🚬 Usopp es nuestro 🗡️ [One Piece]

III.

Sus ojos se iluminaron con admiración pura, Ace puño de fuego, comandante de la segunda división de Barbablanca y hermano mayor de su capitán. Era increíble, no solo era difícil de creer, sino que ese hombre era genial. Tenía muchas virtudes, fuerte, sensato y guapo... Ah, tan diferente a su imprudente capitán. Aún la idea de que fueran hermanos seguía siendo inconcebible para su cerebro, en cuanto escuchó el nombre y vió al hombre mismo, pudo reconocer que no era ordinario. No podía quitar sus ojos de encima, no era el único, Nami, Chopper e incluso Sanji parecían anonadados ante el aura de grandeza que rodeaba al pecoso.

Luffy lucía orgulloso a su hermano mayor, era claro cuánto lo quería, su hermandad era algo profundo y envidiable. Por otro lado, Zoro se había mostrado... Diferente. Lucía desconfiado y de algún modo quería confirmar si los rumores de la extraordinaria fuerza de Ace era real, sus ojos también mostraron algo de admiración pero esa sensación se desvaneció días después de convivencia, era respetuoso y actuaba con normalidad. Y aún así Usopp sentía que algo no estaba del todo bien, había comenzado a acercarse al peliverde recientemente pero la lejanía volvió a crecer y de algún modo Sanji también había vuelto a su relación distante.

—Usopp, ¿te sientes mal?— Chopper le tocó la frente y cerró los ojos en concentración. —No tienes fiebre o insolación, qué bueno— el reno suspiró y se sentó a su lado. —Has estado muy callado— mencionó, extrañado.

Miró a su amigo de nariz azul y sonrío negando, colocó una mano sobre la cabeza del reno y la movió en caricias juguetonas, Chopper le sonrío y se tranquilizó de inmediato. Mientras su salud física estuviera bien, el doctor no solía pensar demasiado en otros aspectos, se preocupaba como todos por el ánimo pero no ahondaba en el tema y así estaba bien. Se entretuvo jugando con él distrayendolo para evitar volver a un tema incómodo y luego bebieron agua descansado, los días eran largos y extremadamente calurosos mientras que las noches eran cortas y frías, ni hablar de los animales y peligros más comunes de un desierto que ahí se hacían más mortales.

—Estoy tan cansado~

Luffy se quejó mientras terminaba de beber agua y buscaba acomodarse para dormir, se dejó caer junto a Zoro y Chopper llegó a su lado poco después, Nami estaba junto a Viví, Karú y Pestañas (el camello pervertido)  mientras Sanji terminaba de recoger las cosas y Ace veía distraídamente al horizonte lejos del grupo. Probablemente hundido en pensamientos importantes, después de todo tenía una misión que cumplir, se preguntaba si tenía un sueño que seguir o si ya lo había alcanzado o lo estaba viviendo. Estiró su cuerpo y sintió el cansancio del día, habían estado caminando mucho y habían tenido que lidiar con unos cuantos contratiempos, de algún modo seguían adelante pero era realmente agotador.

—¿Necesitas ayuda, Sanji?— habló aún desde su lugar.

—No, ya voy a terminar— aunque su voz era normal, no lo miraba.

—De acuerdo.

Asintió sin querer pensar en nada más, no habían tenido la oportunidad de estar a solas y estar en un desierto tampoco daba un ambiente... ¿Un ambiente qué? ¿Qué exactamente estaba pensando? Sacudió la cabeza, se despidió de Ace, Sanji y Nami que aún seguía despierta para buscar su propio lugar para dormir. Lo dudó un buen rato, estar junto a Chopper sería cómodo y cálido pero por algún motivo quería estar junto a Zoro, finalmente suspiró y decidió ir al lado del reno. Siempre dormían en el mismo lugar dentro del Merry, usando cada uno su hamaca, en cambio esos días de algún modo había terminado durmiendo entre su amigo de nariz azul y su capitán.

Como si el destino se encargará de mantenerlo alejado de Zoro y Sanji.

Se dirigía al lado de Chopper cuando una fuerte mano envolvió una de sus muñecas con firmeza y tiró de él hacia abajo, a pesar de la brusquedad de dicha acción cayó suavemente junto a Zoro y fue envuelto de inmediato con la misma manta que estaban usando los tres que se suponía ya estaban durmiendo, se removió queriendo alejarse un poco pero el brazo sosteniendolo por la cintura le restringió cualquier movimiento. Sabía que ganarle en fuerza al espadachín era imposible, así que simplemente se rindió y cerró los ojos disfrutando del agradable calor, minutos después otra presencia cayó a su lado y se acomodó muy cerca a su persona.