Black Tornado (Stalion)

Capítulo 15: Final

Desde la oscuridad Stiles pudo escuchar cada sonido con mucha claridad, había detectado llantos, ruegos y golpes. Pero sobre todo uno que hizo que el sabor amargo de garganta se intensificara. La voz de Susan era la predominante en esas mazmorras, ella ordenaba, insultaba y manipulaba a los omegas a su gusto. Desde la visita de Leyla nadie se había acercado a su celda, únicamente le dejaban una bandeja con comida de vez en cuando, la cuál solo comía una pequeña parte para evitar que el posible sedante que esta pudiera llevar no le dejará totalmente K.O.

Pero los tacones que se acercaban a él y cada vez sonaban más fuerte le hizo tensarse, se levantó en medio de la habitación, felicitándose por no haber comido nada ese día. La puerta se abrió esparciendo la comida por el suelo, Susan la miró con el ceño fruncido antes de mirar a Stiles con cansancio. La mujer le lanzó un corsé y ropa interior antes de negar con suavidad.

- Ponte eso y espera a que vengan a por ti.- Dijo antes de agarrar el pomo de la puerta para cerrarla.

- No pienso ponerme nada.- Susan sonrió mirándolo con una ceja alzada.

- Haz lo que quieras, si no tienes eso puesto te llevaré desnudo, a los Alpha les dará igual.- Dijo antes de cerrar la puerta. Stiles tragó saliva y miró la ropa resoplando, le parecía denigrante, pero lo mejor era ponérsela.

Aunque se sintiera muy humillado en esa situación, prefería mostrarse vestido a desnudo delante de viejos ricos que compraban omegas de usar y tirar. Agradecido que en la habitación hubiera un espejo, así que simplemente se quedó sentado, notando como le costaba respirar, sin saber si era por el corsé o por el miedo que tenía en ese momento, quería volver a ver a Izan y a Deucalion. Porque daba igual el entrenamiento que hubiera recibido en el FBI, ninguna de las situaciones había sido qué hacer si una comerciante de omegas te secuestra y no puedes comunicarte con tu equipo. Así que le tocaba improvisar mientras rezaba que Deucalion hubiera puesto en marcha hasta la Interpol.

Su puerta fue abierta y decidió que el ataque directo no era una opción, un segurata de unos dos metros y grande como un armario lo miraba serio. El olor a Alpha hizo que se arrugara la nariz incómodo.

- Levántate y sígueme.- Stiles obedeció, fijándose en un reflejo metálico en el cinturón de este. Porque aunque no le había enseñado a huir de una situación como esa, sí que había aprendido a desarmar a un contrincante más grande que él.

Stiles se tropezó con sus pies y fingió caerse hacia delante, obligando al hombre a alargar los brazos para estabilizarlo. Este llevó sus manos a la cintura del omega y lo enderezó más cerca de su cuerpo de lo estrictamente necesario, pero que Stiles esperaba que pasara.

- Lo siento, estoy un poco mareado.- Murmuró cerrando los ojos y apoyando su frente en el pecho del Alpha, mientras movió su mano hacia la parte dónde la pistola descansaba.

Antes de que el otro pudiera hacer nada, Stiles la sacó y le apuntó con una sonrisa. El Alpha gruñó y siguió las indicaciones de Stiles de entrar a la celda. Mientras observaba que más llevaba en el cinturón.

- Dame tu teléfono.- El Alpha sonrió enseñándole las palmas.

- La señorita Susan no nos permite llevarlos.- Stiles gruñó dando una mirada rápida al pasillo para asegurarse de que nadie más viniera y negó con rabia.

- Dame el cinturón y vacíate los bolsillos.- El segurata gruñó haciendo y lanzó el cinturón a los pies del omega mientras sacaba papeles y envoltorios de los bolsillos.- Eso te lo puedes quedar.- Dijo antes de agarrar el cinturón y salir cerrando la puerta.

Aprovechó ese momento para ponérselo y guardó el arma un segundo. Repasó todos los objetos que este tenía. Un walki, una porra extensible, la pistola, un manojo con muchas llaves y una Taser. No se quería ni imaginar el daño que estos hombres habían hecho a los omegas asustados. Sacó las llaves cerrando la puerta y volvió a sacar la pistola mientras caminaba, apuntando al suelo y dando pasos silenciosos, que al ir descalzo lo facilitó mucho. Se detuvo en una esquina y miró pegándose a la pared, viendo a Susan organizando algo con una beta, que llevaba una carpeta en la mano.