Chieko siguió a Yuiuk hasta lo que parecía una planicie de hielo y nieve. Eso era la único que era. Hielo y nieve, más de lo mismo. La princesa se arrodilló detrás de una piedra, y le indicó que hiciera lo mismo.
Frente a ellas, se extendía el hielo un poco más, para luego dar lugar al océano. El sol ya iluminaba casi por completo y se reflejaba fuertemente sobre el agua. Chieko notó mucho movimiento y, de repente, un calamar orca saltó a la superficie para sumergirse inmeditamente después.
- Ahora que llegó el otoño, significa que también llegaron los calamares orcas.- explicó Yuiuk. - Vienen a reproducirse en esta época del año.-
Chieko vió como algunas más saltaban a la superficie y suspiró.
- Son hermosas.-
- Lo sé, venir a verlas es mi pasatiempo favorito. Mi padre...- la princesa se detuvo un segundo, pensativa. - Mi padre me traía aquí todo el tiempo. Desde su muerte, no he dejado de venir.-
Chieko la comfortó, llevando su mano a su brazo y acariciándola con ternura. Yuiuk le sonrió agradecida.
Un salpicado muy fuerte llamó su atención y miraron hacia el océano. Los calamares orcas se habían juntado en manada y parecían estar persiguiendo un conjunto de morsas tortugas. Para atraparlas, abrían sus enormes bocas llenas de dientes, y de ellas emergian escalofriantes tentáculos que las tomaban y llevaban directo al interior de los calamares orcas.
Chieko ahogó un grito de horror y Yuiuk lanzó una carcajada.
- E- eso fue terrorífico.- admitió el Avatar.
- Lo es si no los conoces, pero te aseguro que son animales muy buenos y pacíficos. Ven.- le respondió la princesa, tomando su mano para que la siguiera.
- N-no c-creo que sea buena idea.- opinó Chieko, tratando de zafarse del agarre.
- Tranquila, no te harán nada. Es la misma manada hace años. Me conocen y me tienen confianza.-
- O-ok.-
Ambas se acercaron a la orilla y los calamares orcas dejaron su caza. Parecían haber notado la presencia de Yuiuk. Las morsas tortugas que fueron lo más afortunadas posibles para que no las comieran, aprovecharon la distracción y se alejaron nadando al fondo del mar.
Los calamares orcas se acercaron a la orilla y Yuiuk se agachó a su nivel. Lanzaban sonidos juguetones, que parecían ser de alegría. La princesa la indicó a Chieko que se agachara junto a ella, y el Avatar obedeció.
Yuiuk llevó su mano a la cabeza de uno de ellos y este se dejó acariciar. Pronto, los otros también quisieron de sus caricias y se iban amontonado frente a ella. Chieko sonrió. La princesa se veía tan feliz con los animales, parecía en su hábitat natural. Su sonrisa era tan hermosa.
- Vamos, Chieko, intenta tú.- le dijo Yuiuk.
Tomó su mano y, delicadamente, se la ofreció a los calamares orcas para que la olieran. Estos la inspeccionaron un poco y luego lanzaron sonido de júbilo. Comenzaron a acercarse a la maestra tierra, abalanzándose uno arriba del otro. Yuiuk llevó la mano de Chieko a la cabeza de unos de estos, y ella lo acacrició cuidadosamente. El animal pareció amarlo.
- Creo que sienten que eres el Avatar.- comentó Yuiuk.
- ¿Eso crees?-
La morena asintió.
- Una presencia como la tuya los va a alterar siempre.-
Chieko se sonrojó, por más que sabía que lo decía por sus grandes poderes.
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La Leyenda de Chieko
FanfictionLuego de 15 años de la muerte de Korra, la nueva Avatar aparece en la ciudad de Zaofu. Con la imposibilidad de conectarse con todas sus vidas pasadas, deberá aprender a seguir su camino simplemente con la ayuda de esta y de sus maestros. Además, la...