Capítulo 12

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Travis

Capítulo 12

Desde un principio pensé que venir a esta fiesta era un error, ahora sin embargo creo que sido un error garrafal. ¿Qué diablos estoy haciendo? Bailar con Aly ha sido una locura y no solo porque probablemente en este salón estén todos los ciudadanos de este pueblo y en la mañana seremos la comidilla, no. También es por como me siento cuando estoy junto a Aly y ya no solo se trata de la atracción que me corroe por las venas. Es por esa sensación de felicidad que me transmite, que casi me hace olvidar mis demonios, que cargo con un pasado turbio y lleno de fallos. Con ella a mi lado vuelvo a recuperar una parte del Travis que un día fui y no sé si quiera. ¿Qué haré cuando ella se marche?

No quiero salir del pozo y luego caer de golpe en la oscuridad. Necesito poner esa distancia entre los dos. Claro, eso será después de reclamar el premio. Ahora sujeta mi mano, como en los viejos tiempos, es solo que la corriente que recorre todo mi cuerpo no es en absoluto como en el pasado. Soy un maldito miserable, seguramente Aly sigue viendo en mi a ese chico que la protegía, a un hermano mayor. Mientras mi mente no deja de imaginarse escena en donde le arranco ese hermoso vestido y me hundo en sus muslos. Debo calmarme o terminaré por delatarme, cuando en medio de mis perversos pensamientos la parte que tengo entre las piernas empiece a reaccionar. Es difícil, tengo más de cuatro años que no estoy con ninguna mujer y encima pongo mis ojos en la menos indicada.

—Somos los ganadores del concurso —dice Aly, totalmente eufórica.

—De acuerdo. Por cierto, has estado increíble con el señor Phillis. Nos vendría muy bien una doctora en el pueblo. Después que William se jubiló, hay días que las enfermeras no dan a basto.

—Si el señor William se hubiera jubilado hace cuatro años, me quedo sin pensarlo. Ahora mi vida está en la ciudad.

—Entiendo.

Por el rabillo del ojo la veo ponerse colorada. A pesar de que siempre fue muy arriesgada, nunca supo cómo encajar los cumplidos. Contengo una carcajada que intenta salir de mi boca y que finalmente muere en mi garganta. Me niego a sonreír por las ocurrencias de Aly. No quiero ni necesito de su chispa que aún después de haber transcurrido más de trece años, ella todavía conserva.

Bajo la mirada a nuestras manos, la suya todavía sujeta la mía. Es tan suave, cálida y ahora mismo me hace tanto bien, que tengo miedo de soltarla. Mientras más tiempo pase con Aly, su partida me afectará mucho más. Esta noche es la sensación tan agradable que me provoca su mano ¿Qué será mañana? ¿Qué más extrañaré de ella? Esta mañana apenas la recordaba. Sin embargo, en tan solo un día, ha puesto todo patas arriba. Vale, estoy exagerando, en realidad no ha hecho nada, simplemente ha sido Aly y con eso ha bastado para que quiera recuperar, aunque sea una cuarta parte de lo que un día fui.

—Aquí tienes la botella de vino, los dos boletos para el spa y el jamón.

—Gracias.

Me entrega el jamón, veo su radiante sonrisa y de repente me hago una pregunta. ¿Por qué en el pasado nunca reparé en ella? Sí, en cierto modo me tomé muy en serio mi papel de hermano mayor, nunca vi más allá de la chica de coletas y pecas, hasta ahora. Siempre supe la gran persona que había detrás de ese genio de los mil demonios. Claro, que lo más probable es que Aly me hubiera dado un puñetazo, si en algún momento me declaraba y ahora, bueno, ahora sencillamente una declaración está fuera de todo sentido común. Aun borrando mi pasado y creándome uno nuevo, Aly vive en la ciudad, allí ha construido su vida y sería un egoísta al pedirle que se quedara.

¿Qué diablos estoy pensando? Si ni siquiera sé cuáles son los sentimientos de Aly hacia a mí y ya ando imaginando una vida juntos. Debo estar volviéndome loco. Tanto tiempo sin disfrutar de los placeres carnales de la vida me está pasando factura. No me había cruzado por la mente la idea de buscar compañía femenina, aunque solo fuera por un momento de placer. De alguna manera necesito sacarme estas ideas descabelladas de la cabeza y no veo otra solución.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora