El café prohibido

Capítulo diecisiete: Problemas y más problemas

Capítulo diecisiete: Problemas y más problemas

Lucifer se había despedido de Alastor hace una hora, pero algo en su interior le decía que debía de estar con él, que debía de protegerlo, pero no sabía de qué exactamente, decidió no ignorar su presentimiento, mejor pedir disculpas que arrepentirse, así que sin pensarlo dos veces salió corriendo al apartamento de Alastor.

Mientras tanto, en el apartamento...

Alastor se arrastró hacia su madre, la volteo para tenerla abrazada en sus brazos. Las lágrimas salían de sus ojos, temblaba incontrolablemente y empezaba a asfixiarse.

¡Mamá! ¡Mamá! ¡Por favor, mamá! ¡Por favor no! ¡No, no, no! ¡Dios! ¡Te lo ruego! ¡Por favor! ¡Maldición! ¡No me quites a mi mama! ¡Por favor no! ¡Por favor! ¡Te lo ruego! ¡Alguien! ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Aggghhhh! ¡Por... fa...aggghhh! ¡Agghhh! -Alastor gritaba a todo pulmón.

Lucifer llega al apartamento de Alastor, estaba cerrado con seguro pero con sus poderes la pudo abrir sin romperla, al llegar pudo ver la escena. Lucifer no sabía que sentir, estaba lleno de emociones, tristeza por Alastor y su madre y odio hacia el padre y posiblemente todos los que trabajan para él en la iglesia. Quería ir a la iglesia a matarlo, terminar el trabajo que debió de realizar, pero primero tenía que estar con su novio.

Al... -Lucifer se acerca a Alastor y lo sujeta del hombro

Sin previo aviso, Alastor empuja la mano de Lucifer y voltea hacia él muy enojado sin soltar el cuerpo de su madre.

¡Todo es tu culpa! -grito Alastor con lágrimas en sus ojos

¿Qué? -preguntó sin voz Lucifer

Todo estaba bien y tú... tu... -trataba de decir Alastor, pero estaba en shock por la situación

Al, yo... -decía Lucifer

¡Si no hubieras estado ahí! ¡Si no hubieras hecho lo que hiciste! -gritaba Alastor

Al, yo no... -decía Lucifer, no sabia como defenderse de algo que él mismo no había hecho, no sabía cómo defenderse del ataque que estaba teniendo Alastor en ese momento

Alastor deja el cuerpo de su madre en el suelo, se levanta y empuja a Lucifer.

¡Lárgate! -grito Alastor

Al, yo no fui... sabes que yo... -decía Lucifer

¡Mierda! ¡Callate! ¡Callate Lucifer! -dijo Alastor empujando bruscamente a Lucifer

Al... -Lucifer no sabia que decir, no sabía cómo calmar a Alastor, cada vez que trataba de acercarse, este reaccionaba muy mal

Todo esto... ¡Mierda! ¡Todo esto!... fue porque te conoci, porque te deje entrar en mi vida -dijo Alastor

¿Qué? -preguntó Lucifer

Ese imbécil... desde que he estado saliendo contigo... tu... me convertiste en otra persona...- a Alastor le empezaba a faltar el aire- He sido más abierto, me he juntado con mis colegas, cambié... y eso no le gusto... y no me importo, le desobedecí... me amenazó, amenazó a mis amigos... no me importo porque tu... porque creí en ti... -Alastor suelta una pequeña risa -Y mira lo que conseguí... por confiar en ti... por dejarte en mi... ¡Mierda! ¡Ojalá nunca te hubiera conocido!

Al... Eso no es... -trataba de decir Lucifer. A Lucifer ya no le importaba lo que Alastor estuviera diciendo de él, sino que le dolía el no haberse dado cuenta del dolor que estaba pasando Alastor los años que estuvo con él.

Alastor mira con furia a Lucifer, tenía una mirada de odio mientras las lágrimas no dejaban de chorrear a través de sus ojos.

¿Sabes qué? Lucifer, por ¡Todo! el ¡Tiempo! que hemos estado juntos ¡Siempre! has querido ser el héroe, siempre quieres proteger y salvar, ¿pero sabes que? Al igual que tu puto nombre Lucifer, el rey del infierno, el idiota angel que fue tan ¡Estupido! y no pudo obedecer una simple regla... Lucifer ¡LARGATE! -Alastor empujó a Lucifer fuera de su apartamento- ¡Y pudrete en el INFIERNO! -Alastor le cierra la puerta en la cara de Lucifer

Lucifer quedó parado fuera del apartamento, estaba perplejo por lo que acababa de pasar. Alastor estaba en el otro lado, al cerrar la puerta se desliza en ella y queda sentado ocultando su rostro en sus rodillas y brazos.

Lucifer lo escuchó llorar y maldecir, le rompió el corazón escuchar a la persona que amaba de esa manera. Aunque le doliera, sabía que el humano necesitaba tiempo, quería estar con él, abrazarlo y besarle y decirle que jamás lo abandonaría, quería darle seguridad, pero también algo en él sintió que Alastor necesitaba un tiempo a solas para pensar. Con dolor en su pecho se marchó... se marchó hasta al infierno.