Capítulo 28⭐

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En los momentos más oscuros de nuestra existencia siempre hay alguien cuya presencia nos hace bien. Es que así como hay seres de oscuridad, también hay seres de luz.

-Alicia Andrade

-Sofía Suárez

Solo he podido dormir cuatro horas, son las doce de la noche y solo veo el cielo nublado mientras escucho a Valentina dormir profundamente, no sé si mi mamá llegó de su trabajo, tampoco he salido a comer, no tengo hambre y no quiero nada, solo me siento vacía, sin ganas de nada.

Me estoy debatiendo en sí tomar el teléfono y ver los millones de mensajes que me dejó Axel o llamar a Gabriel, porque la verdad quiero hablar con alguien que no me va a juzgar o eso es lo que creó yo, el teléfono está a solo centímetros de distancia. Al final me decidí por la segunda en llamar a Gabriel, espero que esté despierto.

Marco su número y espero a que responda, no pasan ni el segundo minuto cuando escucho que responde la llamada.

Llamada con Gabriel.

-¿Aló?-. Escucho la voz de Gabriel que me dice que estaba durmiendo pero yo no espero mucho cuando en ese momento me echo a llorar-. ¿Sofía estás bien?

Entre el mar de lágrimas trato de hablar pero no se me entiende nada de lo que digo.

-Voy a estar aquí en silencio, no te voy a dejar sola.

Después de decir eso se queda callado escuchando cómo lloro, lo único que escucho es su respiración, nos quedamos así el callado y llorando hasta que me calmó un poco, respiro y procedo a hablar.

-Disculpa por haberte llamado a esta hora, solo que...-. Me corto a mí misma cuando se me va la voz-. Solo que hoy me pasó algo.

-¿Quieres hablarlo?-. Me pregunta con tanta tranquilidad pero con un tinte de preocupación en su voz-. Si te sientes cómoda, claro.

-Si...-. Doy una respiración profunda para estabilizar mi voz-. ¿Te acuerdas del chico que nos interrumpió en el jardín el día del evento?

-Sí, Axel.

-¿Lo conoces?-. Pregunto impresionada por su respuesta.

El solo resopla indignado.

-Lamentablemente sí, es una historia larga que contar pero tú solo sigue con lo que pasó hoy con él.

-Bueno él...-. Me quedó callada viendo el cielo nocturno nublado-. Él intento sobrepasarse conmigo hoy, no paso a mayores porque un chico lo quito encima de mí.

Al terminar de decir eso, solo escucho como Gabriel toma respiraciones pausadas.

-¿Que más paso, Sofi?

-Me grito, y me dijo que nada había acabado y... Y...

Ni siquiera termino de hablar, mi voz se corta como si no quisiera decir y ni hacer nada, me quedo en blanco a la espera de algo.

-Tranquila Sofía, ya estas segura en tu casa, dónde él no puede hacerte daño-. Me trata de consolar, yo solo asiento creyendo que él me puede ver-. Cómo quisiera estar allá en Phovaria para darte un abrazo y decir que conmigo estás segura.

-Pero no estás aquí y yo estoy sola, Gabriel-. Empiezo a llorar pero esta vez no como antes, solo me caen las lágrimas por la cara-. Y tengo miedo de hablar con las personas de lo que pasó y digan que me lo merezco o que no debí de molestarlo.

-Ninguna mujer tiene que pasar por esa situación, Sofía. El primero que te diga eso es un cobarde, porque no sabe que las mujeres son los seres más perfectos y más fuertes que existen-. Dice fuerte y claro, entiendo el punto al que quiere llegar-. Y tú, tu no deberías de pasar eso, lo poco que llevo conociéndote he visto una niña muy dulce, escondida por una armadura de hierro llamada miedo.

-O llamada defectos que me hacen una chica rota-. Sorbo mi nariz y sigo hablando-. Estoy llena de grietas que no voy a poder cerrar temporalmente, Gabriel.

-Sofía, Todos tenemos defectos, todos tenemos grietas, pero ninguna de esas grietas nos define como personas, porque nosotros jamás elegimos ser dañados. Esas grietas se cerrarán y cuando las veas dirás fui una guerrera que se salvó a sí misma.

Sonrió con lágrimas en la cara, me limpió laslágrimas pero aun así siguen bajando más lágrimas, no las puedo para es como si cuerpo se negara a esconder ese dolor.

-Gracias Gabriel por escucharme y no hacer que me sienta sola-. Le agradezco con una sonrisa que por obvias razones él no va a ver-. Gracias por darme ese consejo.

-Cuando quieras me llamas y hablamos, jamás te voy a dejar sola.

Nos quedamos en silencio unos minutos, y en ese momento veo la hora, son las dos y media de la madrugada, llevo una hora hablando con él, que raro ya que con nadie duro más de dos minutos en una llamada y con él llevo una hora.

-¿Sabes que llevamos una hora hablando?-. Pregunto impresionada por ese logro.

-Sí, eso me tiene impresionado. Nunca soy de hablar por llamada y contigo es muy fluido hablar.

-¡Oh!, no sabía eso de mí-. Me empiezo a reír como una hiena-. Disculpa por mi risa pero es que me da mucha gracia tu respuesta.

-Tranquila, tu risa es muy linda.

Y así como me empecé a reír, me quedo callada, ¿Cómo que mi risa es muy linda? Si parezco una hiena loca.

-Voy hacer que te creo, pero la verdad es que no, muchas personas se quejan de mi risa.

-Conmigo no tengas vergüenza, estás libre de que me asusté.

Los dos empezamos a reír, solo que hasta que yo rompo eso con una duda.

-¿De dónde conoces a Axel?-. Digo al no poder aguantar más con la duda.

-Tardaste mucho en preguntar-. Me dice aun riendo-. Lo conocí en un intercambio que su universidad realizó, por un año. Él fue uno de los elegidos para ese dichoso intercambio-. Se nota más seria su voz cuando habla de él-. Axel y yo nos hicimos amigos por un tiempo, pero él traicionó mi confianza y desde eso ya no somos amigos, pero le guardo un poco de rencor por lo que me hizo.

-¿Que hizo para traicionar tu confianza?-. Pregunto mucho más intrigada que antes.

-Solamente diré que se metió con mi ex novia, lo demás él vera si te lo cuenta-. Responde un poco molesto-. Es que lo demás si ya es más personal de la vida de él.

-Vale, ya entendí.

Cambio de tema para calmar su humor, hasta que un momento me empieza a dar sueño.

-Entonces el negro es mi color favorito por esa razón -. Me dice hablando del tema de las pinturas.

-Mmm... Qué bueno -. Digo con voz dormilona-. Si quieres hablamos más tarde, es que ahora sí me pegó el sueño.

-Tranquila, hablamos después, descansa.

Me despido de él y pongo a cargar el teléfono, ya son las cuatro de la mañana, mejor me voy a dormir antes que amanezca.

Me acuesto en un rinconcito que Valentina me dejó libre y me acomodo, no me doy chance de pensar, ya que al colocar la cabeza en la almohada quedó sumida en el sueño.

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Nota de autora:

Recemos para que todo salga bien.

Espero que les haya gustado los capítulos.

Sin más que decir...

Besos y abrazos de mi pareja favorita💋🫂.

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El adiós que no quiero decir- [Terminada]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora