22. Lejos De Ella

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ALONSO

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ALONSO

De pronto todo el fuego de la ira se volvió hielo en mi sangre. Mi padre va a morir. Una noticia así no puede dejar indiferente a nadie.

Con mi padre siempre nos tratábamos así ya sea discutiendo o en broma. Pero me escuece que le soltara que va a morir sin mamá. No debí decir eso. Porque pronto se hará realidad.

Tengo que ir a verlo, no sé si llevar a Laura. Pienso rápido y con lo astuto que es, aun con sus cambios puede darse cuenta que es el antiguo Lorenzo. Y en su ira puede hacerle daño. Yo por más enfurecido que esté no puedo prescindir de ella.

Llamo de inmediato por teléfono a una mujer de mi confianza, es diestra en temas de lucha y seguridad. Es mayor que Damián, me ayudará a poner un ojo aquí mientras no estoy. Quizás sea bueno que Laura no me vea por un tiempo, y se le pase el enojo conmigo.

Me conecto a la red y en cuanto tengo la fecha de llegada de mi nueva contratación, me encargo de preparar mi viaje.

—Voy a estar un tiempo fuera, vuelvo a casa por asuntos urgentes. Va a venir de apoyo Paula. — le comento a Damián.

—Bien, ella es buena en temas de defensa. Entonces voy a preparar mis maletas para regresar contigo. — dijo Damián. Lo miré y no esperaba que quisiera partir de aquí de inmediato. Calculaba que se quedaría aprovechando lo bello del lugar y que aquí no tiene que sangrar para ganar su paga.

—No, voy solo. — le contesto.

—¿Por qué? Paula es perfectamente capaz de hacerse cargo de Laura. — me contradice.

—Aquí estamos expandiendo el negocio, tampoco se tiene que descartar un ataque de algún grupo que este molesto con nuestra llegada al mercado. — lo miro atentamente.

—¿Por cuanto tiempo te vas?

—Mínimo un mes. — le contesto.

—Entonces deberías además de Paula llamar a otra persona de refuerzo, yo no quiero que me arrastres mas a tus dramas. Prefiero salir de esta casa, ya llevo mucho tiempo aquí. — me insiste Damián.

—¿Temes a no poder aguantar la tentación? — lo provoco.

—Temo que en tus celos enfermizos termines matando a esa chica. Los tipos que yo mando al infierno son adultos, escoria que no vale nada, no quiero en mi consciencia la muerte de una mocosa que recién empieza a vivir por culpa de tus inseguridades. — Me desafía con la mirada.

—¡Que inseguridades ni una mierda! ¡La tocabas mientras ella tenia un bikini diminuto imbécil! — le grito con ira.

—Ese día le dije que saliera del agua porque llevaba una hora sin darse cuenta, no quería que se enferme y luego me soltaras tu perorata que no la cuidé. Y fue la misma razón por la que le ayudé con el bloqueador, para que no quedara roja, como la dejaste tu con los golpes que le diste. Ya sé que es tu objeto que más adoras, por eso me fijo en esos detalles, para evitarme los jodidos problemas. Pero como no lo ves así, manda a venir a dos mujeres más y nos evitamos estas discusiones baratas que no aportan en nada. — me dice asqueado.

FALSO MAFIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora