Capitulo 29

79 5 0
                                    

Me había levantado temprano en la mañana, hoy no tendría clases hasta por la tarde ya que estabamos terminando el curso y solo quedaban varias clases por terminar para examinarnos. Había dejado a Emily en la cama, estaba durmiendo tan plácidamente que no me atreví a despertarla.

Aproveche para adelantar algunas cosas y hacer el desayuno para las dos, me encantaba pasar más tiempo con ella, aunque eso hoy se acababa ya que entraba a trabajar justo antes de que me fuera a la universidad. Tras terminar de preparar todo, fui directa a la habitación encontrándola bocarriba con el pelo alborotado y algunos mechones tapando su rostro. Me acerque lentamente retirándolos de ahí para poder mirarla mejor, se la veía tan cómoda que me daba pena, aunque mi mirada fue directamente a un punto exacto que estaba llamando toda mi atención.

Sin decir nada me desnudé y me metí en la cama colocándome encima de la morena, solo el pensar que despertara, me encontrara en esa posición y me hiciera suya, hacia que mis hormonas estuvieran a punto de explotar.

-Mmmm... -susurro aun dormida en cuanto tuve contacto con su protuberancia haciendo que me mordiera el labio para no gemir en cuanto me rozó

Espere un poco sin moverme hasta que su pecho volvió a la normalidad, dando mi siguiente paso sacándolo del bóxer e intentando colocarlo en mi entrada, todo ello sin que Emily despertara, no sabía el porqué, pero me daba morbo el hecho de que ella aun no despertara y en cuanto lo hiciera me hiciera suya de nuevo.

Fui bajando lentamente, introduciéndolo dentro de mí lo que hizo que pusiera mis manos a cada lado de su cabeza y escondiera mi boca en su cuello intentando no gritar. Realmente era grande y esta posición hacía que fuera una penetración profunda, una vez me fui acostumbrando al tamaño y al grosor empecé a moverme, aunque unas manos hicieron que me quedara quieta haciendo que me incorporara y viera a Emily con los ojos abiertos. Estaban totalmente oscuros y tenía una sonrisa diabólica en sus rostro, solo con eso me hubiera echo venir, conocía esa mirada, la había visto innumerable veces, sabía que iba a ser dominante y eso me gustaba en ella.

-¿Qué haces? -pregunto con esa voz ronca y adormecida

-¿No lo ves? -pregunte inocentemente con una sonrisa intentando moverme, cosa que resulto ser inútil ya que me tenía bien sujeta.

-Lo que veo es que te tengo encima de mí, desnuda -se mojó los labios con la lengua haciendo que mi centro se apretara y ella cerrara los ojos con una sonrisa -Y con mi pene dentro de ti -se rio un poco levantando su mano y apartando mi pelo -¿Algo que me quieras decir? -levanto la ceja

-Que -me agache un poco estando cara a cara -Cuando entre en la habitación, me fije que necesitabas un poco de mi ayuda -sonrei al notar la piel de gallina -Así que decidí en ayudar con tu problemita mañanero por mí misma -termine de susurrar en su oído notando como su respiración era irregular

-¿Sí? -pregunto segura, cosa que me dejo extrañada, gire mi cara viendo su sonrisa, sabía que no tardaría en actuar y no estuve equivocada, en cuando quise escapar me agarro fuertemente manteniendo mi cadera en una distancia justa para seguidamente penetrarme rápidamente haciendo que mi cabeza diera vueltas y cayera encima de ella gritando su nombre.

-Em... Emily...-me agarré de sus hombros como pude, intentando seguir su ritmo, pero me era imposible, la morena estaba dando en los lugares indicados y justos para llevarme a la locura.

-Eres tan hermosa, Ali -agarro mis pechos con su boca sin parar el ritmo, era la primera vez que me sentía tan débil, nunca había experimentado tanto placer -Dios -se dio la vuelta dejándome a mi debajo de ella sin parar ni un segundo en penetrarme, yo estaba siendo un desastre de gemidos y gritos. -Eso es, bebé, vente para mi -susurro en mi oído, solo el echo del apodo cariñoso y dominante hizo que explotara levantando mi espalda del colchón. Mi cuerpo temblaba con las oleadas del orgasmo, aunque ella no paraba aun -Eres tan sexy y perfecta -siguió diciendo a medida que acariciaba mi cuerpo con delicadeza, que estuviera siendo ruda no quería decir que me tratara como tal y eso me encantaba aún más.

Mi Reflejo En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora