las piernas.- ¿Sabes dónde estás?- Preguntó con un tono tranquilo, queriendo mantenerlo en paz.

- Si tú estás delante de mí, ¿En el cielo?- Stiles se rio con suavidad, siendo interrumpido por el ruido amortiguado de los gritos del Alpha. Stiles giró su cara hacia allí manteniendo la sonrisa en su cara.

- ¿Crees que él estaría en el cielo?- Preguntó Stiles volviendo su atención al chico, que negó tenso, Stiles se enderezó y arrastró la mesa hasta quedar enfrente de Isaac.- Alguien ha dado la voz de alarma, alguien nos ha dicho que estabas en peligro que un... Alpha.- Dijo con asco clavando los ojos en el padre de este, sin querer utilizar ninguna palabra más despectiva.- Quería venderte después de haberte maltratado durante toda tu vida. Así que hemos decidido ayudarte, darte una oportunidad de empezar de nuevo. Tienes dos opciones, lo matas o lo matamos.- Dijo notando el miedo en la mirada del omega, como esta viajaba de la mesita a su padre, en varias ocasiones, cada vez más decidida.