Si a Hongjoong le hubieran dicho que cuidar de un bebé como lo era su pequeño wooyoung era facil. Perfectamente se estaria riendo en su cara.
Su pequeña masa de grasa, era el dolor de cabeza de ambos padres primerizos. Ahora, como seria cuidar a un...
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¿Cómo explicar el miedo?, existían muchas formas de explicarlo, incluso con pequeños ejemplos que solo lograban hacernos pensar más de la cuenta. Pues para Wooyoung explicar lo que era el miedo, se especificaba en estar completamente solo. Vamos, tampoco es que lo estuviera, tenia a sus dos grandes padres quienes lo cuidaban día a día, lo ayudaban con sus tareas y últimamente había sido mucho más abierto para permitir que lo abrazaran durante sus crisis. También tenia a sus tíos, y claramente estaba también San, aunque no había podido juntarse con el durante ese ultimo tiempo, y lo entendía, San ya tenia doce años, era normal que tuviera un grupo de amistades.
Pero aún así, el tenia miedo, miedo de que algún día el despertara y no estuvieran sus padres, que San se alejara como últimamente lo estaba haciendo, o simplemente no tener a nadie de quien afirmarse cuando se encontrara posiblemente mal. Quizas para muchos ese tipo de pensamientos eran extraños para un niño de once años, pero para el eran completamente normales, por lo que intentaba no darle muchas vueltas negativas; De todos modos aunque fuera un miedo que lo llenaba diariamente, sabía que no ocurriría, después de todo, sus padres eran demasiado sobreprotectores, y aunque San no estuviera tan presente, siempre se encargaba de dejarle alguna cartita para poder dejarle en claro que estaba a su lado.
Aunque con todo eso, el igual se sentía bastante solo durante las clases. De por si Wooyoung no era un chico social, por lo que no era una real sorpresa que se sintiera de esa forma durante el resto de la semana. Para el ya era casi normal pasar los recesos sentado en alguna escalera, quizas observando como los demás jugaban entre ellos o simplemente caminaban con sus grupos de amigos, aunque tampoco es que los envidiara mucho, el era feliz estando con su tranquilidad. Era simple, a pesar de sentir aquella soledad, tampoco es que el deseara tener un grupo de amigos quienes seguramente le estarían molestando, era algo complejo de explicar, incluso para el mismo.
Así que básicamente ahí se encontraba, como era usual sentado en las típicas banquetas con su pequeño almuerzo. Tampoco era algo tan sorprendente, fuera de que su Padre Hong había sido el encargado de ello. Fue sincero, no era lo mejor, estaba ciertamente quemado y algo seco para su propio gusto. Hubiera preferido mil veces más la idea de ir a comprar algo en esas comidas rápidas, a tener que comer y tomar liquido cada cierto segundos. Al menos, podría comentarle de ese pequeño disgusto a su Padre Wha, que sin dudas entre su pequeña familia era el que mejor manos tenía para las comidas. No por nada había estado planeando abrir un pequeño negocio familiar, negocio que no le importaba mucho a decir verdad.
De todos modos no podía reclamar, por lo que en simple silencio llevo una nueva cucharada de comida a sus labios. No pudo evitar generar una mueca ante la cantidad de sal que tenia, y realmente que solamente eran verduras con alguna especie de arroz frito, algo que en su propio gusto, no era una buena combinación de sabores; Con lentitud dejo la cuchara sobre el recipiente, apretando sus labios con disgusto. No había más agua, tampoco le habían empacado sus pequeñas cajas de jugo, básicamente en esos momentos sentía su boca como un pequeño desierto, no, era como si hubiera decidido meter arena a su boca. ¿Eso incluso era posible?, ni si quiera su Tío Yunho cocinaba tan mal, y eso que siempre lo mantenian lejos de la cocina luego del ultimo incendio.
