𝟔.- 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐝í𝐚

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La musica y los colores llamaban completamente su atecion sin dudas

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La musica y los colores llamaban completamente su atecion sin dudas. Era la primera vez que estaba lejos de sus papis, el realmente tenia mucho miedo cuando aquella señora extraña lo habia tomado de su pancita y arrastrado de sus papás. Vamos, que tampoco ayudaba mucho al escuchar a otros niños llorar a su alrededor y quizas ver de forma asustada a unas señoras con orejas de conejo.

Demasiado extraño para su cabecita infantil e imaginativa de tres años. 

Aun entre sus manitas llevaba el pedazo de tela con aquel aroma tan adictivo de su papi, así que realmente no estuvo tan extrañado cuando sus pies con unos pequeños zapatos de pocoyo tocaron una alfombra colorida y sus pequeños ojos podian observar a bastantes niños correr de un lado a otro, algunos llorando, e incluso pudo ver como un niño metia una pieza de aquellos bloquecitos de colores a su nariz. 

Se parece a sannie

Asintio ante su propio pensamiento, apretando entre sus manos aquella tela y decidido como un buen bebé curioso comenzo a caminar paso por paso por aquella sala de niños secuestrados y sucios, una pequeña mueca se poso en sus labios rechonchos y es que, aunque el igual se solia ensuciar mucho por sus travesuras, ver aquellos niños tambien le generaba algo de quizas aquello como decia su papi wha o su papi coco, eran cerditos. 

Sonrio, su papá siempre le decia que era un pequeño cerdito cuando se metia en la cocina y es que vamos!, le generaba mucha curiosidad lo que había dentro de esos muebles donde su papi solia sacar cosas bastantes deliciosas. Divertido y quizas ignorando olimpicamente todo lo que había a su alrededor, su vista choco contra un castillo de bloques.

No eran como los bloques de su papi wha, aquellos que no dejaba tocar y que una vez lloro porque por accidente recuerda haberlo botado. Estos eran enormes, haciendo que su boquita se abriera sorprendido por la construccion que tenia frente a sus ojitos, con emocion corrio hacia aquella estructura, comenzando a tocar con sus manitas con gusto los colores que habian y bueno, no seria Kim Wooyoung si la curiosidad no le picaba cuando vio que habia un gran agujero en medio, simulando las puertas de un castillo.

Inevitablemente y con su mente curiosa decidio acercarse poco a poco, hasta que sus manitas tocaron la suave espuma de la sala. 

Wooyoung se arrastro por el piso, moviendo sus piernas para poder entrar poco a poco en aquel castillo miniatura, sin notar, que por el otro lado, tambien estaba entrando un niño de cabellos rubios y una angelical e inocente mirada, seguramente lo hubiera visto si la emocion no fuera tanta como para acelerar el paso de su gateo y es que, wooyoung era experto para eso, era facil escapar de sus papis.

Pero no para escapar del villano frente a su nariz de boton.

Inevitablemente ambas cabezas infantiles chocaron, haciendo que ambos niños tomaran la zona afectada entre sus manitas mientras el llanto comenzo en ambos lados. El golpe habia sido suficiente para que wooyooung llorara y usualmente el era bastante resistente a esas cosas, considerando sus travesuras, pero realmente el niño frente a el, tenia una cabeza bastante dura como para haber hecho que su naricita doliera. 

Una de las chicas que trabaja, asustada debido al llanto, no dudo en ir a la zona donde provenia tales gritos. ¿que pudo haber pasado?, solamete esperaba no ver a uno de los pequeños lastimado o aun peor, quizas por eso con miedo comenzo a retirar los bloques para poder ver dentro de la estructura infantil y realmente quiso llorar al ver dos de sus pequeños lastimados, un pequeño castaño con su nariz rojita y algo de sangre, y un pequeño rubio que sostenia su cabecita con un pequeño chichon.

—Oh mi dios, !Nayeon!, ven ayudarme por el amor a dios— Sana, entre el susto, se acerco a tomar al pequeño castaño que lloraba desconsolado, el bebé con fuerza se agarro a su camisa, pidiendo ser consolado y quizas salvado del tonto dolor que tenia. Con una vista rapida, supo que no era algo grave, pero aun así, el bebé estaba lastimado y no podia dejar eso. Por suerte, vio que su compañera llego al rescate, tomando al otro bebé en brazos. —Vamos con el enfermero bang  y llamemos a sus padres 

—Vamos— Sin dudas, ambas salieron del lugar, llevandose algunas miradas de sus compañeras y de otros bebés algo asustados por los llantos. 

Llegar no fue dificil y de hecho cuando sana abrio la puerta, agradecio mucho ver que bangchan no estaba solo, si no que tambien estaba Jimin, claramente su llegada y los llantos de los niños, llamaron la atencion de ambos adultos, que no dudaron en acercarse para poder ver que sucedia. 

Jimin, cuidadosamente saco un algodon de su bolsillo, pasandolo con cuidado por la enrojecida nariz del bebé castaño, que amablemente se dejo hacer. 

—¿Que ocurrio?— La voz de bangchan llamo la atencion de los adultos y ambas chicas solo pudieron encogerse de hombros sin saber que responder, ya que no habían visto lo sucedido, solo pudieron llegar cuando ambos menores lloraban desconsolados. —Bien...este pequeño estara bien, solo una pequeña montañita, eres un campeón eh

El niño rubio absorbio sus mocos, mirando de forma timida al adulto frente a el. 

—¿Cual es tu nombre cielo?— Sana quien aún sostenia a un wooyoung moquiento y un pequeño algodon metido en su nariz, pregunto al pequeño niño en brazos de su compañera y es que era una pequeña ternurita, con su camisa amarill y su overol rojo, tenia un cabello rubio bastante lindo e incluso su carita daba mucha ternura. 

Raramente, wooyoung desvio su mirada al rubio.

—...Yeosang— Su vocesita baja y algo timida hizo sonreir a los adultos. Bueno, al parecer ahora el pequeño yeosang y wooyoung tendrian que quedarse en la enfermeria en lo que sus papis iban a buscarlos. Un primer día raro ciertamente. 

Con cuidado y claramente con el permiso de ambos chicos, dejaron a los infantes en una pequeña zona que tenia bloques y peluches, donde podrian esperar sin aburrirse. Yeosang, tenia un pequeño parche sobre su frente, cubriendo el chichon que decoraba su rostro, mientras que wooyoung, tenia en uno de los orificios de su nariz un algodon para detener la nula hemorragia, de todos modos, no fue algo grave.

Wooyoung con curiosidad se arrastro al lado del niño, recibiendo una mirada curiosa. 

—Soy wooyo— Saludo con una sonrisa infantil, con dientes faltantes y con dos pequeños hoyuelos decorando sus mejillas. Yeosang algo nervioso asintio unos segundos, de todos modos el niño castaño había escuchado su nombre, pero su mami siempre dijo que debía de ser amable con otros.

—Yeosang— 

—Yeo, ahora...seras mi amigo— Las palabras fueron lentas, buscando no cambiar la R por una D y claramente deseando que se hubiera entendido, tal como su amigo san le había enseñado la ultima vez que se vieron. 

—...No— 

Y ahí comenzo el segundo infierno de los adultos que miraban. Si, ambos niños comenzaron a tirarse los peluches, recibiendo quejas de uno al otro, realmente intentaron detenerlos y es que eran dos contra dos, ya que las chicas se habian retirado para llamar a los padres de los menores y volver a su trabajo. Así que, a pesar de que trabajan con infantes, se les hacía complicado detener a esos pequeños de caritas angelicales, pero que en esos momentos se lanzaban proyectiles y jalaban sus pequeños cabellos. 

Al final de forma curiosa, luego de que sus padres fueran a por ellos.

Ambos chicos terminaron formando una linda y muy duradera amistad. 

 

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𝘾𝙧𝙖𝙯𝙮 𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙮 - 𝘚𝘦𝘰𝘯𝘨𝘫𝘰𝘰𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora