Por primera vez

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Pov Lena:

La alarma sonó a las 6:00 am, retumbando en mi vacía habitación. Deje que suene mientras seguía observando el reloj como durante las últimas 2 horas, simplemente viendo los minutos pasar sin hacer nada. Suspire estirándome para apagarlo, levantándome para ir a la cocina a preparar mi café, tomando la inútil hoja que tenía sobre la cama, arrugándola un poco con molestia

Los pasos se oían con eco en mi casa, a veces la sentía muy grande para mí, demasiado solitaria, ni siquiera los insectos pasaban por aquí. No me molesta estar sola, en realidad así lo prefiero, aunque me gustaría que al menos una vez no sea el vacío quien me reciba, pero varios años de practica remplazaron lo que en un principio fue un profundo dolor, en solo otra parte de mi rutina

Encendí la cafetera tomando mi taza con la frase grabada de "I'm the boss" regalo de Sam, siempre tenía esos estúpidos gestos que me hacían reír o sonreír sin importar mi estado de ánimo, como en este momento, mientras observaba el objeto, negando. Serví el café dirigiéndome a la isla, sentándome con la maldita hoja frente a mi

Personas importantes:
Alexander Luthor
Lilian Luthor
Samantha Arias
Jessica Parker

Tamborileé los dedos en la encimera sin quitarle la vista al papel, como hice durante toda la noche, intentando pensar en quien más agregar, tal vez me olvidaba de alguien, pero no, solo eran ellas, mis otras 2 amigas ni siquiera vivían en la ciudad

Me sentía profundamente molesta con la estúpida rubia por esta innecesaria tarea, estoy segura que se burlaría en secreto de mi por tan patética lista, solo 4 personas estaban en la vida de la científica más importante del país

Quizás solo lo hizo para humillarme

Rodee los ojos ante mi propio pensamiento, suelo ser malhumorada en las mañanas y eso empeora cuando no duermo por culpa de una maldita rubia estúpida infeliz. Golpee la encimera provocando que mi taza vuelque el contenido, no solo sobre la hoja, también sobre mis piernas haciéndome brincar de la silla

- ¡Maldita sea! – pase las manos por mis piernas en un vano intento de calmar el ardor - ¡maldición! – gruñí alzando la hoja empapada – sin duda me tomara todo el día rescribirlo – ironice haciéndola una bolita – si la estúpida Kara Danvers no hubiese aparecido en mi vida, nada de esto habría sucedido – gruñí dejando la taza en el lavavajilla, yendo al baño para prepararme

La ducha siempre era el momento más tranquilizador, sin importar el momento lograba relajarme, quitar toda la tensión de mi cuerpo, algo que no estaba sucediendo ahora. Esa maldita lista me hizo recordar de la forma más cruel que hace años no permito a nadie nuevo ingresar a mi vida; sentía que lo había superado, que no importaba, la soledad y yo nos llevábamos bien, o tal vez simplemente me obligue tanto a creerlo reprimiendo lo que en verdad sentía

"Te crees mejor, más inteligente que todos, tu soberbia nos trajo a este punto, por ese motivo siempre estarás sola, por eso me voy"

- CÁLLATE – golpee con fuerza la pared, como si eso lograra eliminar el recuerdo, olvidar su voz diciéndome esas malditas palabras que desencadenaron tanto dolor – CÁLLATE – sentí un profundo ardor en los nudillos, observe confundida viendo la sangre correr – ¿nunca te cansaras de dañarme, cierto?

Coloque la mano bajo el agua, limpiando el rastro, tensando la mandíbula mientras el ardor se profundizaba, aunque no estaba segura que me dolía más, si la herida externa o la interna que no me había permitido sanar. Negué, despejando la mente, no tenía tiempo para esto, la estúpida rubia no tardaría en llegar

A menos que choque a otro inocente de camino, por supuesto

En la habitación me esperaba mi traje negro de tres piezas, no tarde en vestirme observando el reloj digital, 10 minutos para las ocho treinta. Si la imbécil se atrevía a llegar tarde, sería el motivo por el cual prescindiría de sus innecesarios servicios

ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora