Capítulo diecinueve: Llegó tu hora

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Capítulo diecinueve: Llegó tu hora


Lucifer mira a Alastor de pies a cabeza, voltea un poco hacia el padre de la iglesia aun enojado.

Tienes suerte -dijo Lucifer volviéndose con Alastor

Pues Lucifer no estaba a favor de la violencia, pero estaba dispuesto a matar al padre si le hubiera tocado tan solo un cabello a Alastor.


Alastor estaba sentado en el suelo, temblando, llorando y con un corazón roto. Lucifer no sabía si acercarse o no, aunque no le dio tiempo para pensar, porque como pudo Alastor se levantó y abrazó a Lucifer, pero como no tenía ni equilibrio ni fuerza empezaba a caerse y Lucifer no le quedó de otra que agacharse. Con una mano abrazaba a Alastor y lo sostenía de la cintura y con la otra acariciaba su cabello.


El padre con una herida abierta en la cabeza se levanta del suelo, toma un objeto sólido y empieza a acercarse a Lucifer, este lo alza para golpear al chico, pero al casi proporcionarle el golpe, Lucifer con la mano con la cual estaba acariciando a Alastor, sujeta el objeto con fuerza.

Vete o te mato -dijo Lucifer mirándolo de reojo

Algo en la voz de Lucifer sonó tan cruel, despiadada y distorsionada de manera tan demoníaca que erizó el pelo del padre y no le quedó de otra que salir corriendo como un cobarde.

Lucifer... lo siento, lo siento... Lu... lo siento -decía Alastor tratándose de disculpar

No pasa nada, tranquilo -dijo Lucifer acariciando nuevamente el cabello de Alastor

No... no... mis amigos... la radio -decía Alastor

Estan a salvo -dijo Lucifer

¿Qué? ¿Cómo?-preguntó Alastor


Lucifer al ser el rey del infierno sólo podía captar maldad en los humanos, eso fue claro hasta que Charlie y después Alastor le hicieron ver las cosas de otra manera. Pero aún tenía esa "sensibilidad" de captar la maldad humana. Sabía que algo malo andaba con ese padre y efectivamente presintió peligro en la estación de la radio. Fue para sacarlos de inmediato para después dirigirse al departamento de Alastor para salvarlo.


No importa Al, están a salvo y tú también -dijo Lucifer


Alastor quería seguir disculpándose, quería hablar con Lucifer, preguntar por sus colegas, pero su cansancio se lo impidió, poco a poco empezaba a cerrar sus ojos dejando su cuerpo completamente vulnerable ante los brazos de su único amor. Lucifer le proporciona un beso en la frente, lo levanta en sus brazos y lo acomoda en la cama tapándolo con algunas sábanas. Lucifer se va del apartamento, pues tenía algo pendiente que hacer.


Por otro lado...

El padre se encontraba en una habitación, estaba en la torre de una iglesia. Estaba enojado al ser atacado por la supuesta nueva relación falsa de Alastor.


Canción: Fuego de Infierno (Jorobado de Norte Dame, 1996) (Canción alterada! - en el fanfic)

Padre: Cual fuego de infierno, me quema el corazón. Impuro deseo, maldita tentación.

El padre saca una pequeña prenda de ropa que le pertenecía a Alastor y empieza a frotarla por todas partes de su rostro.

Padre: Mi culpa no es, si me embrujo, fue él quien la llama encendió. Mi culpa no es si he actuado mal. Pues es más fuerte el demonio que el mortal. Protégeme Maria de este, su hechizo cruel. Si no, su fuego a matarme va. Destruye a Alastor que pruebe el fuego de Luzbel o deja que sea mio y mio será.


Un hombre abre la puerta, tiene información para el padre.

Padre, los de la radio escaparon -dijo el hombre

¿Qué mierda? -preguntó el padre

Al parecer alguien los sacó antes de la explosión -dijo el hombre

¿Pero cómo? No importa ¡Lárgate! Me ocuparé de él yo mismo, será mío aunque tenga que quemar toda la ciudad


Padre: Hay fuego, de infierno, maldito, escogeras. O a mi o a la hoguera. Se mio o arderas.

El padre arroja la prenda de Alastor a una chimenea.

Padre: Ten piedad de él y ten piedad de mí. Él mío será o a arder va.


El gran ventanal se rompió en mil pedazos, pues alguien había llegado de la forma más dramática y épicamente posible. Lucifer con su transformación demoníaca llega al cuarto en el que se encontraba el padre.

Tu... Luz... ¡Luzbel! -dijo el padre cayéndose tras su espalda

Lucifer empieza a acercarse a él lentamente

¡Mis oraciones han sido escuchadas! ¡Tienes que matarlos! ¡Castigarlos! A esos de la radio por meterse con nuestra casa, la casa de tu señor y también... ¡Mata a Alastor! ¡Y a su pareja! -gritó el padre

Eres repugnante -dijo Lucifer quitándose su forma demoniaca

Tu... eres... -decía el padre enojado y perplejo de lo que estaba viendo

Satanás -dijo Lucifer

El padre empieza a reírse como loco, parecía que había perdido toda su cordura.

Entonces, ¿vienes a matarme? ¿a mi? ¿a un seguidor de tu creador? ¿a alguien que propaga la palabra de nuestro señor? ¿acaso el demonio es tonto? -preguntó el padre

Lucifer toma al padre del cuello y lo estampa en una pared

¿Tienes ganas de matarme no? Esta en tu naturaleza, solo eres un monstruo -dijo el padre

Lucifer lo mira con odio, sus colmillos y garras ya estaban afuera, tenía mucho coraje pero él no era un asesino, no era lo que todos pensaban de él. Lucifer suelta al padre, este cae de rodillas y empieza a toser.

Alejate de Alastor y de todos, pudrete en este infierno tu solo -dijo Lucifer empezandose a alejar

¡Eres tú el que te pudriras en el infierno! -gritó el padre sacando una pistola de su saco y apuntando a Lucifer


Antes de dar el disparo la pistola cae al suelo. Lucifer voltea hacia el padre y ve a Miguel y Azrael quien tenía un brazo atravesando el pecho del padre. El padre cae muerto sobre los pies de Azrael.

¿Qué? Mi agenda decía que ya le había llegado la hora. Solo hago mi trabajo -dijo sonriendo Azrael

Los tres hermanos se miran y sonríen. 

El café prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora