Bienvenida a Ciudad República

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Al día siguiente, Chieko se despertó sobresaltada. Había tenido un sueño terrible, otro más que se sumaba a la lista. Miró hacia la cama de al lado y vio a Yuiuk dormir plácidamente. Chequeó la hora y, como ya era lo suficientemente tarde como para levantarse, decidió despertarla. Fue hasta ella y le tocó el hombro con delicadeza.

- Yuiuk...- llamó. - Yuiuk, despierta.-

La morena se movió un poco, pero no se despertó.

- Yuiuk, vamos, despierta. Debemos irnos.- Chieko la zarandeó con más fuerza.

La princesa se quejó entre sueños, mientras abría sus ojos molesta. Se vio desorientada un momento pero pronto su mirada se enfocó en el Avatar y le sonrió.

- Buen día.- la saludó y la castaña le devolvió la sonrisa.

- Buen día.-

De pronto, tocaron la puerta y se escuchó la voz de Innik del otro lado.

- A despertar, bellas durmientes, debemos irnos.-

Ambas rieron y Chieko ayudó a Yuiuk a levantarse de la cama, pues aún tenía un poco de pereza. Le peinó el pelo con delicadeza, acomodando sus rulos enmarañados como pudo.

- ¿Hace cuanto no te peinas?- le preguntó curiosa el Avatar y Yuiuk lo pensó un segundo.

- Desde que nos fuimos de la Tribu Norte...- contestó pero fue interrumpida de nuevo por un golpe en la puerta.

- ¡Vamos, chicas, despierten!- apuró Innik.

- ¡Ya vamos, Innik!- le gritó Yuiuk molesta y Chieko rió.

- Vaya, alguien se levantó con el pie izquierdo.-

- Él me pone de mal humor.-

- Eres la Yuiuk que conocí el primer día. Malhumorada, enojona y arrogante. Luego te volviste una blandita y me empezaste a gustar mucho...aunque debo admitir que eres sexy cuando te enfadas.-

Chieko abrazó por la cintura a la morena y la atrajo hacia ella. Yuiuk rió y la abrazó por el cuello, acercando su rostro al suyo. Amagó a besarla pero no lo hizo, lo que volvió loca a Chieko. El Avatar tomó la iniciativa y rompió el espacio entre ellas. Yuiuk sonrió y le correspondió el beso gustosa.

- Vamos, ¡apurense! Me quiero ir de aquí...- volvió a pedir Innik y Yuiuk se separó molesta.

Fue directo hacia la puerta y la abrió con furia. Su primo la vió con temor.

- ¡No me mates, por favor!- exclamó el moreno y Chieko rió.

- Solo vamonos de aquí.- respondió Yuiuk, saliendo de la habitación con el Avatar detrás de ella.

- Dejala, solo está de mal humor.- le susurró Chieko a Innik.

- ¡Te escuché!- gritó la princesa, haciéndolos reír.

Llegaron a la Sala del Trono y allí estaba la jefa de Eska, junto con los niños, esperándolos para despedirlos. La mujer los recibió con un abrazo a cada uno, pero especialmente para su hijo. Se separó y lo señaló con su dedo acusatoriamente, como si estuviera a punto de darle una lección.

- Portate bien, Innik, por favor. Cuidate mucho y no le compliques mucho el viaje a las chicas ¿Me escuchaste?-

Innik rodó los ojos.

- Claro que no lo haré, mamá.-

- Te extrañaré mucho, mi niño, disfruta del mundo.- despidió Eska, dándole otro gran abrazo.

Su hijo se lo correspondió fuertemente. Chieko sonrió enternecida pero notó que muchos de los niños veían con tristeza la escena. Seguramente les recordaba lo mucho que extrañaban a sus padres. El Avatar se acercó a ellos y se arrodilló frente a Daiyu, quien tenía los ojos algo llorosos.

La Leyenda de ChiekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora