-𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐎𝐕𝐄𝐑𝐋𝐎𝐑𝐃 -| 𝚅𝙰𝙻𝙴𝙽𝚃𝙸𝙽𝙾

CAPITULO O1

Estaba detrás de la puerta escuchando como mi padre tenía otro ataque de ansiedad por las tantas deudas que tenía en el infierno.
Maldita sea, quisiera poderlo ayudar pero no hay forma apenas y lograba ganar algo de dinero para pagar el alquiler.

Mi padre salió de su habitación fingiendo que todo estaba correcto —bien mi pequeña... ¿Quieres cenar algo? — asentí fingiendo no saber nada - ¿hamburguesas? — respondí serena, su mirada se tornó avergonzada — ¿puede ser otra cosa? Es que no tengo dinero... —ocultó sus manos en los bolsillos.

— ¡yo invito! —moví la cabeza sonriendo.

Comer en la sala con mi padre era algo que me gustaba demasiado, apreciaba los pequeños...

Golpearon la puerta con demasiada fuerza, mi padre ni siquiera tuvo oportunidad de levantarse para abrir porque destruyeron la madera de la puerta — ¡somos amigos de Valentino! ¡Quiere su dinero! — escuchamos decir.

Mi viejo se asustó, los cabrones siguieron dañando la puerta hasta que la abrieron a la fuerza , entraron y en el centro de todos esos se encontraba un demonio alto, con un abrigo y una fragancia asquerosa.

—esta vez me tome la libertad de venir ~— habló aquel demonio, mi padre temblaba —...¡Val!... Y-yo te pagaré, te lo juró solo dame tiempo —suplicó.

—ya no hay más tiempo mi querido amigo ~ es hora de pagar de alguna forma —miró con desagrado el apartamento —¡busquen algo de valor! — ordenó, al instante todos esos imbéciles estaban esculcando nuestras cosas.

Apreté los puños reteniendo el enojo.

Uno de los idiotas agarró una caja musical — ¡mire señor! ¿Esta bonita no lo cree? Podrían... — mi viejo lo interrumpió —¡no! Por favor... Esa caja musical no... Es de mi hija — aquel imbécil empujó a mi padre para que no tomara la caja.

¡Eso si no lo voy a tolerar!, me acerqué al asqueroso ese — ¡no permito que le hagas daño! — reproché para estar a punto de darle un golpe pero mi padre me detuvo negando — No... —

Aquel demonio de fragancia horrible sonrió — ¿es tu hija?... — mi padre asintió —¡dejen todo! —ordenó y los imbéciles fueron junto a él para protegerlo —te dejaré libre de todas tus deudas si me vendes a tu hija —sacó su enorme lengua acompañada de una sonrisa siniestra.

Mi padre abrió los ojos — ¡no! Pídeme otra cosa... Pero a mi hija no —

Ese overlord no dejaría a mi padre en paz a menos de que vaya con él, es mi única forma de ayudarlo.

—iré contigo, pero a cambio quiero que lo dejes en paz y que me proporciones un trabajo para enviarle dinero —solté mirándolo a la cara sin mostrar miedo.

— ¡hecho! - me dio la espalda —despídete de tu papito, vendrás conmigo ahora mismo~ — salió del apartamento, miré a mi padre quien estaba enojado —¡por que aceptaste! ¡Eh! ¡Pude haberlo resuelto! —

—¡no había otra forma! — reproche, él se acercó a mi —¿sabes a lo que se dedica ese maldito? ¡No quiero que te obligue a hacer algo horrible! —

Desvíe la mirada — sabes que me puedo cuidar sola, además ese pelón tiene pinta de tener gustos exigentes, así que no te preocupes— me dirigí hacia la salida —te enviare cartas cuando pueda... —reí bajo y di un par de golpes al aire en modo de animarlo.

Mi padre sonrió, le di la espalda y me fui.

Cuando estaba en medio del pasillo escuché como rompió en llanto, bajé la cabeza, no cometería más errores.

Había hecho suficiente en vida tratando de mantenernos a flote, ahora era mi turno de pagarselo.

Al bajar al último piso, un auto bastante lujoso estaba estacionado con la puerta abierta - ¿qué esperas? - vocifero.

Rodé los ojos y entré al auto, el demonio me detalló —soy Valentino... ¿Y tu eres? — sacó un cigarrillo, lo colocó en su boca y empezó a juguetear con su lengua—Zero — respondí cortante.

— aparte de feita, mal carácter... — soltó una pequeña carcajada —aquí el feo es otro — murmuré, tomó mi mentón de forma agresiva — no me busques, que me encuentras y créeme que lo último que quieres es chocarte conmigo perrita estúpida... Serás gaffer en mi estudio porque no creo que nadie quiera verte coger ¿entendido? —soltó de mala gana mi cara.

Acomodé mis lentes — bien, pero yo no pedí lucir así — Valentino torció su boca —¿y que eres? No había visto un demonio como tú ... Fea — soltó una risilla molesta.

—tengo la apariencia de un conejo... Pero al menos... —no lo digas, no lo digas — no soy un insecto ¿no? Eso hubiera sido peor—sonreí mirándole a la cara, este estaba que explotaba de la furia —tú... — sonrió calmandose —serás un dolor en el culo... —se acercó a mi oreja y la levanto con una de sus manos ya que solía tenerlas caídas todo el tiempo —pero adivina
que... Adoro los dolores en el culo... —

Continuará
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¡Nueva historia!
Espero que les guste, elegí a Valentino ya que es un gusto culposo ¡espero que me acompañen en esta hermosa historia!

Bye bye!

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