Tormenta

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Pov Kara:

La lluvia se desató con furia en la ciudad, los truenos y relámpagos acaparaban toda la atención, junto al viento gélido que parecía atravesar los huesos, especialmente si vestías solo una camisa blanca de manga larga y un pantalón negro de vestir igual de fino, como en mi caso, sumándole el hecho de que estaba empapada, me congelaba

Ni mis meses en Alaska fueron tan gélidos

Alex, por su parte, traía un jean negro, junto a su chaqueta de cuero del mismo color, esa que no se quitaba ni aunque hicieran 40 grados de calor, culminando con los borcegos también oscuros. Sin duda ella no estaba pasando frio, sin embargo, siendo considerada, se refugió conmigo en una cafetería

-Me congelo – titirite tomando asiento en la mesa más cercana a la calefacción – se buena hermana y préstame tu chaqueta

-Tendrás mi chaqueta sobre mi cadáver – replico colocando su mochila en la mesa, rebuscando – voilà – arrojo algo en mi dirección que tome en el aire, abriéndolo, sonriendo al ver un saco negro impermeable – es más tu estilo – guiño

-Eres la mejor – me lo coloque rápidamente sintiendo el alivio instantáneo, suspirando a gusto - ¿cómo sabias...

- ¿Qué iba a desatarse la lluvia que vienen anunciando como la peor de los últimos años para que los ciudadanos se preparen, y como tú no ves noticias nunca ibas a enterarte, y consecuentemente, no estarías preparada? – alzo los hombros – intuición, supongo

-A nadie le agradan las presumidas, Lisa – nos observamos unos segundos antes de empezar a reír, solo con ella me permitía ser infantil, era mi hermanita protectora, siempre lo fue, se sentía bien ser protegida para variar – cuando Yam te vea, no entrara dentro suyo de la felicidad – sonrió, asintiendo

-Con que intentas desviar la atención hacia mi precioso sobrino para evitar la conversación que sabes que tendremos ¿eh? – rodee los ojos

-Presumida – repetí, escuchándola reír – si me dirás nuevamente lo mismo que estos días, mejor hablemos de Yam, porque mi respuesta no cambio ni cambiara, no soy una niña, puedo tomar mis propias decisiones, soy una adulta responsable que...

-Buenas tardes – una camarera interrumpió mi discurso, provocando que entrecierre los ojos en su dirección – lo lamento, no me di cuenta que estaban ocupadas, lo siento

-Tranquila, muchacha – hablo Alex enderezándose, observándola con esa sonrisa que solo reservaba para sus conquistas, haciéndome fruncir las cejas – aquí mi hermanita estaba repitiendo su típica perorata, pero la conozco de memoria, así que no interrumpiste nada, incluso me hiciste un favor – guiño provocando la risa nerviosa en la chica, tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no virar los ojos

- ¿Qué vas a tomar? – sonrió en dirección a mi hermana

Claro, sí, yo estoy pintada, ni te preocupes

-Un café negro sin azúcar para mí y... – me observo interrogante – una chocolatada caliente para ti ¿cierto, adulta responsable? – cruce los brazos, apartando la vista

-Y dos donas con glaseado de chocolate y chispas – murmure, oyéndola reír más fuerte

-Eso será todo, linda – mis ojos quedaran blancos de seguir virándolos – bien, adulta responsable, solas de nuevo, ¿quieres terminar tu discurso o pasamos a la parte donde me importa una mierda?

-Mira, Alex... - empecé

-El discurso entonces – interrumpió cruzando los brazos con una sonrisa – prosigue, hare como que no lo conozco – se reclino en la silla

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