Capítulo cinco: Capuchino y Manzana

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Capítulo cinco: Capuchino y Manzana


Ambos estaban sentados en una mesa redonda viendo el menú que estaba saturado de muchos tipos de cafés y postres.

Guau, hay mucho... de donde elegir -dijo Lucifer

Si, por mi parte cuando se que café me gusta nunca escojo otro -dijo Alastor

Oh, no te arriesgas nunca y siempre estas en el mismo lugar -dijo Lucifer

Porque cada vez que me arriesgo siempre sale mal -dijo Alastor

¿En serio? -preguntó Lucifer

Si, siempre me traen un café amargo o quemado o nada dulce y así -dijo Alastor justificándose

¿Te gusta lo dulce? -preguntó Lucifer

En café si, en comida no -dijo Alastor

Creo que yo soy al revez, me gustan las bebidas fuertes, en cambio me gusta lo dulce en alimento -dijo Lucifer

¿Como por ejemplo? -preguntó Alastor

Las manzanas -dijo Lucifer en un tono divertido, pero algo en su interior le dolía haber dicho eso.

Oh, así que te han de encantar las manzanas acarameladas -dijo Alastor

¿Las que? -preguntó Lucifer

¿No las conoces? Bueno, la verdad es un postre no muy común, creo que en esta cafetería las venden, si aquí esta en el menú -dijo Alastor señalando el menú

¿Ya están listos para ordenar? -preguntó una chica acercándose a la mesa

Lucifer mira a Alastor y ambos sonríen.

Dos capuchinos -Lucifer miro a Alastor, con esa carita que tenía, claro que lo iba a consentir- de vainilla con nata montada, una manzana acaramelada y una canasta de pretzels -dijo Lucifer

Por supuesto -dijo la chica retirándose

¿Pretzels? -preguntó Alastor

Dijiste que te gusta lo salado -dijo Lucifer

Alastor sonríe

¿Qué pasa? ¿Me he equivocado? Como no me dijiste... -decía Lucifer

Los pretzels son mi postre favorito -dijo Alastor

¿Si? -preguntó Lucifer

Si, lo que me gusta es que son perfectos, los puedes combinar con varias cosas -dijo Alastor

Entonces si eres un chico que le gusta arriesgarse -dijo Lucifer

¿Ah? -preguntó Alastor sin entender

Lucifer sonríe

En menos de diez minutos ya tenían sobre la mesa lo que habían pedido, a Lucifer no le gusto mucho el capuchino tan dulce, pero el ver la cara de su nuevo amigo lo radiaba de felicidad, en especial verle manchado con bigote de nata le hizo completamente el dia. Lucifer toma una servilleta y limpia las sobras de nata de los labios de Alastor.

Ahh, gracias -dijo tímidamente Alastor

Lucifer sonríe, de verdad se la estaba pasando muy bien con su amigo humano. Ambos seguían comiendo y compartiendo sus gustos, música, arte, hobbies etc. A Lucifer le gustaba la música clásica, tocar el violín y escribir y a Alastor le gustaba el rock, tocar piano y criticar obras artísticas, además de las personas. Lucifer prueba su manzana acaramelada.

Joder -dijo Lucifer

¿Qué pasa? -preguntó Alastor

Esto es lo mas delicioso que he probado -dijo Lucifer

Se me hace raro que no las conocias, si es que te gustan las manzanas -dijo Alastor

No sabía que los humanos podían crear cosas como estas -dijo Lucifer

¿Los humanos? -preguntó Alastor

"Mierda" -pensó Lucifer- Las personas, me refiero a las personas -dijo Lucifer

Alastor empieza a reírse- Parece que por un momento te metiste en el personaje de tu nombre -dijo Alastor

¿Perdón? -preguntó Lucifer

Si, como... Lucifer, el demonio, el diablo, satanás, ese -dijo Alastor

Lucifer lo mira con extrañeza, la verdad es que no sabía cómo los humanos lo veían o quien rayos filtró la información de él, sus hermanos o de su padre y todo lo que rodeaba su historia.

¿Qué sabes de él? -preguntó Lucifer

¿De Lucifer, el diablo? -preguntó Alastor

Si, ¿qué es lo que sabes de él, su historia? -preguntó Lucifer

No soy religioso, si eso es lo que preguntas, pero mi madre sí lo es. Solo se lo basico, queria mas poder que Dios, Miguel su hermano mayor lo venció en una batalla y lo desterraron al infierno como castigo. Es raro, supuestamente es un ángel caído, pero lo dibujan mucho como una cabra y es un ser que tiene como objetivo corromper, dañar y destruir la humanidad con la maldad y eso, no sé mucho, la verdad.

Parecía que algo le picaba en el ojo de Lucifer, tuvo que esconder sus manos bajo la mesa y cerrar muy fuerte sus puños porque sentía que sus garras empezaban a salir, sentía como sus dientes empezaban a afilarse y a sentir un poco de sangre en sus labios. Rápidamente se levanta de la mesa y cuidadosamente le dice a su amigo que necesita ir al baño. Sin que Alastor se diera cuenta, Lucifer sale del restaurante y se adentra a un callejón solitario. 

El café prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora