XXIII.

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Ciertamente Zoro había exagerado al liberarlos pero no habían tenido mucho tiempo para criticar sus métodos o buscar otra salida, por lo que fueron arrastrados por la corriente recién creada y terminaron casi inconscientes por la falta de aire, el Sunny había aparecido en el lugar correcto y en el momento adecuado. Tosió todo el agua que había tragado y abrió los ojos con dificultad, lo primero que vió fue el rostro de Sanji demasiado cerca al suyo, pues estaba acostado sobre sus muslos  y lo veía con preocupación. Aunque al verlo despierto, le sonrió aliviado y luego frunció el ceño mirando en otra dirección, Usopp se levantó ligeramente ubicando a Zoro cerca a ellos.













—¡Marimo estúpido!— Sanji señaló al tranquilo peliverde. —¡Casi dejas ahogar a Usopp!— le recriminó, realmente molesto.











—¿¡Ah!?— Zoro frunció el ceño, también molesto. —¡Jamás dejaría que nada le pasará!— aclaró, luego se acercó cruzándose de brazos. —¿Y dónde estabas tú, nariz sangrante?— le sonrió, burlón.










—¡Tú...!— Sanji lo hizo a un lado con cuidado, levantándose.











Usopp se dejó alejar sin oponerse y se levantó por completo, quería detenerlos antes de que tuvieran una pelea seria pero Franky se le adelantó, hablando sin dejar de sostener el timón y maniobrar el barco.















—Hey, dejen su súperpelea de enamorados para otro momento— les habló, divertido. —Luffy y nuestros Nakamas nos esperan— comentó más serio.











Tanto Zoro como Sanji se dedicaron mutuamente una mala mirada y se alejaron sin más, Usopp suspiró más tranquilo y miró a su amigo peliazul con una sonrisa, el carpintero le sonrió devuelta y levantó ambos pulgares con gran ánimo. El Sunny siguió su camino sin más impedimentos hasta llegar a donde se desarrollaría la ejecución del Rey y la batalla por el futuro de la Isla, por fin se reencontraron todos y pudieron lucir sus nuevas habilidades frente a un público más fácil de impresionar, la cantidad de enemigos era exorbitante y, aunque debía poner cara de valiente, se dejó llevar por sus viejas costumbres (alterarse y temer) junto a Chopper, Nami y también Brook.

Después de unirse a esa batalla campal, luchó luciendo su propia fuerza adquirida pero sin poder alejarse de sus Nakamas demasiado, admirándolos y animándolos de vez en cuando.

Podía reír y alegrarse cada vez que ellos mostraban cuánto les gustaba sus honestos halagos.

Las nuevas armas de Franky, el control sobre su transformación de Chopper, el corte que congelaba almas de Brook... Todo lucía tan genial, fantástico.

Toda la tripulación estaba cada vez más cerca de lograr sus sueños, cuando Luffy fuera el Rey de los Piratas, ellos serían un apoyo y no una carga.

Usopp podía sonreír más tranquilo y confiado.

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🚬 Usopp es nuestro 🗡️ [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora