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TAYLOR.



—¿Durmieron bien, cariño? —pregunta su madre. Addison termina de acomodar los platos en la mesa y yo sonrío deleitada ante sus habilidades culinarias.

—No logré dormir nada —responde casual. Veo como su padre clava el tenedor con más fuerza de la necesaria en su comida mientras me asesina con la mirada. Por suerte mi novia sigue hablando, explicando el porqué: —supongo que es el desajuste de horario, no lo sé.

Mastico con cuidado mientras Joseph me mira con burla. Aún no me acostumbro a su presencia, pero supongo que tarde o temprano tendré que hacerlo ya que aparentemente es como un hermano para Addison.

Pero tampoco me es fácil pasar por alto la satisfacción que le da cuando el padre de Addison hace algo que me aterra, como anoche, cuando insinuó que deberíamos dormir con la puerta abierta y todos se rieron hasta que Addie intervino diciendo que es una adulta.

—¿Cuáles son los planes para este fin? —pregunta Jackson mientras me sirve más café. Le  sonrió en agradecimiento, sabiendo que por lo menos el está de mi lado. De pronto noto que Addie se dirige a la cocina.

Me disculpo y los dejo hablando sobre la parrillada y no sé que más.

—Cariño, ¿no vas a desayunar? —le pregunto cuando llego hacia ella. Su madre me sonríe al igual que mi novia.

—En un segundo, aún no termino.

—Déjame hacerlo —insisto en tomar el sartén y terminar de preparar la comida. Addison está un poquito obsesionada con el control y a veces, cuando le cuesta relajarse, me veo obligada a intervenir.

—Pero...

—Sin peros —la interrumpo—, ¿cuál es el punto de comer si no estarás a mi lado?

—Bien —refunfuña—, solo porque eres muy adorable en las mañanas.

Estoy apunto de responder cuando su madre suelta un «aaaww» que me hace bajar el rostro avergonzada.

—Eres tan adorable, Taylor —escucho que dice a mis espaldas—, ¿tienes sobrinos, cariño?

—No, señora —respondo. Addison se adelanta e interrumpe a su madre.

—Mamá, tu comida va a enfriarse —le dice con calma.

—Ya, ya entendí, quieres estar a solas con tu novia —puedo imaginarme a Addie rodar los ojos, siempre lo hace, incluso cuando no está molesta.

—Venga ya, mamá —le suelta. Su madre ríe antes de salir, dejándonos a solas.

—Ella solo trata de ser amable —le digo cuando se acomoda en la encimara a mi lado. Admiro su rostro sin maquillaje y su cabello despeinado.

—Ella solo trata de decirte lo mucho que quiere un nieto —argumenta—, lo hace todo el tiempo conmigo. Dice que quiere ser abuela mientras sea joven para disfrutar y no sé que más.

—Mi madre dice lo mismo —confieso regresando mi atención a la estufa—, pero no me presiona ni nada por el estilo. Es súper relajada con el tema.

—Bueno, mi madre sí —prosigue frustrada—, es molesto. Ha estado molestando a Jackson con lo mismo desde que cumplió veinticinco.

—¿Y cuando estabas con Sebastian? —pregunto sin pensar. Me arrepiento al instante, sabiendo bien que ese tema ya está olvidado y que no debería insistir en compararme con el.

Pero ella no se inmuta. —Curiosamente solo lo mencionó una vez, y fue porque tuve un retraso y la llamé súper asustada.

—Creí que tu madre moría por un nieto —señalo en burla.

Mastermind || T. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora