Capítulo 42⭐

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Por mi parte, no sé nada con certeza, pero la vista de las estrellas me hace soñar.

-Vincent van Gogh

-Sofía Suárez

El cielo es hermoso a cualquier hora del día, o solo soy yo, que estoy enamorada del cielo, desperté hace rato del sueño de las torturas, porque sí, la droga que Axel me inyecta no es algo para relajarte sino para tenerte dopado y dormido con tus recuerdos, tengo ansias de volver a dormir pero me da miedo cerrar los ojos y que mi mayor enemigo juegue en mi contra.

Me desperté en el cuarto, estoy arropada con una cobija, sigo teniendo la misma que tenía antes de caer dopada, solo me siento mareada, no me he podido sentar en la cama, ya que el mareo está muy fuerte, cierro los ojos por unos segundos para calmar el mareo y así poder sentarme.

Sé que estoy sola en la habitación, ya que he hecho bastante ruido y nadie ha venido por mí, solo veo cómo se va escondiendo el sol por los altos árboles.

-Me tengo que sentar-. Me digo a misma de forma de regaño-. Nos vamos a sentar en 3... 2... 1...

Empiezo a alzarme con los brazos, tratando de ignorar el mareo y las náuseas.

-Ya casi... Ya casi...

Me siento y empiezo a reír en voz baja, al fin me pude sentar, veo si no hay un pote con agua, pero nada, me quito las cobijas para pararme de la cama, empiezo a bajar una pierna y después la otra lentamente, hasta estar en la orilla de la cama, me paro y siento como el mareo me ataca pero no me voy al piso porque me sostengo a una de las mesitas de noche, respiro hondo y voy poco a poco al baño para enjuagar me la cara.

Llegó al baño y me empiezo a lavar la cara, me enjuagó la boca, y siento como el mareo merma un poco.

-Tengo hambre.

Digo al verme al espejo, tengo las ojeras moradas y bien marcadas debajo de mis ojos, empiezo a ver un poco borroso pero pienso que es la droga que aún tengo en el sistema.

Salgo del baño ya caminando normal, voy a la puerta que da al pasillo, tomo el pomo y veo que si da, abro poco a poco y saco la cabeza, lo primero que veo, es que el cuarto de Alexander está vacío y con la luz prendida, el pasillo está solo, si esto fuera una película de terror me quedara adentro en la habitación pero claro es la vida real escrita por mí misma o mejor dicho por la escritora que solo hacer reírse de mis desgracias, así que salgo del cuarto y camino lentamente como si fuera a descubrirme haciendo una travesura, lo hago hasta el comienzo de la sala, veo que ahora hay más gente aquí, veo por las ventanas de la puerta como hombres vestidos de negros hacen guardia afuera.

Escucho la voz de Axel hablando desde la sala.

-Al anochecer, nos iremos a otra ubicación.

No veo con quién habla ya que aún sigo escondida en el pasillo, no he salido del todo.

-Tienen que tener los carros preparados para las doce y media-. Se calla un momento y escucho como se mueve por la sala-. A esa hora el pueblo no tiene muchos habitantes.

-Como ordene, patrón.

Escucho como paso se acercan a dónde yo estoy, me trató de esconder un poco más para que no me vean, pasan a mi lado sin verme, respiro un poco y salgo de escondite para ir a la sala.

Axel está de espalda, veo que está solo y me da miedo, busco con la mirada a Alexander pero no lo encuentro.

-Esta con Maira en la cocina.

Me asusto cuando me responde, se voltea y me ve, tiene los ojos rojos, en una de las manos tiene un vaso con licor y la otra tiene un teléfono, viste de forma casual, jeans rotos, camisa azul oscuro manga larga y unos zapatos cómodos.

El adiós que no quiero decir- [Terminada]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora