⏰𝑳𝒊𝒌𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒕𝒊𝒎𝒆✘

╰ XII ╯

—¿Espera que?— Preguntó confundido ahora poniéndole más atención al cenizo, se levantó de la cama al escuchar la respuesta del cenizo.

«Como escuchaste nerd» Respondió el Pro-hero. Al parecer esas palabras habían hecho despertar por completo al símbolo de la Paz, se sintió realmente feliz al escuchar que SI había sido invitado a la fiesta de los Todoroki después de haber pensado que ni siquiera lo tomarían en cuenta. «Según lo que me dijo él mitad-mitad será mañana a las 4 de la tarde, será fiesta a lo grande nerd así qué pasó por ti a las 3 ¡NI UN JODIDO SEGUNDO TARDE O TE MATO! ¿¡Entendido?! A esa puta hora te quiero con tu mocosa fuera de tu casa» El pecoso murmuro un leve "entendido" antes de que el cenizo colgara abrutamente la llamada.

Izuku bajo el teléfono de su oído con lentitud, estaba en shock tal vez recuperaría a sus amigos de la UA con lo cuales había perdido contacto gracias a que se había ido de Musutafu hacia Tokio ¿Vería a Iida? ¿Tsuyu? Sus ex's amigos.

Estaba emocionado. Miro la hora y pudo notar que eran las 6 p.m, hora perfecta para salir al parque con su pequeña a jugar un rato, aun que fuera uno pequeño ya que se lo había prometido, por un momento pensó en comprarle algún helado pero de inmediato notó que ya era bastante noche, probablemente se enfermaría así que solo sería una salida al parque. Se puso unos pantalones holgados de mezclilla junto a una sudadera negra también talla extra grande— Ya que siempre decía que se sentía más cómodo con esa ropa que con la ajustada— y por ultimo unas calcetas blancas, algo casual a decir verdad.

Una vez estuvo listo salió de su habitación y bajo hacía la cocina donde estaba su pequeña Kazumi en el sofá junto a su abuela ambos viendo una pequeña caricatura de una cachorra azul. Al parecer Kazumi escuchó los pasos de sus padres bajando por la escalera y de inmediato se escandalizó, quiso bajarse del sofá para saltar a los brazos de su padre.

—¡Kazumi no!— Gritó su abuela Inko sosteniéndola por las axilas, Izuku río enternecido y tomó a Kazumi por su cintura.

—Tranquila princesa, ya nos vamos— Murmuro viendo a su hija, luego volteó a ver a su madre— Mamá voy a salir con Kazumi al parque y probablemente pasaré a comprar un regalo de cumpleaños.

—Si, esta bien Izuku. Con cuidado— Advirtió si madre olvidándose completamente que su hijo era el símbolo de la Paz de todo Japón. El peliverde solo pudo reír y asentir con la cabeza.

El Pro-Hero se dirigió al perchero donde usualmente colgaban sus chamarras, chalecos o sudaderas y tomó la pequeña chamarra color violeta de su hija, se la puso a la peliverde menor y esta hizo un puchero intentando quitarse la chamarra de encima, Izuku la regaño diciéndole que sin esa chamarra no podía salir y solo así la infante se calmo. Le puso un chupón de conejito que combinaba con su chamarra morada. Por último Izuku se dispuso a ponerse sus típicas botas color negro con rojo y solo así pudo salir de aquella mini casa de su madre.

Padre e hija se dirigieron hasta el parque más cercano, había una fría brisa que hacía que las hojas se levantasen con un soplido, ya se estaba oscureciendo, el cielo se tornaba de un tono naranja con rojizo haciendo presente que la tarde se estaba acabando. El Midoriya mayor dejó a su pequeña sobre un columpio donde comenzó a columpiarla lentamente sacando lindas risas de la infante, está se divertía mientras que era empujada por su padre, pasaron una bonita tarde padre-hija jugando juntos en el arenero para niños, tirándola de la resbaladilla, uno que otro balancín con forma de animales hasta que por fin se oscureció. Ya eran las 7:30 de la noche y el sol al fin se había ocultado. Izuku supo que era hora de regresar pero no sin antes meterse a una juguetería, debería comprarle un regalo a la pequeña hija de los Todoroki. De primer momento pensó en comprarle algún juego de mesa pero luego pensó que sería mejor idea comprarle unos colores— Ya que había recordado que a Yuki le encantaba dibujar— También compro un peluche de un gato vestido con un traje de tiburón el cual era extremadamente afelpado.