Donde Young-mi deja que Suho se acerque a ella solo por celos de ver a Seojun con otra chica.
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Donde Suho usa la misma estrategia que Seojun, de acercarse a la chica que a él le sigue gustando, p...
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Suho, Lee Suho. El frío e inexpresivo; el que no tiene en cuenta los sentimientos de los demás a la hora de responder, él que habla lo justo y necesario; e ignora a todos cuando llega al colegio. Esa persona acababa de ayudar a alguien, a Lim Jugyeong.
Muchos estudiantes se encontraban sorprendidos al haber presenciado tal acción que tuvo Suho hacia su compañera. Entre esos estudiantes, se encontraba Young-mi.
Ella había seguido a Suho y Jugyeong desde una mínima distancia. El chico la había llevado al baño de docentes donde sabía que ningún estudiante entraría. Young-mi se acercó apenas vio a la castaña entrar al baño. Intentó abrir la puerta para entrar y ayudar a su amiga pero el chico no la dejó.
La rubia frunció el ceño y miró a Suho, este ya la estaba observando interrogante.
– Déjame entrar, quiero ayudar a mi amiga - explicó, volvió a intentar abrir la puerta y otra vez Suho no la dejó.
– No puedes. - Pronunció con su típica voz fría.
– Solo porque son tus órdenes tengo que hacerte caso. Ve a buscar a otra persona para que cumpla tus deseos porque yo no lo haré. Además, ¿Jugyeong puedo entrar? - elevó la voz un poco cuando formuló su pregunta a su amiga.
– Sí, entra por favor - rogó la castaña, quien se encontraba en una crisis por no darse cuenta que no traía su bolsa de cosméticos.
Sonrió triunfante por la respuesta positiva que obtuvo. Antes de entrar volvió a ver a Suho.
– Gracias por ayudar a mi amiga - le agradeció y se adentro al baño.
Jugyeong se encontraba caminando de un lado a otro y murmuraba algunas cosas. Se le notaba que está nerviosa e inquieta.
– ¿Qué haré? ¿Qué haré?.
– Lim Ju, traje esto. - le mostró su bolso que traía adentro sus maquillajes - Creí que lo necesitabas.
La castaña apenas la escuchó hablar levantó su mirada del suelo y su alma volvió al cuerpo cuando vió lo que traía su amiga. Rápidamente se abalanzó sobre ella con felicidad y gratitud.
– Me salvaste, Mimi. Gracias, gracias - repetía con emoción esa palabra de agradecimiento.
– Para eso están las amigas - la envolvió en sus brazos, aceptando el abrazo que le proporcionó la castaña. - Ahora haz tu magia.
Jugyeong terminó el abrazo y le sonrió a su amiga para luego dirigirse al espejo. Empezó a maquillarse con tranquilidad y calma.
La mayoría del tiempo Young-mi solo la observaba como se colocaba cada producto. Ella pensaba que su amiga con o sin maquillaje era linda, no entendía quien había sido capaz de lastimarla tanto para que ella misma se considerará fea. La había escuchado murmurar que gracias a ella nadie sabría que era fea, iba a refutar lo que murmuró la castaña pero se contuvo al final, no quería arruinar el momento de felicidad de su amiga. Prefirió no decir nada en ese momento y decidió esperar a que ambas se encontrarán en mejor lugar que el colegio.
