Fracasada

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Pov Alexandra:

Arruine todo, otra vez

Era lo único que pasaba por mi mente mientras bajaba a toda velocidad por la escalera, saltando los escalones para hacer más rápido y desaparecer de aquí lo antes posible, alejarme escaparme, no seguir arruinando todo

Otra vez su sola mención cegó mi mente por completo, no lo pude controlar, nunca puedo. Reaccione demasiado tarde de donde estaba y con quien, poniendo a mi hermanita en una situación horrible, avergonzándola, como siempre

Necesito desaparecer de aquí, irme lejos, no regresar

La avergoncé frente a su jefa, asuste a mi sobrino, los decepcione a ambos; lo pude ver en sus ojos, soy un error para ellos, para todos, merezco estar sola. Maggie tiene razón, nadie debería tener la carga de lidiar con alguien como yo, estoy contaminada, enferma, soy nociva, lo mejor sería desaparecer por completo

Determinada a conseguirlo ingrese la mano al bolsillo de mi chaqueta apenas llegue al parking, tomando las llaves, montándome a mi moto de un salto, intente colocarlas en el contacto pero el temblor dificultaba mi tarea

Golpeé el manubrio varias veces intentando calmarme, mi vista nublada por el llanto no ayudaba en absoluto, sin embargo no me detuve, debía alejarme por el bien de todos, ni siquiera tendrá que haber regresado en un primera instancia, no yo, no mis malditos problemas

Tendría que haber muerto yo esa noche, no Emma

Negue jalándome el cabello, sentía mi respiración condensarse, todo volverse oscuro. No, no podía estar pasándome esto ahora, no de nuevo, no aquí, debía escapar; oí el click del contacto y giré la llave, sin ver realmente lo que hacía pero no pude salir, mi cuerpo fue tomado con fuerza por la espalda, inmovilizándome

- ¡NO, SULTAME! – moví las piernas en todas las direcciones, intentando liberarme, sin éxito – SUELTAME

- ¡NO! – reconocí la voz lejana de Kara, notando que me elevaba bajándome de la moto, me desesperé moviéndome más rápido - ¡soy yo, Alex! – inmovilizo mis brazos pegándome a su cuerpo – soy yo, hermanita

-Déjame – implore, sintiendo como la fuerza abandonaba mi cuerpo, remplazándolo por los temblores – déjame ir, déjame – solloce sintiendo que mis piernas ya no me sostenían, haciéndome caer, pero nunca toque el suelo - déjame

-Jamás – me volteo, aprisionándome con fuerza en un abrazo – jamás te dejare angelito, jamás – deje de forcejear apoyando la cabeza en su hombro, sollozando

-Lo, lo, lo, lo siento – temblé, me abrazo más fuerte – lo siento, no quería, no quería hacerte pasar por esto, lo siento, siempre arruino todo, te avergoncé, lo siento – la fuerza me abandono por completo, haciéndome caer de rodillas pero el impacto no fue doloroso ya que sostuvo mi cuerpo pegado al suyo, sin soltarme, quedando ambas arrodilladas – lo siento

-Ya hermanita, ya paso, no me avergonzaste, todo está bien – negué escondiendo la cabeza en su cuello, sabiendo que me mentía – por favor, cálmate, por favor, respira conmigo

-Puse en riesgo tu empleo, no quería, no, no me di cuenta de que había sucedido, no, no... – me sentí ahogar, llevé la mano a mi cuello, negando frenéticamente – no quiero esto, no quiero nada nada de esto

-No es tu culpa, no puedes controlarlo – me aprisiono con fuerza – la medicación...

-No me odies – implore, ahogada por mi propio llanto – por favor, lo siento, lo siento mucho, no, no quise, no...

-Shhh – acarició suavemente mi cabello, aprisionándome con fuerza – jamás podría odiarte, mucho menos por esto, no estoy enfadada, hermanita

-Lo siento – susurre, abrazándola más fuerte – no quería hacerlo, lo lamento

ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora