El Mundo de los Espíritus

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La primera vez que Chieko logró meterse en el mundo de los espíritus voluntariamente, sucedió un mes después de su cumpleaños. En ese mes, prefirió no pensar en los efectos que su discurso había tenido, sobretodo porque había comenzado a sobrepensar todo lo que había dicho y la ponía ansiosa pensar que todo pudo haber salido mal. Así que se mantuvo lo mas alejada de todo tipo de medio de comunicación posible, para evitarse malos tragos.

Además, en ese mes Chieko logró volverse una maestra agua cada vez más hábil. Ya controlaba ríos completos y olas gigantes, podía congelar cosas sin siquiera pensarlo y había logrado muchos de los trucos que Yuiuk le había enseñado.

Su relación con la princesa también había cambiado en ese tiempo. Al pasar todos los días juntas, se habían vuelto mejores amigas. Chieko estaba encantada: Yuiuk era la primera amiga que había tenido en su vida. Vivir en la pobreza no le había permitido sociabilizar normalmente con niños, pues cada vez que lo intentaba, sus padres los alejaban horrorizados de que una niña roñosa se acercara a sus retoños.

Su amistad había crecido, y la atracción de Chieko por la princesa también. Con el tiempo había descubierto que Yuiuk sólo podía ponerse más hermosa. Todo de ella la hacía derretirse. Su risa, sus ojos, su voz, su inteligencia y su amabilidad. Por supuesto que jamás pensaba confesarle sus sentimientos, pues sabía que probablemente no serían correspondidos.

La princesa no solo era una gran maestra agua, sino que también era una gran guía espiritual. Con cada lección de meditación en el Oasis de los Espiritus, Chieko se sentía más cerca del plano espiritual. Ya podía estar largos períodos de tiempo meditando, relajando su mente y conectando con su ser de forma profunda. Sabía que en cualquier momento lograría su próposito y eso la ponía muy feliz.

De hecho, estaba más que feliz. Estaba orgullosa de sí misma por primera vez en su vida, y Yuiuk le hacía saber todos los días que ella también lo estaba. No solo ella le mostraba su apoyo, sino que Wing y Wei no habían hecho más que alentarla en todo ese tiempo. Los hermanos Beifong continuaban sin enmendar sus diferencias, pero cuando se trataba de Chieko, estaban definitivamente en la misma página.

Ese día, Chieko llegó al oasís con un gran presentimiento. Yuiuk, que se encontraba meditando junto al pez Koi, la escuchó llegar y abrió los ojos, provocando que la luz blanca de su mechón de pelo se apagara. La princesa le sonrió y fue hasta ella.

- Hola, Chieko, veo que vienes de buen humor.-

- Tengo un gran presentimiento sobre la meditación de hoy.-

- ¿Crees que lograrás entrar al Mundo de los Espiritus?- preguntó Yuiuk.

- Sí, estoy segura.- contestó Chieko, cruzándose de brazos con orgullo.

- Pues intentemoslo.-

Chieko se dirigió hacia el arco y se sentó debajo de él, mientras que Yuiuk se ubicó frente a ella, atenta a todo. El Avatar tomó su posición de meditación y cerró sus ojos. Suspiró y trató de concentrarse en el sonido del manantial. Inmediatamente, sintió una ola de energía correrle por la espalda y se estremeció. Se concentró en esa sensación e intentó llevarla a todo su cuerpo. Pronto, todo su ser comenzó a cosquillear ante la presencia incesante de energia en él. Inhaló y exhaló tranquilamente, relajando su cuerpo aún más

Pensó en Korra y en cuanto necesitaba verla. Se enfocó en esa necesidad y la repitió en su cabeza como una frase motivadora. De repente, una sensación extraña la invadió y, sintió un fuerte golpe en su espalda que le llevó hacia adelante.

Cuando abrió los ojos, se percató de que sus pies no tocaban el piso. No solo eso, sino que se vio a sí misma frente a ella, aún sentada bajo el arco, pero sus ojos estaban abiertos y brillando con una luz blanca.

La Leyenda de ChiekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora