Un Mesías entre Demonios - High School DxD y Serie Persona

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Había pasado una semana y estaba bastante sorprendido de que hubiera pasado tan rápido.

Asia había tomado en serio su consejo, y cuando volvió a verla, ella estaba despierta, completamente sana, aunque ahora era un demonio en lugar de un humano. Honestamente estaba feliz por ella. Por la poca información que pudo obtener de Rias y de la historia que la propia Asia le había contado cuando se sentó junto a su cama, la niña merecía una segunda oportunidad. Sin embargo, estaba mucho menos contento con la forma en que ella lo trató después de su recuperación. La chica había empezado a llamarlo "Ángel-san", sin duda en referencia a esa tarde que había pasado a su lado, explicándole lo que había hecho y el motivo por el que lo había hecho. Le hizo desear no haberlo explicado tanto, con todas las descripciones de los Cielos y la Luz y todo eso. Debería haber omitido algunos de los fragmentos de información más evidentes y, en ocasiones, se castigó a sí mismo por no hacerlo. Pero entonces recordó el sufrimiento por el que había pasado la ex sacerdotisa, las mentiras que había sido su vida pasada, y la idea de engañarla fue abruptamente aplastada. Ella, entre todas las personas, merecía saber la verdad, y un poco de malestar por su parte era un sacrificio que estaba dispuesto a soportar.

Aún así, fue bastante discordante estar caminando por el pasillo y que de repente una chica te proclamara como un mensajero del Cielo. Atrajo miradas, y no del tipo bueno. Así que un día llevó a la niña aparte y le explicó por qué llamarlo ángel en aulas abarrotadas y pasillos llenos de gente no era exactamente una buena idea.

Había ido espectacularmente bien. Y también fracasó estrepitosamente.

"Entiendo, Ángel-san", Asia asintió seriamente después de su explicación, "Estás tratando de permanecer oculto entre nosotros para poder ayudar a guiar a la gente al Cielo", la chica se inclinó para susurrar conspirativamente, "No No te preocupes, haré todo lo posible para mantener tu identidad en secreto".

Y entonces ella había dejado de llamarlo ángel en público, lo cual era bueno, y continuó llamándolo así en privado, lo cual era malo porque, como miembro más nuevo de la nobleza de Rias, privado significaba que era inevitable que el resto de los demonios escucharan.

Rias se había divertido muchísimo, al igual que Akeno. Durante los siguientes días, se vio inundado de insinuaciones por parte de los dos, con Rias proclamando que sería grandioso para ella tener el primer ángel en la historia que se uniera a la nobleza de un diablo y Akeno preguntando si la purgaría si tenía impurezas. pensamientos.

Si tan solo pudiera.

La inclusión de Asia en la nobleza de Rias también trajo otro efecto secundario imprevisto, principalmente su influencia en Issei. La ex sacerdotisa parecía considerar al niño su salvador por su intento de rescatarla, y aunque el intento había fracasado, no apagó el entusiasmo al que se aferraba a él. Si se veía a Issei, entonces Asia siempre estaba a cuestas, preocupándose por el niño y sonriéndole amorosamente cuando la enfrentaba. Issei, a pesar de toda su perversidad, no había sabido qué hacer al principio cuando la atención femenina se dirigía hacia él y no al revés. En los momentos en que estaba con ellos y Asia había hecho algo que hacía que el niño se sonrojara, Issei siempre buscaba ayuda en él, rogándole con la mirada que lo sacara de alguna situación incómoda. Se aseguraba en aquellos tiempos de tener siempre alguna emergencia convenientemente a mano para atender, dejando al diablo a su merecida suerte.

Consideró que era una venganza adecuada por tener que sentarse durante las interminables sesiones de charlas de harén que Issei le había impuesto.

Esos días habían pasado bastante cómodamente, e incluso Rias había disminuido las solicitudes de nobleza que le había estado dando. Con la inclusión de Asia, el diablo había estado ocupado instruyendo al miembro más nuevo de su grupo. Se alegró por la paz. Quizás por eso el tiempo parecía pasar tan rápido.