𝟏𝟔.-𝐂𝐨𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨

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Cuidar de un niño de ocho años, no era exactamente como muchos lo podían llegar a pensar

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Cuidar de un niño de ocho años, no era exactamente como muchos lo podían llegar a pensar. Si, muchas veces era jugar o simplemente alimentarlo tal cobaya hasta que se levantara de la mesa sin decir un gracias. Si lo veía de ese modo, si era bastante fácil seguir una rutina con un niño, al menos hasta que llegabas a ver el otro lado de la moneda. Wooyoung no era exactamente fácil de cuidar como solía serlo hace unos años, muchas veces los juegos terminaban en gritos y las comidas familiares terminaban con lagrimas de cocodrilo y seguramente con Hongjoong intentando meterle una cucharada de comida a la fuerza. 

No es que realmente fuera un problema, pero muchas veces llegaba a un punto de preocupación por ver como nuestro único hijo rechazaba todo tipo de alimento. No aceptaba las comidas conjuntas, tampoco las texturas muy arenosas como lo eran las papillas, solía también ignorar mucho las comidas calientes o muy frías. Por lo que era normal llegar a un punto de quiebre al cual, teníamos que someter en cierto modo la comida a pesar de su llanto, por que perfectamente Wooyoung podría pasar más de dos días sin comer solo por esas razones y quizás por muchas más que no sabía. 

Pero era normal, todo niño pasa por estas etapas de rechazo a ciertas cosas, incluso yo pude haberla pasado en su momento. Aún podía recordar a mis sobrinos con el mismo comportamiento, así que no era algo tan preocupante como para llegar a pensar que mi hijo estaba sufriendo de alguna enfermedad o algo mucho más profundo. Eran simples berrinches, una etapa de aceptación y quizas descubrimiento por sus gustos. Así que, igual con ese pensamiento, intentaba no darle muchas vueltas al asunto y continuar con la misma rutina diaria.

Con ese pensamiento mucho más claro, decidi que era momento de comenzar a poner la mesa de una vez por todas. Una cena más y el día acabaría, seguramente con mi esposo abrazándome y organizando todas las cosas para el día de mañana. Que por suerte, seria Lunes, lo que significaba que tendría mayormente la mañana y tarde para poder descansar e cumplir con algunos de mis trabajos pendientes en lo que Wooyoung estaba en sus clases; El almuerzo lo había intentado hacer lo más suave posible, unos simples fideos sin condimentos y a un lado un poco de ensalada con trozos de pollo frito, no era frío ni caliente, tampoco eran texturas arenosas o algo sumamente complicado de ver. Si esto no lo comía, seguramente el que entraría en un colapso sería yo por no poder lograr que mi estorbo comiera algo.

Con cuidado tome cada platillo, llevándolo con cuidado entre mis manos para poder dejarlo sobre la mesa de forma ordenada, a un lado de sus cubiertos y los vasos llenos de jugo natural, en un intento casi en vano de que mi hijo dejara de tomar solamente esos envases de leche azucarados. Aproveche esos segundos para tirar una vista sobre la sala, la televisión estaba apagada básicamente y en la alfombra habían juguetes regados en un orden extraño, solo pude suspirar antes de caminar hacia el lugar, agachándome con un quejido por el leve dolor de mi espalda. Realmente necesitaba un descanso de al menos unas horas.

Fue cosa de tocar uno de los carritos antes de escuchar un grito y pasos venir hacia mi persona. Solo pude tirar mi cuerpo hacía atrás antes de que un peluche se estrellara contra mi rostro, básicamente no me hubiera hecho daño alguno, ya que era un peluche de lana y un algodón bastante suave, pero aún así, era mejor evitarlo; Intente recomponerme, más solo pude sostener con algo de fuerza el pequeño cuerpo que intentaba irse contra mi casi de una forma arrebatadora, junto a los pequeños sollozos que me habían dejado en blanco. Tuve que buscar cierta forma de sentarme para poder apartar el cuerpo más pequeño entre mis brazos, observando casi de forma incrédula a mi hijo, quien lloraba desconsoladamente.

𝘾𝙧𝙖𝙯𝙮 𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙮 - 𝘚𝘦𝘰𝘯𝘨𝘫𝘰𝘰𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora