El adiós que no quiero decir- [Terminada]✅

Capítulo 46- final

Dos días después de la conversación.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza lo que no sale del corazón.

-Mario Benedetti

Mensaje de gabito: Aunque me odies ahora, quiero decir lo siento. Bruno Mars - Talking To The Moon

-Sofia Suárez

Tengo una hora de haberme despertado, estoy sentada comiendo galletas que Valentina me trajo después de enterarse que desperté.

-Axel trato de escapar con sus hombres pero un policía le disparó a la pierna y cayó al piso.

Mi padre habla con mucha alegría, sentado en los asientos que están en la ventana, mi madre está sentada en la silla al lado de mi camilla, y Valentina está sentada en la camilla conmigo.

-¿Estamos en la capital o aún seguimos en frívoc?-. Pregunto al ver que nadie me quiere dar respuesta de nada.

-Te trasladamos a la capital, a una clínica más equipada-. Habla mi madre viéndome con preocupación por estar sentada-. Deberías acostarte, hace una hora fue que despertaste.

-No quiero seguir acostado-. Hago un puchero regresándole la mirada a mi mamá-. ¿Saben dónde está Gabriel?

Mis padres se ven con un poco de incomodidad, Valentina solo pasa su mirada a las manos, nadie me dice nada y ciento que pasa algo con él.

-¿Le pasó algo a él?-. Digo con preocupación y hago un movimiento repentino que hace que me arda el abdomen.

-Quédate tranquila y no te muevas.

Mi madre se para de su silla y camina hasta estar delante de la camilla.

-Hija... Hay algo que pasó en el rescate, no fue hacia Gabriel, él está bien-. Dice mi padre parándose de los asientos.- Mariangel, la mamá del pequeño Alexander, recibió tres disparos, uno llegó hasta sus pulmones y...

No termina de decir pero no hace falta que lo haga, ya entiendo lo que pasó, a la mente vienen recuerdos del pequeño Alexander sonriendo, Mariangel solo la vi dos veces, una antes que pasará...

-Ella murió.

Digo en voz alta con un nudo en la garganta, ella murió tratando de salvarme y salvando a su bebé.

-Murió salvándote a ti y a su bebé-. Mi mamá me toma de los pies-. Ahora tenemos que ser fuerte para ayudar a la familia Valverde.

Ella murió.

Fue culpa de Axel.

-¿Axel dónde está?- Pregunto con rabia fluyendo por mi cuerpo me quitándome las lágrimas de las mejillas.

-Axel junto con su familia están esperando el juicio para su condena-. Mi padre es el que responde, se nota que también tiene rabia-. Los cargos de Axel son secuestrados a un menor, secuestro, maltrato físico y como también verbal hacia tu persona y asesinato a mano arma con arma de fuego.

Asiento viéndolo con rabia, el mato a esa chica y casi me mata a mí también, no le importó nada solo su ambición, no puede ser como esa familia vive.

-El estaría acusado para la pena de muerte, junto con su familia ¿No?

La que habla ahora es Valentina, volteo a verla y me doy cuenta que tiene un sobre en las manos, no me di cuenta cuando se paró y fue a buscar su bolso en los asientos donde antes estaba mi papá.

-Sí.

Respondo viendo el sobre en sus manos, me preguntó que será.

-Tu padre y yo iremos a la cafetería en busca de un café y un té caliente para ti-. Mi mamá arrastra a mi papá por el brazo, después de decir lo último y cierra la puerta.

Arrugó la frente y paso a ver a mi hermana que se sienta a mis pies, aún con el sobre en las manos.

-Esto me lo dio Gabriel, me dijo que lo leyeras-. Me entrega el sobre blanco y rápidamente lo abro-. Que lo leyeras a solas...

No le preste atención y empiezo a leer toda la carta, ya entiendo el por qué se fue, por qué no está aquí, el porque me dejó.

-¿Él se fue?-. Me tiembla la voz al decir esas tres palabras.

Valentina ni siquiera me responde, solo asiente, las manos me empiezan a temblar, ahora no son simples lágrimas que salen de mis ojos, ahora son miles de ellas recorriendo mi cara, suelto la carta como si fuera hierro caliente.

-Dime que no es verdad, ñoñi, dime que el sigue aquí.

Suplico con el corazón en la mano y el amor que le tengo, nunca le pude decir que si me gusta después de esto, no le pude decir que es mi curita al corazón, nunca le dije que él se convirtió en el atardecer más lindo de mi vida y el que menos duró en mi vida.

No le puede decir nada de eso, ahora me quedo yo con mi estúpido amor por el en la manos y sin tener explicaciones de su parte.

-¿Cuándo se fue?

Sé que estoy preguntando para seguir lastimando me con la respuesta.

-Hace dos días.

Me dejó con el amor en las manos.

Me dejó sola con esta carga.

Me dejó.

Me viene a la mente la conversación que escuche cuando estaba debajo del sedante, entonces era el despidiéndose de mí.

-Él se despidió de mí.

Hablo con Valentina pero no le veo la cara, solo veo la simple pared gris.

-Sí, cuando estabas ya acomodada en esta habitación, después que salió me dio la carta y me dijo que...

-¿Que te dijo?

-Que eres el adiós que no quiere decir pero es necesario para que los dos puedan sanar de esto.

Empiezo a negar y volteo a verla.

-El solo tomo la decisión que era adecuada para él, no para mí-. Le digo a modo de reclamo hacia el-. Él no me preguntó lo que yo quería.

-¿Terminaste de leer la carta?-. Pregunta con tristeza reflejado en su cara.

-Sí y acepto su condición.

-¿La aceptas?

-Solo con la condición de que vuelva y me dé respuesta.

Valentina solo niega, ella sabe lo terca que puedo llegar a hacer cuando me propongo algo.

-Ahora él se convirtió en El adiós que no quiero decir...

Fin.

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NOTA DE AUTORA:

Dejo la nota final en el epílogo.

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