Un cumpleaños como el Avatar (Parte 2)

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Chieko siguió a Yuiuk hasta lo que parecía una planicie de hielo y nieve. Eso era la único que era. Hielo y nieve, más de lo mismo. La princesa se arrodilló detrás de una piedra, y le indicó que hiciera lo mismo.

Frente a ellas, se extendía el hielo un poco más, para luego dar lugar al océano. El sol ya iluminaba casi por completo y se reflejaba fuertemente sobre el agua. Chieko notó mucho movimiento y, de repente, un calamar orca saltó a la superficie para sumergirse inmeditamente después.

- Ahora que llegó el otoño, significa que también llegaron los calamares orcas.- explicó Yuiuk. - Vienen a reproducirse en esta época del año.-

Chieko vió como algunas más saltaban a la superficie y suspiró.

- Son hermosas.-

- Lo sé, venir a verlas es mi pasatiempo favorito. Mi padre...- la princesa se detuvo un segundo, pensativa. - Mi padre me traía aquí todo el tiempo. Desde su muerte, no he dejado de venir.-

Chieko la comfortó, llevando su mano a su brazo y acariciándola con ternura. Yuiuk le sonrió agradecida.

Un salpicado muy fuerte llamó su atención y miraron hacia el océano. Los calamares orcas se habían juntado en manada y parecían estar persiguiendo un conjunto de morsas tortugas. Para atraparlas, abrían sus enormes bocas llenas de dientes, y de ellas emergian escalofriantes tentáculos que las tomaban y llevaban directo al interior de los calamares orcas.

Chieko ahogó un grito de horror y Yuiuk lanzó una carcajada.

- E- eso fue terrorífico.- admitió el Avatar.

- Lo es si no los conoces, pero te aseguro que son animales muy buenos y pacíficos. Ven.- le respondió la princesa, tomando su mano para que la siguiera.

- N-no c-creo que sea buena idea.- opinó Chieko, tratando de zafarse del agarre.

- Tranquila, no te harán nada. Es la misma manada hace años. Me conocen y me tienen confianza.-

- O-ok.-

Ambas se acercaron a la orilla y los calamares orcas dejaron su caza. Parecían haber notado la presencia de Yuiuk. Las morsas tortugas que fueron lo más afortunadas posibles para que no las comieran, aprovecharon la distracción y se alejaron nadando al fondo del mar.

Los calamares orcas se acercaron a la orilla y Yuiuk se agachó a su nivel. Lanzaban sonidos juguetones, que parecían ser de alegría. La princesa la indicó a Chieko que se agachara junto a ella, y el Avatar obedeció.

Yuiuk llevó su mano a la cabeza de uno de ellos y este se dejó acariciar. Pronto, los otros también quisieron de sus caricias y se iban amontonado frente a ella. Chieko sonrió. La princesa se veía tan feliz con los animales, parecía en su hábitat natural. Su sonrisa era tan hermosa.

- Vamos, Chieko, intenta tú.- le dijo Yuiuk.

Tomó su mano y, delicadamente, se la ofreció a los calamares orcas para que la olieran. Estos la inspeccionaron un poco y luego lanzaron sonido de júbilo. Comenzaron a acercarse a la maestra tierra, abalanzándose uno arriba del otro. Yuiuk llevó la mano de Chieko a la cabeza de unos de estos, y ella lo acacrició cuidadosamente. El animal pareció amarlo.

- Creo que sienten que eres el Avatar.- comentó Yuiuk.

- ¿Eso crees?-

La morena asintió.

- Una presencia como la tuya los va a alterar siempre.-

Chieko se sonrojó, por más que sabía que lo decía por sus grandes poderes.

La Leyenda de ChiekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora