Entre consejos y decisiones

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Una hora después, ya estaban todos en el meca-helicoptero listos para partir. Chieko se sentó entre Wing y Wei, para evitar a Yuiuk lo más posible, aunque ella y Kaira se sentaron en el asiento frente a ellos. La reina de Omashu tenía su brazo alrededor de los hombros de la morena, abrazándola con cariño, y Yuiuk descansaba su cabeza en el hombro de Kaira. Chieko apretó sus dientes molesta y decidió mirar por la ventana.

En el helipuerto del palacio, la reina Shui los saludaba efusivamente mientras el meca-helicoptero despegaba. Cuando estaban a una distancia considerable del suelo, Chieko echó un vistazo al paisaje e inmediatamente se arrepintió. El mundo le empezó a dar vueltas y se le armó un nudo en el estómago. Rapidamente, se achicó en su lugar e intentó esconderse, evitando a toda costa volver a ver a la ventana.

- Chieko, ¿estás bien? Estás muy pálida.- preguntó Wei y el Avatar negó.

- C-creo que le tengo miedo a las alturas...¿E-es muy largo el viaje?- preguntó a Kaira.

- Una o dos horas, no más.- contestó esta.

- Ay...- se quejó Chieko, hundiéndose más en su asiento.

- ¿Un abrazo te haría sentir mejor?- le preguntó Wei y Chieko asintió. - Ven aquí.- rió.

Chieko se abrazó a Wei y cerró sus ojos con fiereza. Él le frotaba la espalda afectuosamente, para hacerla sentir mejor, y pronto ella se quedó dormida. Cuando aterrizaron en Zaofu, Wei la despertó suavemente y luego bajaron todos del meca-helicoptero.

En el helipuerto del palacio Beifong, los esperaba Suyin. La jefa saludó a sus hijos con un abrazo fuerte que casi los deja sin aire, y después estrechó la mano de la reina Kaira con efusividad.

- Gracias, su Majestad, por la advertencia.- le dijo Suyin.

- No hay de qué.- respondió sonriendo amable.

Chieko rodó los ojos. Era tan buena que le daba mucha bronca. Wei notó esto, pero no comentó nada.

- Chieko...que hermoso verte de nuevo ¿Cómo has estado, linda?- preguntó Suyin, acercándose a ella y tomándola de las manos.

- Muy bien, gracias Suyin.- le sonrió Chieko.

- ¿Como vienen tus lecciones?-

- Ya soy maestra agua y...¿adivina qué? Logré entrar al Mundo de los Espíritus.- le dijo orgullosa Chieko.

- ¡Oh, esas son grandes noticias, linda!- felicitó Suyin. - Aunque con la gran maestra que te tocó no me sorprende que lo hayas logrado tan rápido.- comentó y Chieko rió incómoda.

- Em, sí, tienes razón...-

Suyin la dejó para ir a saludar a Yuiuk, quién la recibió con brazos abiertos. Chieko suspiró viendo a la princesa.

La jefa de Zaofu invitó a todos a pasar al palacio y, una vez dentro, comenzó a asignarles sus habitaciones a cada uno. Wing y Wei usarían sus recamaras de toda la vida y Chieko se hospedaría en la que había estado antes de ir hasta la Tribu Norte; mientras tanto, Yuiuk y Kaira compartirían una habitación matrimonial. Al escuchar esto, Chieko frunció el ceño y apretó los dientes con rabia, pero se mantuvo callada. Wei, a su lado, notó esta reacción y levantó la ceja curioso. 

Cuando Suyin terminó, acompañó a Yuiuk y Kaira, mientras que el resto se quedó atrás. Chieko se las quedó viendo mientras se iban.

- Yo también me iré a mi cuarto. Quiero dormir...viajar en meca-helicoptero es exhaustivo.- comentó Wing, bostezando y yéndose. 

- ¿Tú que harás?- preguntó Chieko a Wei, quién le sonrió.

- Darte un consejo.- 

- ¿Un consejo? ¿Qué clase de consejo?- cuestionó el Avatar confundida. 

La Leyenda de ChiekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora